El Periódico Extremadura

El Periódico Extremadura

Saturnino Acosta

Encerado y clarión

Saturnino Acosta

De trenes, aves y cenizas

Por desgracia, Extremadura, especialmente la provincia de Cáceres, está a diario en nuestros telediarios, y no precisamente por lo que debiera ser reconocida, por sus gentes, patrimonio, historia, naturaleza, cultura, gastronomía y un largo etcétera, o porque por fin despertara, la provincia y la región, y se plantaran reivindicando lo que nos es de derecho, al Gobierno central, y lo que nos es de reconocer, al resto de comunidades.

"Ha llegado un tren que ni siquiera realiza paradas donde tiene que parar, que no hace el recorrido en menos tiempo

decoration

Nuestra provincia, y en definitiva región, es nombrada día a día por sus fuegos incontrolados, y pueblos desalojados por la misma razón, cientos de hectáreas convertidas en ceniza, trenes antediluvianos vendidos vergonzosamente como de alta velocidad, cual circularan por Tokio, pero más lento que cualquier línea de metro de Madrid, y menos puntual por cierto, y con horas de retraso.

Disculpen el arrebato regionalista, que muchos sabéis no soy autóctono, pero llevo más de veinte años en esta región, en la provincia de Cáceres, concretamente, pero pagando mis impuestos religiosamente, viviendo, conviviendo, y quien me conoce, luchando y ayudando en lo que buenamente puedo a la provincia y a la región, en cada pueblo donde he trabajado, y ahora donde mis responsabilidades me han llevado, y es precisamente por eso , por no ser de aquí, pero sentirme de aquí, por lo que tengo más libertad, según me cuentan, para decir mil verdades sin que nadie, familiar, o conocido de toda la vida, se moleste.

Nuestros fuegos incontrolados, pueblos desalojados, hectáreas calcinadas, economía destruida de la que viven centenares de extremeños, no es culpa del cambio climático, aunque lo acelere, es una total ausencia de previsión y actuación ante los mismos. Si usted prohíbe, lo que hasta ahora era el control natural para evitar grandes incendios, es decir, el pastoreo, que a día de hoy, salvo algún iluminado o iluminada, defensor del trébol de cuatro hojas no se entiende, principalmente por parte de la población rural, ponga remedio con los ingentes recursos que tiene a su disposición. Errónea política, pésima prevención y por los resultados ejecución.

A nuestra región no ha llegado el AVE. «A vé», ha llegado un tren que ni siquiera realiza paradas donde tiene que parar, ni su nombre indica, que no hace el recorrido en menos tiempo que pudiera tardar realizando el mismo trayecto en coche y que, encima hasta la fecha, tiene más retrasos que las ayudas al desempleo o autónomos.

Pues perdonen, no lo entiendo, que no les encienda la sangre que nos tomen el pelo literalmente, o que nos consideren ciudadanos de segunda, de tercera, o ni siquiera ciudadanos con los mismos derechos en infraestructura que el resto de España, que por cierto depende del Gobierno Central, con el tren, o que nadie priorice la protección a los pueblos y a sus gentes, a su economía rural y subsistencia vital ante las políticas, legítimas y apropiadas, no lo dudo, pero siempre y cuando no ponga en peligro la propia fauna y flora que quieren supuestamente proteger.

Sólo entiendo de un AVE, el ave Fénix, pero que no surgirá de las cenizas de estos incendios, surgirá de vuestra determinación en nuestra justa reivindicación.

Compartir el artículo

stats