De Cáceres a Los Ángeles

Fueron sólo 29 segundos. Pau se estrenó con 18 años, un día 17 de enero de 1999, con el número 17 en nuestra ciudad. El Barcelona perdió ante el Cáceres. Fue una tarde de domingo más, que arrancaría el camino de una leyenda de un chico que tenía un sueño: jugar a baloncesto. 

Aquí se inició la historia de aquel chico joven que se prepararía para ser el Moisés del baloncesto, que nunca bajo los brazos y siempre encestó lo que pensó. Paciencia y mentalidad iban a ser sus compañeras de camino. Todo en él iba a ser una lucha, a modo de combate bajo la zona al grito de intensidad en defensa y libertad en ataque. 

Paso a paso, revestido de esa disciplina americana, aquel chico de que debutó con el número 17, ahora acaba de colgar su camiseta con un número menos, el 16, para formar parte de la historia de la NBA. En palabras suyas, «excediendo cualquier sueño o expectación que haya tenido». 

Una retirada a la altura de una leyenda, que comenzó en ese pabellón V Centenario del campus universitario de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, como patrimonio de todos es ya su baloncesto. 

Su camiseta queda retirada en todo lo alto y el sigue con los pies en el suelo. Debutó con la humildad de un chico que empezaba y se retira con las lágrimas de un guerrero abanderado de espíritu olímpico, competitividad («empuja, esfuérzate cada día») y respeto. Tu éxito admirado por todos nos devuelve a la infancia, en las que disfrutábamos de esas tardes maravillosas de baloncesto ACB, gracias Pau.