Todo político local debe saber que en Cáceres hay cosas con las que se debe tener mucho cuidado. La primera, como es notorio, la Virgen de la Montaña. La segunda, Cánovas. La tercera, el mercado franco. Parece que el Excelentísimo y Reverendísimo Ayuntamiento se plantea trasladar este último. No saben en el lío que se meten. Tendremos discusiones para rato. Desde que se inauguró en el Camino Llano ha ido desplazándose del centro tradicional. ¿Dónde está el centro en estos momentos?. El mercado no puede estar lejos. Pero ¿lejos de dónde?. Como no debe ser un obstáculo para el tráfico su destino se adivina en el extraradio. Claro que los problemas no se quedan ahí, sino que surgen donde menos se esperan.

Recuerdo que en los años ochenta como alternativa a Camino Llano, a causa del tráfico y la proliferación de puestos, se planteó la necesidad de buscarle una nueva y definitiva ubicación. El concejal de Consumo, por entonces Vázquez Navedo, realizó los estudios pertinentes y, cuando parecía que el lugar adecuado era la Avenida de Portugal y calles aledañas, por entonces menos edificadas y con mucho menor incidencia en el tráfico diario, hubo de quedarse en el Rodeo porque se encontró con que la mayoría de los tragantes no estaban conectados a los colectores, de manera que hacían imposible la limpieza del lugar. Con tal motivo le hice una rima festiva:

" Yo que había consensuado/ que se cambiara el mercado,/ que con paciencia y primor/defiendo al consumidor,/ ignoré el interrogante:/ ¿son de adorno los tragantes?".