LA IMPORTANCIA DE UN GESTO QUE SALVA VIDAS A DIARIO

«Donar hoy es salvarse mañana»

Extremadura es por octavo año consecutivo la primera comunidad en donaciones de sangre en España. Donantes dan su testimonio en unas fechas en las que suelen bajar «ligeramente» las tan necesarias reservas

Detalle del puño y la bolsa de un donante durante una campaña en Cáceres.

Detalle del puño y la bolsa de un donante durante una campaña en Cáceres. / SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Marian Rosado Gallardo

Marian Rosado Gallardo

«Anime a conocidos a donar sangre. Esta Navidad el regalo eres tú. ¡Dona sangre!». Es parte del mensaje de una de las campañas de donación de sangre que se han llevado a cabo en estos días en la región. En concreto en Almendralejo, donde ha habido una colecta desde el pasado día 20 hasta el día 30. La Navidad es una época crítica para que no decaigan las provisiones: «Los enfermos no saben de fiestas», subraya Lola Durán, presidenta de la Hermandad de Donantes de Sangre de Badajoz, la más grande de las ocho que hay en la región --están también las de Cáceres, Coria, Don Benito-Villanueva, Llerena, Mérida, Navalmoral y Plasencia--. Engloba a 81 localidades y cuenta con más de 55.000 donantes. 

Según los datos que manejan, en este 2022 la hermandad ha conseguido 1.990 nuevos donantes y ha recogido 21.183 bolsas de sangre, del total de 50.366 de toda Extremadura. «Estas bolsas salvan 100 vidas diarias. El 30% se destinan a enfermos oncológicos. Son muy importantes en emergencias y accidentes o para tratamientos hematológicos de gente que necesita renovar su sangre», expone Durán, quien define a los donantes como «los ángeles invisibles»: «Dar tu sangre es un acto de amor, es dejar una parte de ti, un compromiso social con la vida y un sentido del deber cívico», describe. 

Y esa solidaridad no debe pararse durante las fiestas, cuando suelen bajar «ligeramente» las reservas, ya que en festivos cierran algunos puntos de donación y la gente acude menos, resume Durán, quien insiste orgullosa en la «cultura de la donación» que hay en la región: «Es algo de cada casa, donde donan el abuelo, los padres y los jóvenes. Cuando una persona da el paso de donar, es algo que sigue haciendo porque es una satisfacción interna el saber que estás ayudando a los demás, que cuando lo hacen ya no paran nunca», describe. «Incluso, de manera egoísta, es una forma de hacerse un chequeo médico, un análisis completo de todo tipo de enfermedades. Durante el covid se hacían test serológicos y gracias a ellos muchos donantes supieron que lo habían pasado asintomáticos», detalla. 

Fue la pandemia un momento difícil, pero la solidaridad se mantuvo, por lo que Durán subraya «el maravilloso trabajo al pie del cañón» realizado por los diferentes delegados y colaboradores de las hermandades: «Yo digo que son el alma máter después de los donantes». «Se demostró que la sangre de un paciente que había superado el covid era la mejor medicina para otro que estuviese grave. La sangre es algo que no se puede comprar, por mucho dinero que tengas, es algo que necesitamos todos poner el brazo», narra.

Los testimonios

En ese último apunte coinciden los testimonios de cuatro donantes de sangre «fieles», de los que ya han agotado todos los obsequios concedidos cada vez que se sobrepasa un número de donaciones -- diplomas ( para aquellos que realizan cinco donaciones), insignias de plata (más de 10), placas (más de 20), relojes (más de 30), insignias de oro (más de 45) o insignias de platino (60 o más de 60 donaciones)--. 

Aunque, claro está, no son estos detalles los que les mueven sino una sensación común: la satisfacción, propia y por saber que con ese gesto se están salvando vidas --con una bolsa de sangre se puede ayudar hasta a tres personas diferentes--.

Lo vio de primera mano María Teresa Casillas (Montijo, 59 años) cuando apenas había cumplido los 18 años: «Enfermó la madre de una amiga en Tarragona, por aquel entonces yo vivía allí, y pidieron sangre. Ahí me acerqué al hospital y lo pude ver de primera mano», rememora. Esa necesidad la volvería a comprobar hace más de 20 años, cuando su hermana le tuvieron que hacer un trasplante de médula, que también prestó Casillas: «Mi hermana necesitó muchísima sangre y no solo ella, yo veía la necesidad para otros enfermos», apunta. Por eso subraya: «La sangre es la base de la sanidad, sin ella la sociedad no funcionaría porque para cualquier operación si no hay sangre en reserva no se hace, por muy sencilla que sea», incide.

