Las hamburguesas Golden y los perritos Supergolden forman parte de la memoria colectiva de Cáceres, de miles de cumpleaños de varias generaciones, de muchos repostajes en plena madrugada por la Madrila, de numerosas fast food entre caña y caña a mediodía, o de un sin fin de fiestas escolares al inicio de las vacaciones de Navidad y verano. Burguer Golden abrió en junio de 1980 como la primera hamburguesería de Cáceres y durante décadas ha sido un establecimiento muy concurrido, casi emblemático de la Madrila. Ahora acaba de echar el cierre.

"Allí he pasado 26 años de mi vida. Las primeras hamburguesas costaban 35 pesetas, los perritos, 20, y la Coca-Cola , 11. Trabajábamos 13 o 14 horas al día, y siempre nos fue bien", relata Fernando Galdón, que ha regentado el negocio junto con su socio, Francisco Cofrade, hasta que hace cuatro años pasó a manos de un familiar de éste. "Parece que estoy viendo a Serrat comiéndose nuestro sandwich de pollo, y a Sabina con un combinado. Pero lo mejor fue el fin de semana del concierto de Dire Straits: no cerramos en 72 horas y sólo nos quedaban bocadillos de lechuga con cebolla frita. Nos los quitaban de las manos", recuerda.

Golden se puso en marcha con aquel primer mobiliario de cristal, acero inoxidable y cuero, muy moderno, y con la mayor barra de Cáceres, de 12 metros. Al principio servía hamburguesas de carne de caballo, "blanda, sabrosa y poco grasa", y después compraba las vacas directamente al ganadero. "Se consumían al año unos 30.000 kilos", detalla Fernando. Los cumpleaños se sucedían y en las madrugadas de viernes, sábados o festivos ni siquiera descansaban. "Apenas cerrábamos unas horas", revela.

Fue el primer local en ofrecer menús (hamburguesa con refresco y patatas...) o en realizar promociones 2 x 1. "En ferias, carnavales o Semana Santa teníamos colas --relata Fernando Galdón--, incluso había enfrentamientos por ocupar las mesas". Hoy solamente queda un local vacío.