El músculo del cooperativismo extremeño está en el sector agroalimentario, al que pertenecen las cooperativas más importantes de la región por su dimensión, el número de socios y su facturación. El sector agroganadero concentra casi un tercio de las cooperativas de la región, pero en los dos tercios restantes hay mucha vida, muchos socios y mucha economía también, principalmente entre las 720 cooperativas de trabajo asociado que se estima que funcionan en la región, según los datos de la Unión de Cooperativas de Extremadura de Trabajo Asociado (Uceta).

El Registro de Sociedades Cooperativas de Extremadura con datos cerrados a 31 de diciembre de 2018 eleva este dato a 1.193, aunque como advierten, no es obligatorio dar de baja una cooperativa en el registro cuando deja de tener actividad, por lo que parte de las que aparecen en esa relación, pueden estar fuera del tejido productivo de la región en estos momentos. Junto a esas, aparecen en el registro, medio centenar de cooperativas de servicio y transportes y una veintena de enseñanza.

poco conocido / «Es cierto que no es un modelo muy conocido, pero el cooperativismo representa aún así una generación de empleo importante», defiende José Antonio López, gerente de Uceta. La razón es que este modelo «genera un autoempleo colectivo entre personas que conocen bien una actividad» y que supone un importante recurso para anclar a la población, de forma especial en el entorno rural, por las ventajas que tienen la constitución de este tipo de empresas «y más aún teniendo en cuenta que estamos en un territorio donde no vienen a implantarse grandes empresas. La gente lo que quiere es trabajar y el cooperativismo está dando una respuesta a muchos jóvenes y a muchas familias», razona López.

La realidad de esas 720 cooperativas de trabajo asociado que se estima que tienen actividad en la región es muy variada y no hay datos de facturación sectorizados, aunque el abanico es amplio, reconocen desde el sector: hay cooperativas muy pequeñas y familiares (las que la legislación autonómica considera cooperativas especiales) que pueden rondar los 60.000 euros de facturación y otras más grandes que pueden facturar dos o tres millones de euros anuales.

Estas empresas se mueven en todo tipo de sectores (salvo el agroalimentario que requieren de modelo de cooperativas) aunque las condiciones del tejido productivo determinan en qué áreas predominarán. En Extremadura, por las características propias, con un escaso tejido industrial, las que predominan son las de servicios en estos momentos y especialmente las ligadas al ocio y la cultura. Aunque tradicionalmente han tenido una elevada presencia las cooperativas de sectores manuales, como la construcción, la madera o el textil, pero también tiendas de ropa, bares, restaurantes, negocios de comercio exterior; y también entre profesionales liberales como arquitectos, ingenieros...

responsabilidad limitada / Entre los que optan por este modelo para poner en marcha su negocio, una de las principales ventajas es que la responsabilidad de cada socio se limita a lo que aporta a la empresa, mientas que el autónomo responde con todo su patrimonio presente o futuro. Otro elemento que destacan, que las responsabilidades y las decisiones son compartidas con todos los socios. En las cooperativas de trabajo asociado es obligatorio ser socio, aportar capital y desarrollar un trabajo dentro de la empresa. «Los socios tienen que desarrollar una actividad y eso las convierte en unas sociedades muy participativas, muy igualitarias y muy comprometidas, porque todos los jefes son además trabajadores», detalla el gerente de Uceta. Con la particularidad de que además de recibir un salario (el anticipo societario) cuando finaliza cada ejercicio y se cumplen con todos los pagos, el resto se convierte en retorno cooperativo y por tanto vuelve al socio, ya sea como ampliación de capital o vía reparto (el equivalente a los dividendos en una sociedad mercantil).

Con dos personas y un capital social de 3.000 euros se puede constituir una cooperativa (aunque lo cierto es que para darle estabilidad es aconsejable aportar unos 8.000 euros). Pero aún así, desde Uceta defienden que este modelo ha permitido que muchas personas que se quedan en paro «puedan poner en marcha un proyecto», en parte, porque tiene una serie de ventajas asociadas, como la posibilidad de capitalizar parte de la prestación por desempleo para el desembolso del capital social o abonar seguros.

En Uceta estiman que cada año están apoyando la creación de una veintena de sociedades cooperativas de trabajo asociado a través de su colectivo en la región. «Nos gustaría que fueran cien, pero al menos hay 20 o 25 proyectos que están teniendo una salida y que de otra forma no se constituirían», reconoce José Antonio López.

fijos / Según los datos del Ministerio de Trabajo, el 80% de los puestos de trabajo que se crean en las cooperativas de trabajo asociado son puestos fijos y a jornada completa, y la paridad es casi total porque el 49% son mujeres. Junto A eso, en los peores momentos de la crisis estos negocios destruyeron hasta diez puntos menos de empleo que las empresas ordinarias; según apuntan desde el sector, «porque el cooperativismo tiene mayos capacidad de adaptación».

Para Uceta, el cooperativismo representa «un presente y futuro» en la generación de empleo en el territorio (de hecho, la Junta de Extremadura ha tenido en esta legislatura una dirección general de Economía Social). «Queda trabajo, pero debemos creernos que se puede generar empleo más allá del empleo público y del empresario autónomo. El cooperativismo es una herramienta extraordinariamente buena para crear empleo de calidad», sostiene José Antonio López.