Jueves Santo de penitencia

Los Empalaos de Valverde de la Vera, tradición y promesas

El municipio verato revive una celebración que data del siglo XVI, en la que el silencio, el recogimiento y el respeto son protagonistas

Este año, un vecino de la comarca se suma a quienes recorren las catorce estaciones del Vía Crucis por las calles del pueblo

Los Empalaos de Valverde de la Vera

Toni Gudiel

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

El empalao camina descalzo, con un timón de arado a la espalda, sujeto por una soga de esparto que le envuelve el torso y lleva los brazos desnudos. Una enagua blanca le cubre de cintura para abajo, de la mitad de sus brazos penden un par de vilortas, con tres aros cada una y una toga, símbolo del Crucificado. Cubre su rostro un velo blanco que sujeta con una corona de espinas y, sobresaliendo por encima de la cabeza, dos espadas cruzadas.

Es la imagen de la madrugada del Jueves al Viernes Santo en el municipio cacereño de Valverde de la Vera, una tradición que se remonta al siglo XVI y que los valverdanos viven "con recogimiento, silencio y respeto", en palabras de su alcaldesa, Esperanza Mayero. Se trata de una fiesta declarada de Interés Turístico Regional y se está pendiente de revalidar la declaración de Interés Nacional, según apunta la Cofradía de la Pasión de Jesucristo y Hermanos Empalaos.

Su labor es custodiar y ayudar a los penitentes, que no están obligados a comunicar si se empalarán para realizar el Vía Crucis por las catorce estaciones que están repartidas a lo largo del municipio. La cofradía señala, no obstante que, este año, ha mostrado su disposición a empalarse una persona de fuera del pueblo, aunque sí de la comarca verata. Además, este sábado también está previsto que salgan empalaos.

Ningún año se ha dejado de empalar en Valverde de la Vera

La meteorología tiene la última palabra porque, aunque "ningún año se ha dejado de empalar", lo cierto es que "influye, la lluvia es perjudicial porque aprieta las sogas y pesan, pero el frío es bueno porque se suda", indica la cofradía.

Desde la medianoche y hasta el amanecer, pueden salir los empalaos para cumplir una manda o promesa gracias a un ritual que suele durar en torno a una hora y media, entre que se visten, desvisten y realizan el recorrido.

Para la cofradía, lo más importante es "que vayan superconcentrados, que no les moleste el peso, no les presione el cuerpo, porque se les para la circulación". Cuando se desvisten, tienen que tener más tiempo los brazos en cruz y se les frota con alcohol de romero y, poco a poco, "se les va soltando porque no sienten nada".

La alcaldesa subraya que, cuando se ve el viacrucis por primera vez, "la gente se queda encantada y se unen al empalao haciendo su recorrido con ellos, en silencio, en señal de respeto. Se quedan maravillados con las calles, las regueras", con un municipio que es Conjunto Histórico Artístico desde 1971 y que forma parte de la asociación de los pueblos más bonitos de España desde el 2019.

Es "nuestra fiesta más importante por el significado que tiene para los valverdanos, para la economía del pueblo por los visitantes que recibimos. Es también un punto de encuentro de la emigración que viene para empalarse", señala la cofradía, al tiempo que la alcaldesa hace hincapié en que Los Empalaos es "una tradición que queremos conservar fomentando el turismo y que la gente más joven se una, se vistan y aprendan a vestir a los empalaos porque la gente mayor ya no puede por su edad y es una tarea ardua, difícil, no vale cualquiera, tiene que ir muy bien vestido porque si no le provocaría rozaduras".

"Invitamos a todos a conocer nuestra Semana Santa. Valverde es un pueblo pequeño, pero con mucha tradición, encanto y belleza, rodeado de gente que vive esa devoción y tradición".

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