la hemeroteca a raíz de la polémica en murcia

Rocío Saiz no fue polémica en Cáceres

La cantante actuó con Las Chillers en Horteralia hace cinco años, donde ya protagonizaba el gesto reivindicativo de quitarse la camiseta 

Rocío Saiz, durante un concierto.

Rocío Saiz, durante un concierto. / Fernando Sánchez

Gema Guerra Benito

Gema Guerra Benito

Cuando se hizo viral aquello que cantaba Rigoberta Bandini y que a punto estuvo de representar a España en Eurovision, “no se por qué dan tanto miedo nuestras tetas”, Rocío Saiz llevaba ya años de ventaja. En cada gira de Las Chillers, la banda de versiones con la que giró durante años, cerraba el concierto quitándose la camiseta a modo de reivindicación. Siempre la bandera LGBTIQ+ y ese gesto.

Ya fuera de las Chillers continuó su carrera en la música, ya con su proyecto en solitario, y ha mantenido la misma consigna. La paradoja es que después de coronar cada directo desde 2016 con ese gesto sin más repercusión, ha sido en pleno 2023 cuando fue víctima de un episodio de abuso durante su actuación en el Orgullo de Murcia. Tal y como recogen los vídeos y como ella mismo ha hecho público, un agente de la policía paró el directo cuando se descubrió los pechos e intento cubrir su cuerpo con una de las banderas. Después de que trascendiera en los medios, el agente ha sido expedientado por la Policía Local, que ha querido desvincularse de una actuación que han considerado fuera de lugar porque la cultura está amparada bajo la libertad de expresión.

Saiz ha aprovechado el altavoz de las redes para denunciar la actitud arbitraria del agente y para agradecer el apoyo en las últimas horas. El policía ha arremetido de nuevo y la cantante ha anunciado que acudirá a los tribunales por lo que ha considerado un abuso policial.

Afortunadamente, solo la hemeroteca y no la polémica recuerda que la cantante hizo parada en Cáceres hace cinco años. Lo hizo dentro de la programación del festival Horteralia en 2018 que se celebró en el pabellón Multiusos --este año se muda al ferial-- y ante un aforo que respondió con euforia a la energía frenética de las Chillers. El concierto transcurrió con normalidad y el concierto se cerró sin polémica alguna. Precisamente, ese mismo año el PP de Molina de Segura calificó el gesto de «irrespetuoso» y «erótico» y reclamó responsabilidades a la alcaldesa, entonces del PSOE.

Con respecto a la polémica, el abogado y exconcejal del Ayuntamiento de Murcia, Sergio Ramos, que estuvo presente durante el altercado, puso de manifiesto en declaraciones a La Opinión de Murcia, del Grupo Prensa Ibérica, que los espectáculos culturales "no están sujetos a ordenanzas municipales" como las que regulan el exhibicionismo. "Es una locura jurídica y política: en un museo o en el cine tienes desnudos por doquier. La interpretación artística no se regula igual".

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