El ambiente de la segunda jornada de huelga de estudiantes fue tenso y al final acabó con una carga policial en Cáceres. Una quincena de agentes de la Policía Nacional, y varios secretas, emplearon la fuerza para disuadir a más de 200 estudiantes que se manifestaban contra los recortes educativos frente al Ayuntamiento de Cáceres.

La carga duró pocos minutos y se produjo después de que varios alumnos lanzaran un petardo cerca de la puerta del consistorio. En ese momento, unos agentes identificaban a algunos manifestantes, mientras el grupo de policías que impedían el acceso al consistorio equipados con escudos y cascos desenfundaron las porras y comenzaron a agredir a los estudiantes hasta que consiguieron alejarlos de la entrada del ayuntamiento y bajarlos de las escalinatas. También había una decena de policías locales. El comisario de la Policía Nacional, Luis Ochagavía, pidió incluso calma a sus agentes. "Han tirado un petardo de bastante potencia muy cerca del ayuntamiento y hemos tenido que empujarlos para abajo y alejarlos", indicó a este diario tras la carga. El responsable policial aseguró que no hubo ningún lesionado, aunque un becario de fotografía de este diario fue atendido por un médico tras golpearle un agente en la parte posterior de la rodilla cuando realizaba fotos. El parte policial reseña que se utilizó "la mínima fuerza posible".

La protesta en Cáceres comenzó poco antes de la 13.00 horas frente a la subdelegación del Gobierno, donde se concentraron entre 500 y 600 manifestantes, según la policía, los alumnos aseguran que había más. Durante la protesta, que duró casi dos horas, los estudiantes arrojaron decenas de huevos que impactaron en el interior de la subdelegación, la fachada del edificio y en una docena de agentes que, protegidos con escudos, intentaban impedir el acceso al edificio. Pero también lanzaron mecheros, varias latas y botellas de plástico vacías, bolas de papel, alguna piedra e incluso un pequeño objeto metálico. Tras media hora de protesta llegaron los primeros empujones cuando otros agentes cerraban las puertas de la subdelegación y les alejaban un poco de la cera. Entre objetos volando, pitos, abucheos, insultos y consignas como "Hijos de puta", "No somos un gasto, somos inversión", "Si somos el futuro porque nos dan por culo", "Vergüenza me daría, ser policía", agentes y estudiantes mantenían un pulso que no llegó a más ahí. A las 14.30 horas los manifestantes abandonaron la concentración frente a la subdelegación hacia la plaza Mayor, ya en menor número, donde se produjo la carga policial y los principales altercados de esta huelga en la región.

El comisario de la Policía Nacional manifestó que la concentración no estaba autorizada, porque no fue avisada con diez días de antelación, y no se descarta que pueda haber sanciones tanto por este hecho como por la actuación de algunos estudiantes. "Hemos tomado fotografías e identificado a algunos porque los hemos visto lanzando objetos y posiblemente serán propuestos para sanción gubernativa, pero no hay detenidos ni habrá ninguna infracción penal", señaló Ochagavía. Las sanciones por infracción al derecho de manifestación pueden oscilar entre los 300 y los 30.000 euros y penalizarían a "aquellos que han tenido una participación activa en la manifestación o han arrojado objetos a la fuerza pública".

Por su parte, los estudiantes denuncian que la policía les agredió sin motivo. "Me han pegado en la cara y en ese momento no estábamos haciendo nada. Han cargado de golpe y la mayoría de las que estábamos delante éramos mujeres que no habíamos ni empujado", cuenta Sara, estudiante de un ciclo de Peluquería en el IES Virgen de Guadalupe. "Se han puesto nerviosos y han empezado a pegar a muchachos de 16 años. A unos chicos les han bajado de las escaleras a porrazos", señalan otras alumnas de 1º de Bachillerato del IES Norba.

