Opinión | Zona Zero

Besos a distancia

Una empresa china diseña un artilugio de silicona que se conecta al móvil para enviar caricias virtuales

Recuerdo aquel bolero que reza: ‘dicen que la distancia es el olvido’, de Mariachi Pablo Olmedo. Para enmendarle la plana a este viejo aforismo, la empresa china Siweifushe ha diseñado un artilugio de silicona que se conecta al móvil al objeto de enviar besos a distancia. En este mundo lleno de experiencias vicarias, de sucedáneos y de trampantojos, faltaba este aparato que recibe y transmite besos, la caricia más personal e íntima de un ser humano. 

La máquina, que se conecta al móvil, semeja dos labios de goma que a través del teléfono transmiten y reciben los besos. Lo he visto. Tiene un color carne que, la verdad, tira para atrás. Entiendo que para parejas de enamorados que tienen que estar separadas durante mucho tiempo pueda servir de algo, pero no creo que tenga mucho recorrido. Piel con piel siempre es mejor. Los sensores de la máquina detectan la intensidad de los movimientos bucales de emisor y receptor. Ambos tienen que tener una aplicación y el gadget correspondiente instalado. Entre las supuestas virtudes del aparato está la posibilidad de que ambos usuarios queden ‘atados’, es decir, que solo puedan besarse entre ellos, al menos por ese medio, ahuyentando el fantasma de la infidelidad. Eso sí, los que no tengan pareja pueden acceder a una ‘plaza de besos’ en la que besarse con desconocidos. También cada usuario puede grabar el sonido de sus besos para hacerlo más realista. Por si esto no fuera poco ya son muchos los que demandan una lengua de silicona para que el producto sea lo más completo posible.

Creo que en el actual mundo interconectado estamos más solos que nunca si necesitamos de esas aplicaciones. De momento, tienen su aceptación en China, pero dales tiempo y pronto nos veremos enganchados a unos fríos labios de silicona en una habitación oscura, quizá besándonos con un desconocido que está en Taiwan… En fin, es la globalización.