FORMACIÓN MUSICAL CON MIEMBROS DE 8 A 73 AÑOS

Del IES Gabriel y Galán de Plasencia a la Tuna-rondalla Vicente Ramos

La rondalla que nació en el instituto en 1983 se ha refundado para seguir ofreciendo conciertos. Destaca por su carácter mixto y por el compañerismo entre sus miembros

Miembros de la Tuna-rondalla Vicente Ramos de Plasencia.

Miembros de la Tuna-rondalla Vicente Ramos de Plasencia. / EL PERIÓDICO

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Hace 40 años, en 1983, los entonces director y vicedirector del IES Gabriel y Galán de Plasencia, Javier Sánchez y Vicente Ramos, decidieron crear una tuna-rondalla como actividad extraescolar del centro. Tanta amistad se forjó entre sus miembros que se ha mantenido a lo largo del tiempo y el pasado año se refundó como asociación musical y con el nombre de Tuna-rondalla Vicente Ramos, socio honorífico.

Ramos explica que la rondalla surgió porque vieron que «el sistema educativo empezaba a zozobrar, no había ninguna actividad de ningún tipo en el instituto y era un rollo venir a escuchar las estupideces que decíamos los profesores», afirma.

Tuvo tanto éxito que llegó a contar con más de 30 miembros y realizaron actuaciones en distintos puntos del país, como Cáceres, Badajoz, Salamanca o Tenerife. Pero lo más destacado es que en el grupo se forjaron amistades que se han mantenido hasta la actualidad y que han permitido mantener la rondalla viva, aunque con el paso de los años se redujo su actividad pública.

La tuna-rondalla del IES Gabriel y Galán de Plasencia.

La tuna-rondalla del IES Gabriel y Galán de Plasencia. / EL PERIÓDICO

Hasta que, en el 2021, con motivo de la organización del Festival de Tunas Históricas de Plasencia, contactaron con miembros del grupo para actuar en el teatro Alkázar. Esto dio pie a que tomaran la decisión de refundarlo como asociación musical y adoptar el nombre Tuna-Rondalla Vicente Ramos, en honor «a la persona que nos unió».

Lo cuentan dos de esos miembros que llevan treinta años juntos, Alejandro Ramos, hijo de Vicente y Manolo Morales.

Sin «malos rollos» en la tuna placentina

Hay dos cosas que destacan de esta tuna-rondalla. Por un lado, que es una formación mixta y siempre lo fue. De hecho, reúne a parejas, hijos e hijas. La más pequeña es precisamente la hija de Alejandro y nieta de Vicente, Sara, de 8 años, a la que le sigue Patricia, de 12, hija de Manolo. El mayor es Vicente Ramos, con 73.

Actualmente, son 16 componentes (Alejandro, Juan Pedro, Manolo, Mar, Jénifer, Miguel, Mª Ángeles, Juanma, Javi, Patricia, Sara, Rosi, Patricia, Belén, Sergio y Vicente Ramos), con Flor como última incorporación y tienen varios espacios de ensayo. Uno de ellos es el salón de actos del instituto en el que nacieron, el Gabriel y Galán y también cuentan con un local en el centro y una finca privada para el verano. Ensayan todos los viernes.

«Dedicamos en torno a dos horas semanales a trabajar seriamente y muchas más para labrar la amistad de la que gozan todos los componentes de la tuna-rondalla», porque ese es el segundo aspecto que destacan del grupo.

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