El director Sergio Trefaut ha participado en las actividades del Festival Internacional de Cine Documental Extrema'doc, donde presentó su documental Lisboetas . Rodado en el 2003 y el 2004, este trabajo ofrece una mirada a la población inmigrante que llegó a la capital lusa para aumentar esa mezcla de razas que la caracteriza.

--¿Se alimenta de las ciudades?

--Mi niñez es brasileña y he vivido en París porque mi madre era francesa, donde estudié en la universidad. He pasado mucho tiempo en Lisboa y ahora vengo más a menudo a España. Me encantan las megalópolis.

--¿Qué aporta 'Lisboetas' a su trayectoria cinematográfica?

--Es un retrato de Lisboa después del cambio de finales del siglo pasado. Portugal era un país de emigración, de donde la gente salió para trabajar y ganarse la vida en Europa y América. A finales de los 90 se convirtió en un país de la Comunidad Europea atractivo para otros y eso sorprendió a los portugueses, que tenían una imagen de su país como pobre.

--¿Cuál es la realidad hoy?

--La película ya era premonitoria sobre el falso dorado. Ya había ucranianos que decían que habían vivido en una especie de fantasía cuando la gente en Lisboa era pobre. De los 350.000 hoy solo quedan 60.000.

--¿Reconoce esa Lisboa?

--El espíritu ha cambiado y ya es una ciudad bastante más abierta y cosmopolita. Con la inmigración, Portugal perdió la soledad que tenía a mitad de los 90.

--¿Siguen los españoles de espaldas a Portugal?

--Son la primera comunidad de turistas. La presencia más importante en la economía es la española. Culturalmente Portugal tiene una identidad especial, totalmente diferente.

--¿Se ha aprovechado la sinergia entre ambos países?

--En Portugal no entra ficción o documentales de otros países. Existen un festival español, brasileño, francés o italiano, pero solo llegan los vencedores de Cannes, Venecia o Berlín. Ni siquiera hay cine brasileño.

--¿Qué prepara ahora?

--Sigo haciendo documentales, uno sobre un tipo de música sobre el cante alentejano que se va a presentar como patrimonio inmaterial de la Unesco. También estoy en otro sobre una superviviente de los campos de concentración.

--¿Qué quedará de esta crisis?

--Los modelos de derechas están muertos porque nadie cree que bajando un poco el paro y retomando la economía vamos a entrar en funcionamiento. Es una crisis para encontrar nuevos modelos.