MANTIENE EL OFICIO

Dui, de 'Tipilandia' a Plasencia con sus castañas

Dui del bosque se ha convertido en el castañero de la ciudad, a la que llega cada otoño, desde hace 17 años, con su tipi y sus ‘calbotes’, que asa con carbón de encina y calbotero artesanal

Dui, asando castañas en su puesto de Plasencia.

Dui, asando castañas en su puesto de Plasencia. / TONI GUDIEL

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Ya forma parte del paisaje de la puerta del Sol de Plasencia, en la que se instala cada año desde el 2006 para vender sus castañas asadas, sus calbotes. Dui del bosque es, por méritos propios, el castañero de Plasencia.

Nació hace 49 años en un municipio de la zona norte de Cáceres, pero prefiere decir que nació en Tipilandia, un espacio en el campo en el que vive desde hace 22 años. «De alguna manera, nací en Tipilandia, creando mi propia realidad», afirma.

«En Tipilandia vivo todo el año y por aquí pasa mucha gente, normalmente para vivir la experiencia atípica en el campo, somos como una especie de comunidad itinerante», explica.

Pero cuando llega noviembre, vuelve a Plasencia, por supuesto acompañado por un tipi, su calbotero y sus castañas.

Dui explica que el tipi es artesanal, hecho por Roberto Iglesias, un artesano de Hervás. También lo es su calbotero y una banasta de castaño fabricada también por artesanos de Hervás.

Dui, vendiendo castañas en Plasencia.

Dui, vendiendo castañas en Plasencia. / TONI GUDIEL

Las castañas las asa con carbón de encina y confiesa que no son suyas, sino que las compra crudas para luego asarlas. «Intento conseguir buena calidad para que mis clientes disfruten de este producto».

No obstante, señala que, «al principio, no son tan buenas las castañas y mucha gente viene con mucha ilusión, pero se decepcionan cuando no tienen buena suerte. Solo decir que las castañas cada vez las traigo mejores, por eso no hay que perder la ilusión».

Además, utiliza para moverlas «un artefacto que en origen es para cardar la lana. Yo lo utilizo para mover las castañas, pues es de madera y tiene unas puntas de hierro». Precisamente, advierte que el secreto para conseguir unos buenos calbotes es «tener buena materia prima, que las castañas sean buenas. También es importante el carbón y es interesante mover bien las castañas para que se hagan por igual, dándoles así mucho mimo a este producto, que es una delicia de temporada».

Mantener el oficio en Plasencia

Explica que el oficio no le viene de familia, sino que empezó «de la nada. Empecé porque no había castañero en Plasencia. Me dijeron que en otras ciudades se vendía bien y decidí hacerlo porque vivo desde entonces en el campo y quería tener una conexión con la ciudad, en este caso, para hacer negocio y poder dar un servicio».

Este año, se ha movido un poco, a la zona de la fuente de Alfonso VIII, por recomendación de la policía. «Me aconsejaron este lugar, pues es peatonal y no pasan coches. Yo estoy más a gusto y tranquilo, aunque haya gente que aún no me vio en el nuevo lugar».

Ahí seguirá también durante el mes de diciembre, de lunes a sábado, de cinco a nueve de la tarde.

Vende «unos 15 kilos en un día normal. No es mucho, pero vendrán tiempos mejores», afirma. También tiene claro que seguirá con el oficio «mientras pueda» porque «es necesario que sobreviva la imagen del castañero y que la gente joven siga conociendo las tradiciones». Además, «es muy importante comer los productos de temporada, por sus múltiples beneficios para la salud», recomienda.

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