El Periódico Extremadura

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LA REGIÓN EXTREMEÑA PIERDE HABITANTES PERO NO SOLO EN EL MUNDO RURAL: LA CAÍDA LLEGA A LAS CIUDADES

SOS del sector inmobiliario en Cáceres contra la despoblación

La ciudad reúne a 17 colegios provinciales en el primer foro nacional que aborda el problema. Hay 1,3 personas por hogar y la situación es «crítica» según expertos como Julián Mora

Una de las intervenciones durante el congreso, a cargo del doctor y catedrático Julián Mora Aliseda. CARLA GRAW

Diecisiete colegios oficiales de agentes de la propiedad inmobiliaria de todo el país se dieron ayer cita en el primer foto nacional que ha abordado ‘El mercado de la vivienda en la España despoblada’, celebrado en Cáceres. La situación preocupa porque la caída de habitantes sigue avanzando, especialmente en el interior peninsular. El descenso de población en el mundo rural comienza a llegar ya a las ciudades, entre ellas Cáceres y Badajoz, que habían resistido mejor hasta el momento. En cada hogar de la provincia de Cáceres viven solo 1,3 personas, y la media extremeña está en 1,6 porque Badajoz aguanta en el 1,7. El promedio nacional es de 1,8, un dato inquietante si se compara con los 3,6 inquilinos por vivienda de los años 80.

El primer congreso nacional que ha reunido al mundo inmobiliario en torno al despoblamiento, ha sido organizado por el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Cáceres (COAPI). «Los últimos datos revelan que la provincia cacereña tiene 1.757 habitantes y 1.290 viviendas por municipio», indica el presidente del COAPI, Francisco Marroquín. De las 223 localidades cacereñas, 211 tienen ya menos de 5.000 habitantes y 150 menos de 1.000, con una población además envejecida. «El ritmo de descenso es vertiginoso», lamenta. El último año en el que la provincia elevó su censo fue 2011; desde entonces lleva una década en descenso sin lograr remontar un solo ejercicio. De hecho, en 2018 bajó de los 400.000 habitantes y no hay visos de recuperar esa barrera.

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La mortalidad de una población mayor, la baja natalidad o la marcha de trabajadores en busca de otras oportunidades son problemas que se reproducen en distintas provincias y que en Cáceres han abordado los agentes inmobiliarios de País Vasco, Galicia, Asturias, La Rioja, Castilla y León, Andalucía, Castilla-La Mancha, Valencia o Baleares, con ponentes de la altura de Luis Fabra, máxima autoridad en estadísticas de viviendas de España, y Julián Mora Aliseda, doctor en Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Extremadura, y catedrático de Ordenación del Territorio y Desarrollo Sostenible.

130.000 viviendas vacías

Julián Mora abordó la situación con su característica exposición didáctica. «Extremadura, perteneciente a la denominada España Vaciada, se encuentra en una situación crítica desde el punto de vista demográfico. Tenemos aproximadamente 130.000 viviendas vacías en toda la región, y no sólo en el ámbito rural, sino en nuestras principales ciudades como Badajoz, Cáceres, Mérida, Don Benito, Villanueva de la Serena, Plasencia o Almendralejo», afirma, recordando que tanto la capital cacereña como la pacense se han estancado en el último decenio. De hecho, en 2021, Badajoz perdió 709 habitantes y Cáceres 837. «Durante una década las ciudades han estado en fase de meseta, sin crecer, pero ahora existe la amenaza de entrar en fase de regresión», advierte.

Salvo Don Benito, «no hay en este momento ningún núcleo extremeño de cierto tamaño que no registre pérdida poblacional». Los municipios más pequeños, inferiores a 2.000 e incluso 1.000 habitantes, abundantes en las sierras cacereñas, se encuentran en una situación prácticamente «irreversible» y sería necesaria una efectiva «comarcalización política, jurídica y administrativa». Y es que Extremadura «tiene una extensión mayor a la de 40 países del mundo». «Hay pueblos con más distancia a su capital, Badajoz, que de esta a Lisboa», precisa Julián Mora. Cabe recordar que la comunidad extremeña solo alberga dos provincias «en una superficie bastante superior a Galicia y Cataluña, que se dividen en cuatro». Y esta dispersión de los habitantes complica su acceso a los servicios, afecta al mercado inmobiliario, y es un lastre para la mayor parte de los sectores económicos.

Sí hay opciones

Pero hay posibilidad de vuelta atrás. Julián Mora subraya que existen puertas abiertas a la recuperación. «Lo que tenemos que hacer es cambiar la tendencia y ello pasa por impulsar el desarrollo económico de Extremadura, por explotar racionalmente los inmensos recursos de la región», afirma el catedrático.

Y esto significa que «deben acelerarse los proyectos que están en marcha y con posibilidades de asentarse en Extremadura», porque «no podemos renunciar a interesantísimas iniciativas como son las transformaciones del sector agropecuario, la creación del ‘data center’ de CC Green en Cáceres, la explotación racional y sostenible de la minería en las ‘cuencas mineras’ de Cáceres y Cañaveral, y la gigafactoría de Navalmoral», además de apuntalar otras actividades «como la remolachera, las plataformas logísticas o la explotación de nuestro patrimonio turístico y natural». 

En definitiva, «tenemos un enorme territorio al que debemos sacar el máximo resultado desde una óptica sensata, no solo para fijar nuestra población, sino para atraer trabajadores ligados a estos enormes proyectos», concluye Julián Mora. 

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