Ante esta respuesta, los manifestantes repiten la concentración hoy a las 13.00 horas frente a la subdelegación del Gobierno. "Si no nos manifestamos y nos ponemos las pilas solo van a estudiar los que tengan dinero", dicen Irene y Andrea, alumnas de la Uex, en plena manifestación. "Hasta los profesores nos animan a venir". Carmen, que estudia bachillerato en el IES Hernández Pacheco, protesta porque ya son 36 en clase. "Es una barbaridad". Matteo, de este mismo centro, critica además la reforma educativa que viene. "No ha habido ningún tipo de diálogo y es una agresión social. Además este año hay muchos recortes, menos becas, han quitado el transporte escolar gratis y tenemos compañeros a los que le han obligado a cambiar de itinerario en bachillerato porque no hay plazas".

SIN INCIDENTES EN BADAJOZ Las mismas razones encontraron ayer para salir a la calle en Badajoz, aunque las dos concentraciones que se celebraron no registraron incidentes. La segunda jornada de la huelga contra los recortes en la educación pública, tuvo en la ciudad una mayor incidencia que la primera, tanto por la ausencia de alumnos en las aulas de los institutos y facultades, al sumarse los universitarios, como por la participación de los alumnos en diversos actos de protesta celebrados durante el día. El más destacado fue la concentración de unos 400 estudiantes de Enseñanzas Medias al mediodía, en la avenida de Huelva ante la Delegación del Gobierno, custodiada por un cordón policial, y uno de cuyos carriles permaneció cerrado al tráfico durante las dos horas.

La concentración transcurrió sin incidentes, en torno a una pancarta con el texto 'La enseñanza es un derecho, no un privilegio', y con gritos de "Putos recortes", "Menos recortes y más educación", "Estamos en la calle porque es nuestro futuro", "Policía únete", "Si no hay

educación habrá revolución", intercalados por pitadas y sirenas que en ocasiones interrumpían algunos representantes estudiantiles para impartir sus charlas.

Una hora antes, menos de un centenar de universitarios se reunieron en el campus pacense para participar en unas charlas impartidas por la profesora de Sociología Mané López y el secretario de Enseñanza Pública no Universitaria de CCOO, Manuel García. El seguimiento de la protesta en las facultades fue muy escaso en las primeras horas de la mañana y aumentó posteriormente. En los institutos osciló entre el 30% y el 100%.

Por la tarde, tuvo lugar otra concentración convocada por la asamblea universitaria ante la delegación del Gobierno, donde confluyeron con otra de Pobreza Cero y unieron sus protestas. Unas 300 personas participaron en el acto, en el que tras una representación teatral escenificando la muerte de la solidaridad y la cooperación extremeña, se leyeron los comunicados de las dos convocatorias y concluyeron con una pitada y una cacerolada, sin que se produjeran incidentes.

DISTURBIOS EN MERIDA Donde también se registraron incidentes fue en Mérida. Al mediodía, un grupo de unos cien alumnos de cuarto de ESO y primero de Bachillerato de diversos institutos de Mérida accedieron al patio del colegio Los Salesianos y causaron algunos disturbios. Según confirma el director, Marco Antonio Romero, una decena de estos jóvenes consiguieron acceder al interior del centro por el comedor escolar, donde se pusieron a lanzar panes y piezas de fruta al aire. Al percatarse de la situación, una profesora que intentó expulsarles del centro fue amenazada. Mientras, el grupo de alumnos que se quedó fuera se dedicó a arrojar agua a una de las clases con una manguera y a abrir y cerrar las ventanas, con lo que con el forcejeo con una profesora, esta resultó herida. Los jóvenes también realizaron varias pintadas en la fachada del centro donde pueden leerse mensajes como 'curas pederastas', 'fuera crucifijos' o 'menos teología y más filosofía', frases que también gritaron cuando estaban dentro del colegio, explica el director. El centro aún no decidió ayer si tomará represalias, informa Rocío Entonado. Al margen de este incidente, unos 300 estudiantes se concentraron frente al Parlamento tras recorrer las calles de la capital. Hoy terminarán los tres días de huelga convocados por los estudiantes con una jornada en la que también participan los padres. Freapa pide que nadie lleve sus hijos a la escuela.