EL COMPAÑERO MÁS VETERANO DEL 112

'Chema', cara a cara con la muerte desde Plasencia

José María Pascual lleva 23 años en el servicio de emergencias de la ciudad

Junto a su equipo, ha logrado esquivar a la Parca en muchas ocasiones y la Policía Local le ha reconocido por su labor y humanidad y generosidad

José María Pascual, ante la UME 7.1 de Plasencia.

José María Pascual, ante la UME 7.1 de Plasencia. / TONI GUDIEL

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

A David, un estudiante de 14 años del IES Valle del Jerte de Plasencia, se le paró el corazón en plena clase. Hoy, es enfermero en Salamanca. José María Pascual, al que todos llaman Chema, y su equipo, le salvaron la vida y, tras esa experiencia, todos los institutos y otros centros educativos de la ciudad cuentan con un desfibrilador.

Es solo uno de los miles de servicios que Chema ha realizado a lo largo de 23 años en Plasencia, en el servicio de Urgencias y Emergencias del 112, que acaba de cumplir 24. Sus tres pilares son la «pasión, la motivación y el compromiso». Pero además, por su profesionalidad y, sobre todo, por su generosidad, la Policía Local acaba de hacerle un reconocimiento público.

Chema se siente abrumado. Confiesa que no se lo esperaba y aún no lo ha digerido del todo. Eso a pesar de los centenares de reconocimientos personales, íntimos, que ha recibido en estos años de los pacientes a los que, como él dice, han conseguido «dar años de vida».

Eso en un servicio en el que, en la mayor parte de los casos, tienen que «mirar cara a cara a la muerte» y tratar de esquivarla. No siempre ocurre, pero «cuando conseguimos que un corazón parado vuelva a latir, no hay experiencia más sublime para un sanitario», confiesa.

«Yo practico la medicina desde la entrega total y la humanidad. Lo primero es el enfermo y dar esperanza de vida a los familiares"

José María Pascual

— Médico del 112 en Plasencia

Además, lo hacen sin descuidar a sus familiares. Chema subraya que la humanidad que le enseñaron sus padres, la aplica en su día a día. «Yo practico la medicina desde la entrega total y la humanidad. Lo primero es el enfermo y dar esperanza de vida a los familiares, animar, informar, dar ánimos... Y también dar el pésame cuando corresponde».

El médico José María Pascual, en Plasencia, ante la UME.

El médico José María Pascual, en Plasencia, ante la UME. / TONI GUDIEL

Porque no todo son éxitos, la muerte también les gana la partida en ocasiones. Por eso, cree que los sanitarios, sobre todo los de urgencias y emergencias, deben ser personas con una cabeza equilibrada, ya que trabajan «en condiciones hostiles».

No obstante, destaca que, «cuando uno lo entrega todo y sabe que lo ha hecho todo, y todo es todo, sacar todo el material, mirar a la muerte a la cara o sentirla revoloteando e intentar esquivarla, y no se consigue, sabemos que lo hemos dado todo y nos queda ese consuelo y abrirnos al dolor».

Motivado y ‘enganchado’ en Plasencia

Pese a las malas experiencias, con las que se sigue emocionando, e incluso llega a las lágrimas al recordarlas, no cambiaría el servicio y la Unidad Medicalizada de Emergencias UME 7.1 por ningún otro servicio. «Al cabo de 23 años, donde mejor me desenvuelvo es en condiciones hostiles. La incertidumbre me motiva, me engancha».

Chema es de Zarza la Mayor y decidió estudiar Medicina con 18 años porque le gustaba «ayudar a la gente». Lo hizo en Badajoz y Salamanca y, después, trabajó en Alcántara y en los centros de salud de Plasencia, hasta recalar en el 112 placentino.

No lo cambia, «ni aunque me ofrecieran el doble», ni tampoco a Extremadura, Plasencia y sus comarcas. «Me siento muy privilegiado, completamente realizado. Entro contento cada día y salgo contento», afirma.

En parte es por el equipo, de 5 médicos, 5 enfermeros y 10 técnicos. Solo tiene elogios para ellos y para el centro coordinador del 112. Tiene esperanza en el futuro, por los nuevos gestores, «que han estado en las trincheras» y solo espera «que Dios me dé salud para seguir en el mismo sitio y con la misma pasión hasta que me jubile». 

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