Verse sin pechos es muy traumático, hay mujeres que no pueden mirarse a un espejo, que son incapaces de mantener relaciones sexuales desnudas con sus parejas, que llevan 5, 6 o 7 años esperando una reconstrucción de mama y que no cierran la herida que les dejó el cáncer hasta que, muertas de miedo, se someten a una reconstrucción». Y son razones más que suficientes por las que el Servicio de Cirugía Plástica del Complejo Hospitalario de Cáceres, bajo la dirección del cirujano José Miguel Jaraíz, ha apostado por implementar en la región una nueva técnica de reconstrucción mamaria por transferencia microquirúrgica que está ofreciendo mejores resultados que las tradicionales prótesis que hasta ahora se colocaban a las pacientes que habían sufrido un cáncer.

La primera cirugía de este tipo se realizó el pasado mayo y cada mes se someten a esta novedosa intervención tres o cuatro mujeres extremeñas. Se trata de una técnica de microcirugía, llamada DIEP (son las siglas en inglés de Deep Inferior Epigastric Perforator), que consiste en reconstruir la mama con tejido propio de la paciente, con piel y grasa abdominal principalmente, pero que también puede realizarse con tejidos del muslo o del glúteo, y que lleva años realizándose en otros hospitales de España. «Queríamos que las mujeres extremeñas pudieran tener opción a los mismos tratamientos que el resto, porque es una técnica que redunda en muchísima más calidad de vida para las mujeres que han sufrido cáncer de mama», explica el doctor Jaraíz. «Y solo por eso está mereciendo la pena el enorme trabajo que supone».

Y es que poner en marcha este programa en la sanidad pública extremeña no ha sido fácil. Para realizar este tipo de intervención se requieren más recursos de los que hasta ahora disponía este servicio. «Se necesitan cuatro cirujanos en quirófano, son cirugías largas con equipos muy entrenados porque no se puede perder tiempo. Hay un tiempo de isquemia, como ocurre en los trasplantes de órganos, que es crucial». José Miguel Jaraíz se formó en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla acudiendo a dos cirugías semanales durante cinco años. «Y yo soy el segundo espada, la doctora Gómez Martín es la persona que se vino con nosotros en mayo desde Madrid para iniciar este programa». Esta cirujana ha estado 14 años formándose en las grandes escuelas de esta técnica a nivel mundial: Taiwán, Japón, Canadá y Bélgica. «Tiene ya una soltura espasmosa, es una suerte poder contar con ella».

Hasta ahora, las mujeres extremeñas quedaban relegadas a una reconstrucción mamaria con prótesis que suelen tener fecha de caducidad y destruir algún músculo, y que además no están indicadas para las mujeres que han pasado o tienen que pasar por radioterapia. «Con el DIEP no hay que volver a pasar por un quirófano, solo se requiere una intervención y los resultados son mucho más naturales y mejores también para las mujeres radiadas». Además se evitan problemas relacionados con el uso de implantes como la formación de cápsula, infecciones, nuevas cirugías de sustitución,... «Lo más honesto es ofrecer a la paciente lo mejor en cada momento, y lo mejor ahora es esto. No critico que hace 20 años se pusieran prótesis por dorsal ancho, pero eso ya se ha convertido en una técnica de rescate cuando un DIEP falla».

UN PROGRAMA DE FUTURO / El cirujano cacereño explica que hace años se realizó alguna intervención de este tipo en la comunidad, pero no ha sido hasta ahora cuando se está desarrollando un programa periódico y reglado. Y ha sido gracias al empeño del doctor Jaraíz: «tratamos de que las mujeres extremeñas puedan tener acceso a esta técnica de reconstrucción igual que cualquier otra mujer de España -insiste-. Las extremeñas hasta ahora estaban un poco relegadas y aquellas que habían recibido radioterapia iban directas a una prótesis a pesar de todo, no se le daba esta nueva opción porque logísticamente no se podía, no había ni personal suficiente ni con la formación necesaria», indica.

Pero desde el pasado mayo, y gracias también a un aumento del número de cirujanos plásticos en este servicio de referencia regional, las extremeñas tienen ya las mismas opciones. En estos casi cinco meses que lleva la técnica DIEP en el SES, han pasado por las manos de estos profesionales en Cáceres más de una decena de mujeres. «Estamos haciendo tres o cuatro intervenciones mensuales, habitualmente los lunes». Y no se ha dejado de operar en verano. «Me temía que tuviéramos que suspender el programa esos meses pero pese a la escasez de personal que tenemos, hemos logrado coordinar las vacaciones de los facultativos y del personal de enfermería para continuar operando».

