Un juego de pistas. Para poder avanzar hay que resolver la incógnita anterior. Así hasta llegar a la última y descifrar la clave para resolver el enigma y encontrar su tesoro. Esta es la propuesta que habitualmente ofrece Jordi Martín, de QR animación, en sus aventuras y sus ‘Escape rooms’ en la ciudad. Ahora, pretende trasladar el formato a los comercios de la ciudad y en plena campaña navideña.

Así, Martín pone en marcha a partir del 22 de diciembre y hasta Nochevieja una iniciativa a la que se han sumado ya una docena de negocios de la ciudad, desde Pintores hasta la Mejostilla --la organización estima que el cupo máximo será la veintena y si alguna entidad quiere formar parte de la iniciativa debe ponerse en contacto con la empresa de animación--. Tanto inscribirse como participar es gratuito. La dinámica, según expone, es la siguiente: son ocho pruebas, dos de ellas ‘online’, en ocho días. En ese tiempo, la organización cada día repartirá pistas en los escaparates de los comercios inscritos para que los participantes se desplacen hasta el local, tomen nota y resuelvan el acertijo. De este modo hasta que completen todos y saquen una clave definitiva para optar a un sorteo.

Martín detalla en cualquier caso que no es necesario hacer un seguimiento diario de las pistas si no que según se hagan públicas se mantendrán por si alguno de los grupos de participantes quiere resolverlo en una sola jornada.

El propósito de la propuesta, detalla, es doble. Por un lado, «servir de incentivo para que los cacereños, los más pequeños, salgan a la calle y recuperen la sonrisa y se divierta en un año complicado para todos» y por otra parte, dinamizar el comercio local, uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria, y «animar a los vecinos a que compren en los negocios de la ciudad» porque según anota, «no todo se puede comprar en internet». «La solución no es estar en casa, queremos demostrar que podemos tener opciones de ocio sin riesgos, y si también ayudamos al comercio local, mejor», defiende.

De hecho, esta propuesta parte, confiesa Martín, también de la necesidad de reiventarse tras un 2020 en el que los ingresos se ha visto notablemente reducidos. En su ámbito, el entretenimiento y las 'Escape rooms', reconoce que la cifra de clientes «ha sido anecdótica». «Hemos tenido muchas menos reservas, que ahora la gente quiera entrar en un local físico es muy complicado, los que conocen las Escape saben que no es peligroso y que es una hora que se pasa volando, pero el que no, ahora mismo no se atreve». En esa línea, sostiene que su aspiración desde marzo, el mes en el que se declaró el estado de alarma, ha sido «desaprender» y adaptar los formatos a dinámicas «seguras» ante el virus. «Cuanto antes nos adaptemos y nos olvidemos de las cosas que no podemos hacer, antes saldremos adelante», concluye.