“Reconozco que me ha tocado trabajar el doble para hacerme un hueco”
Desde sus primeros pasos, a los cinco años ya tenía entre sus manos una cámara. Su evolución ha sido notoria, inicialmente documentativa, la fotografía se convirtió en una forma de inmortalizar vivencias. Su transición de ingeniera forestal a fotógrafa de Naturaleza refleja su dedicación exclusiva a esta pasión.
¿Has trabajado en los cinco continentes, qué queda pendiente profesionalmente?
Sí, he viajado por los cinco continentes, más en mis últimos 9 años. Aunque repetí destinos, cada experiencia es única. Mi anhelo profesional es plasmar estas vivencias en un libro autobiográfico.
¿Qué ingredientes consideras indispensables para ser una gran fotógrafa?
Además de profesionalidad, intuición y paciencia, destaco la importancia de las ganas. La pasión y conexión emocional son fundamentales.
¿Cómo defines tu entorno laboral inmediato en términos de igualdad?
Trabajar en un mundo gobernado por hombres no me asusta. He trabajado el doble, eso sí, para demostrar la necesidad de la igualdad de género y destacar en mi campo.
¿Qué has aprendido de los animales para aplicar a tu vida?
Los animales son mis eternos maestros. Enseñan que los límites son mentales y la vida es un regalo irrepetible. Mi trabajo consiste en mantenerme alerta para encontrar lo divino en la naturaleza, transmitir emociones a través de la cámara y ser, ante todo, defensora de la vida salvaje.
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