«Nuestra primera bala es el Montijo, la segunda es el Montijo y la tercera también es el Montijo». Dani Gallardo, jugador del Cacereño, lo tiene muy claro: aunque haya dos opciones para conseguir el ascenso a Segunda RFEF, solo hay que pensar en una, en la del próximo lunes a las nueve de la noche en el Emilio Macarro.

El covid y todos sus problemas asociados (diez días confinados en casa sin poder entrenar con normalidad) son ya cosa del pasado y el Cacereño solo piensa en llegar lo mejor posible al partido de Montijo. «En una semana y media es cierto que se pierde algo, aunque no tanto. Por eso creo que vamos a llegar al cien por cien. Y si alguno no lo está, con las ganas que tenemos lo compensaremos seguro», dice Gallardo (La Línea de la Concepción, 1990). El miércoles, el primer día de entrenamientos, reconoce que les costó «un poco», pero la sesión de este jueves «ya ha cambiado, estamos en dinámica ascendente».

Con cuatro fases de ascenso a sus espaldas, un ascenso con el Algeciras, casi un centenar de partidos en Segunda B y muchos más en Tercera, Gallardo es todo un veterano que sabe que el del lunes será un partido muy farragoso, donde serán clave las segundas jugadas y los pequeños detalles que obligarán a una concentración total durante los 90 minutos. Lejos del Príncipe Felipe le está costando al Cacereño en esa fase de ascenso. Perdió en Navalmoral y empató en Coria. «El campo, las dimensiones, todo eso nos puede afectar, y nos afecta. En nuestro estadio estamos bastante cómodos», indica. 

«Nuestro campo nos permite hacer un fútbol más combinativo y cuando vas al campo de otro, con césped artificial y con dimensiones más reducidas, pues ahí nos cuesta un poco», decía días atrás el técnico Julio Cobos. «Este campo [el Príncipe Felipe] es muy grande y al final encontramos los huecos».

Un fijo para Cobos

La clave estará, según Gallardo, en las segundas jugadas:«El equipo que las gane, se llevará el partido». Y el premio no es menor, ya que la victoria vale un ascenso.

El lateral izquierdo linense es uno de los fijos de Julio Cobos. Solo se ha perdido dos partidos en toda la temporada, curiosamente los dos ante el Diocesano. El de la primera jornada no lo pudo jugar por lesión. Al primero de la segunda vuelta faltó por el covid. «Sí, la verdad es que sí estoy contento con la temporada. Siempre intento poner sacrificio y trabajo y me siento orgulloso de poder darlo todo. Ahora a ver si le ponemos el broche de oro a esta temporada». 

El confinamiento ha sido duro, aunque convivir con dos compañeros de plantilla, Álex Caramelo y Raúl Espinosa, quizás haya ayudado a hacerlo más llevadero. «Cuando estábamos jartos de estar aquí metidos, buscábamos algún juego o veíamos algún programa de la tele y hacíamos como si fuésemos participantes, era la única manera de que el tiempo pasara más rápido», relata de buen humor. 

Ahora vuelve a haber prisa porque el tiempo pase rápido, aunque ahora lo que quiere que llegue cuanto son las nueve de la noche del lunes.

Representantes de Cacereño, Diocesano y ayuntamiento junto a los autobuses rotulados. CEDIDA

Los autobuses urbanos de Cáceres, con Cacereño y Diocesano

Dos autobuses urbanos de Cáceres circulan desde ayer con rótulos de ánimo a Cacereño y Dioceano en su lucha por el ascenso a Segunda RFEF. Representantes de ambos clubs estuvieron junto a Andrés Licerán, portavoz del ayuntamiento, en el acto de presentación.