Fútbol / Fútbol playa

Alicia Galán y sus lágrimas en el Mercadona

La oliventina recibe con enorme alegría su nombramiento como árbitra internacional de fútbol playa

Alicia Galán Cayado, con su uniforme de árbitra.

Alicia Galán Cayado, con su uniforme de árbitra. / FEXF

Alicia Galán Cayado (Olivenza, 1995) no se lo podía creer. Sin mucha fe se había presentado el pasado mes de septiembre a un curso para conseguir la categoría de árbitra internacional en fútbol playa y le estaban diciendo, justo en la puerta del Mercadona, cuando iba a hacer una pequeña compra, que había sido escogida para ocupar uno de los puestos vacantes.

«Yo pensaba que no lo iba a conseguir. Me puse a llorar cuando me lo dijeron», recuerda. El próximo verano se podrá ir de gira aquí y allá para dirigir partidos de máxima exigencia en esta modalidad, en la que empezó hace muy poco, en 2021.

«A ver la experiencia. Llevo muy poco tiempo en el fútbol playa. Me lo tomo como una oportunidad para el crecimiento personal: tienes que saber inglés, viajas sola...», señala.

Como muchas futbolistas en la región, con el Cacereño Femenino acumulando éxitos nacionales e incluso internacionales, será un complemento veraniego para ella, el otro lado de la temporada ‘normal’. «El fútbol playa es superbonito y mucho más sano que el fútbol. Cuando te equivocas se respira otro ambiente», sostiene. Y es que normalmente ella pita partidos de Tercera Federación, continuando una trayectoria muy prometedora en la que no faltaron las dudas en su momento. «Llegué a estar un poco desilusionada con el fútbol y pensé hasta en dejarlo. Pero Carlos Álvarez Liria me dijo que le había gustado cómo pitaba y me animó a seguir. Tuve mucha suerte con él y se lo agradezco», reconoce.

En el fútbol playa, sostiene, es más difícil pitar. «Debes estar mucho más concentrada. Hay muchos contactos y también otras cuestiones, como los cambios», asume. Pero ahora se siente fuerte para afrontar cualquier reto.

Exjugadora de Primera

La fórmula mágica, reitera, se basa en varias patas: «saberte las reglas, estar bien físicamente y tener personalidad porque todo el mundo te va a intentar engañar. Pero a mí esto último me parece casi normal porque cada uno vez las cosas de una manera y lucha por lo suyo. Podemos estar discutiendo toda la vida una jugada, pero es cuestión de perspectiva. A lo mejor yo veo una cosa y mi asistente ve otra. El arbitraje es muy subjetivo», reflexiona.

Alicia Galán se crió en una casa en la que el fútbol era casi una religión, pero a contracorriente porque por ejemplo su hermana Bea ha sido entrenadora de fútbol masculino durante muchos años, protagonizando varios ascensos con el San Jorge. «Hasta a mi madre le gusta el fútbol», dice. 

La propia Alicia llegó a debutar y a disfrutar de mucho protagonismo en la Primera División nacional con el Comarca Llanos de Olivenza teniendo 16 y 17 años en las temporadas 2011-12 y 2012-13, cuando la máxima categoría no era desde luego tan mediática como ahora y que España fuese campeona del mundo fuese una utopía. «Jugaba pivote, de central, de lateral», apunta. 

¿Y era protestona? «Bueno... Un día hasta me expulsaron. Ahora me río, pero no estoy orgullosa de ello. El arbitraje me ha cambiado completamente porque soy muy explosiva, pero pitando te tienes que controlar. Me gusta hablar con los jugadores y entiendo su frustración», cuenta. 

Le gusta dialogar con los jugadores, aunque «a veces te tienes que poner demasiado seria». Se exige tanto que esta Navidad la está pasando incómoda porque en el partido que dirigió anterior al parón entre el Jaraíz y el Diocesano dio cómo válido un tanto que no debió a subir al marcador en contra del equipo cacereño, que perdió el choque (2-1). «He visto las repeticiones y me equivoqué, lo reconozco. En el campo no lo aprecié así y he estado fastidiada unos días», lamenta. 

Lo hace mientras acude su trabajo en un centro de día que depende del ayuntamiento de Olivenza. También ha hecho unas oposiciones aspirando a ejercer como ordenanza. El arbitraje no da de comer en estas categorías, ni el fútbol playa tampoco, pero sí que permite disfrutar con ello, a su manera.

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