Fútbol. Segunda Federación

Platero, una bala diferencial en el Llerenense

El jugador del equipo de Llerena guarda un buen recuerdo del Cacereño y está convencido de que su equipo salvará la categoría

Platero.

Platero. / Natalia Munozqui / Llerenense

Está en el año de su consagración en Segunda Federación. Va a por los 26 años, pero todavía considera que le queda mucho margen de progresión y, sobre todo, una gigantesca confianza en sus posibilidades. Tiene la sensación de haber hecho buenos números este año en Llerena, pero también tiene otra percepción de que podrían haber sido incluso mejores. Hablamos de un jugador que, en su prime, es diferencial en cualquier equipo.

Pablo Platero es un arma versátil para el Llerenense. El próximo domingo, el jugador de Usagre volverá a cruzarse con el Cacereño en un derbi regional muy esperado, tanto por lo que se juegan ambos equipos, como para los que esperan por debajo. Platero está siempre agradecido al cacereñismo de cómo le trató y lo feliz que fue en el Príncipe Felipe. “Del Cacereño tengo un recuerdo muy bonito. Podemos decir que fue el año de mi explosión y, además, fue el año que me di cuenta de que quería dedicarme al fútbol de forma más profesional. Fue el equipo que hizo de trampolín para que pudiera jugar en Segunda Federación. Ser el máximo goleador y lograr el ascenso fue muy bonito. Me trataron muy bien y, por eso, guardo esa etapa con gran cariño” reconoce el futbolista.

Platero es de esos jugadores que da gusto ver jugar y hablar, dentro y fuera del campo. Sensato, honesto y siempre muy optimista. “Creo que, ahora mismo, cualquier directivo, jugador o aficionado del Llerenense firmaba estar en la situación en la que nos encontramos. Es verdad que podríamos haber estado más arriba, pero aquella racha de seis partidos sin ganar y sin marcar nos hizo perder esos tres o cuatro puntos que ahora nos tendrían casi salvados. Pero yo soy optimista. Nos quedan dos en casa y dos fuera. Creo en mi equipo”, asevera.

Sabe que el domingo hay un encuentro de cajones cerrados y mucha tensión en el ambiente. Conoce bien a Julio Cobos y a su forma de plantear fuera de casa los partidos. “Tengo buena relación con él. Me dio mucha confianza y aprendí mucho”.

Como le ocurre a muchos, cree que el Cacereño debería estar más arriba. “Después de lo del año pasado, que se quedaron a un paso, toda la gente pensaba en que haría un buen equipo y sería su año. Pero esta es una categoría complicada donde, a veces, no salen las cosas. Me sorprende mucho verles ahí abajo, pero creo que ganando un partido lo tienen hecho”.

Personal

Habilidoso, perspicaz y siempre peligroso, Platero ha ido tomando cuerpo en la categoría. Este año ha firmado cinco goles y tres asistencias, aunque una lesión muscular le ha lastrado bastante en los últimos encuentros. ¿Está contento con su rendimiento? “Pues por un lado, está bien marcar cinco goles porque no soy delantero y en un equipo como el Llerenense se valora mucho. Por otro lado, no tanto porque he tenido oportunidades claras de hacer más goles. Mi reto era marcar ocho goles esta temporada, pero he tenido protagonismo y no me puedo quejar”.

También reconoce que la labor de su entrenador, sabiéndole dosificar en momentos importantes, ha sido clave para que su rendimiento sea regular.

Salvarse con el Llerenense es la gran obsesión del extremeño, que termina contrato este año, pero que no quiere pensar en nada más allá de este mes de competición. Asegura que el Llerenense está siendo un club ejemplar. “El tema de pagos va al día y, aunque esto debería ser lo normal, desgraciadamente no lo es en el fútbol. Valoramos mucho el esfuerzo que hace la directiva”. También elogia a sus aficionados: “son muy importantes para este club. Gente con ganas y humilde”. Platero quiere ser el domingo esa bala diferencial que tanto hizo levantarse en su momento al público del Cacereño. Ahora, la bala, va en otra dirección. 

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