La formación y la pericia de los profesionales son en buena parte la clave del éxito. «Son cirugías de muchísimo desgaste físico y emocional, cuando va todo bien es un subidón permanente, pero cuando algo se tuerce (las complicaciones de necrosis ocurren en un 5% de los casos en manos experimentadas) es un desgaste muy grande». Tras pasar en quirófano una media de entre seis y ocho horas, que pueden alargarse hasta las doce horas, esos mismos facultativos tienen que vigilar a la paciente las horas siguientes. «Si hay alguna anomalía a las 3 de la mañana tenemos que volver a meternos en quirófano y los cirujanos tenemos que ser los mismos», asegura.

UNA INTERVENCIÓN SEMANAL/ Por eso, para no quemar a los profesionales de momento solo están realizando intervenciones una vez a la semana. «Si queremos continuar y mantener el programa con los recursos que tenemos ahora mismo no debemos hacer más». Pero no descarta que en un futuro, con más especialistas, se pueda dar un mayor impulso a este proyecto. «Como realmente se daría una calidad de vida brutal a las pacientes sería haciendo la reconstrucción DIEP el mismo día que se opera el cáncer. La paciente saldría sin el tumor y con el pecho reconstruido, solo a falta de que pasados unos meses se le haga el pezón. Eso sería lo ideal».

Pero para eso, reconoce el doctor Jaraíz, es necesario contar con una mayor dotación de recursos humanos especializados. «No sirve con contratar tres plásticos más, tienen que tener formación y experiencia en esta técnica. Nosotros ahora hemos tenido un aumento de personal considerable y nos podemos permitir un DIEP semanal, en Sevilla, por ejemplo, son 25 cirujanos plásticos en el servicio y están haciendo tres semanales. Pero estamos en Cáceres, no formamos más que un residente al año porque la casuística no nos permite hacer un aumento de las plazas MIR y ya es un paso de gigante que las mujeres de Extremadura sepan que esto existe en su tierra».

una sutura MICROSCópica / «La técnica consiste en una cirugía de trasplante mediante la cual se obtiene la piel de la pared abdominal que sobra en una paciente, igual que si estuviéramos haciendo una abdominoplastia estética. La piel con toda la grasa sobrante que hay debajo se diseca, es decir, se obtiene unido a una arteria y una vena que son capaces por sí solas de alimentar toda esa pared abdominal, toda esa grasa y esa piel», explica el facultativo. Y mientras un cirujano con un ayudante se centran en disecar esa finísima vena y arteria hasta la profundidad del abdomen, otros dos especialistas se encargan de buscar en el tórax otra vena y otra arteria (la mamaria interna) con la que se conectarán las que proceden del abdomen. La sutura de ambas partes se hace a través de miscroscopio. «Luego se abren las compuertas y si el colgajo de grasa está perfectamente alimentado y sangra correctamente, con ese colgajo y esa piel se conforma una mama igual que la del otro lado». «De esta forma estamos obteniendo una mama que es tejido propio de la paciente y no se sacrifica ningún músculo como, por ejemplo, ocurre con el dorsal ancho en la cirugía tradicional», explica el doctor. Esto permite además desterrar las prótesis de silicona, una mejor recuperación de la paciente y resultados más naturales y estéticamente más bonitos porque la mama, al ser de la propia grasa, engorda o adelgaza como la otra. «Además se evita que la paciente tenga que pasar dentro de unos años de nuevo por el quirófano para renovar las prótesis sobre todo en las mujeres radiadas».

De esta forma, la paciente se opera un lunes y puede recibir el alta hospitalaria el siguente jueves. Además, aunque el tiempo de recuperación puede ser mayor, no es una cirugía dolorosa. «No hay duda de que esta técnica es lo mejor ahora mismo, ojalá y en el futuro una paciente con cáncer no tuviera que pasar por un reconstrucción y se pudiera hacer todo en una única intervención. Porque una mujer sin reconstruir no puede cerrar esa etapa de su vida. Es muy curioso pero realmente cierran el proceso de la enfermedad que sufrieron el día que le hacemos el pezón unos meses después. Se hace con anestesia local y apenas son 10 minutos, pero ese día es cuando una mujer que ha sufrido una mutilación respira. De hecho, llega el día que los cirujanos perdemos de vista a esas pacientes, están tan bien y tienen una evolución tan natural que van al ginecólogo y al oncólogo pero se olvidan de los cirujanos que las reconstruimos».