Esta costurera se lamenta sin embargo de que desde hace algo más de tres años no puede donar por el tratamiento médico que toma, pero aún así sigue colaborando como delegada en Montijo: «Me da hasta envidia no poder donar», afirma. Sí lo hacen sus tres hijas, tal y como, rememora, también donaba su padre. Porque donar es también una manera de crear lazos y comunidad.

Social

Así lo confirma Pedro Fernández (Villafranca de los Barros, 49 años): «Ir a donar es algo así como un acto social. Vas cada cuatro meses cuando hay la colecta --más del 90% de las donaciones se realizan en estas, según la Memoria del Banco de Sangre de 2021-- y te encuentras con vecinos, con gente que hace tiempo que no ves. Se crea una cultura de la donación», expone. Una cultura que empieza en la propia familia y se extiende entre amigos y el entorno. «El 86% de las donaciones se dan en los pueblos. No por nada, la gente es igual de buena en todas partes y también se dona en las ciudades pero en los sitios pequeños se conoce todo el mundo y está eso de ‘vamos a donar’», ratifica Durán.

Precisamente ella fue una de las personas que inspiraron a Fernández a donar cuando era profesora en el colegio San José de Villafranca, según relata él mismo. «Se puso la semillita en los estudiantes y eso da sus frutos», dice Fernández.

Jóvenes

Por este motivo las hermandades cada vez dan más charlas en centros educativos o, por ejemplo en Badajoz, ponen puntos de recolecta en las facultades. 

Esa inquietud por salvar vidas también la siembra Félix Zambrano (Almendralejo, 58 años) en su comunidad educativa como director del CEIP Antonio Machado de la localidad. «Tenemos una figura en los centros educativos que es la del responsable de salud y con él hacemos campañas, nos movemos...», explica.

Zambrano admite que tiene todos los premios: «He pasado todos los límites. Tengo el reloj, el pin, todo». No es de extrañar cuando lleva más de 35 años donando, desde su primera vez en el servicio militar.

Allí también fue el primer momento en el que Juan Luis Agudo (Badajoz, 51 años) puso el brazo: «Recuerdo que nos daban un día libre como aliciente», rememora este bombero que ya ha sobrepasado las 90 donaciones. 

Pero no son los obsequios los que mueven a estos donantes, que insisten en la importancia de salvar vidas con un pequeño gesto: «Yo digo que una persona que salva la vida de otra poniendo la suya en peligro es un héroe, el que lo hace sin ponerse en riesgo es un donante», afirma Casillas. «Una de mis hijas es enfermera y siempre cuenta cómo la sangre se usa para muchas enfermedades», tercia Zambrano. «La sangre no se fabrica, no se compra con dinero. Sin las donaciones no se podría vivir», detalla Durán. Por ese motivo Aguado lanza una cuestión al aire: «Yo creo que incluso deberíamos empezar a plantearnos ofrecer algún tipo de incentivo, un beneficio fiscal, algo, para que la gente indecisa se anime a dar el paso», plantea.

Para todas esas personas que aún no se han animado a dar el paso estas voces inciden en que no hay que tener miedo ni de las agujas ni de los mareos, que es un proceso limpio, rápido y en un entorno completamente medicalizado. Además, al donar sangre se pasa por un chequeo médico completo.

Plasma, glóbulos rojos y glóbulos blancos. La sangre es vida, tal y como se puso de manifiesto durante lo peor de la pandemia del coronavirus, cuando se comprobó como este líquido de pacientes curados ayudaba a los más graves.

«Donar hoy es salvarse mañana, tanto tú mismo como alguien cercano», resume Fernández.

¿Quién puede donar sangre?

Tal y como indica el Banco de Sangre de Extremadura, para donar son necesarios tres requisitos básicos: tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilogramos y encontrarse bien de salud.

Por otro lado, hay situaciones que contraindican la donación, ya sea porque podrían causar un perjuicio al donante, por ejemplo en personas con anemia, embarazadas, mujeres que estén lactando, etcétera, bien porque podrían suponer un riesgo para el receptor, como los antecedentes de hepatitis o SIDA, pertenencia a grupos de riesgo para este tipo de enfermedades, toma de determinados fármacos...

Se recomienda que las mujeres donen sangre tres veces al año y los hombres cuatro. Entre donación y donación debe pasar un mínimo de dos meses.

El Banco de Sangre renueva su tecnología

El Área de Salud de Mérida finalizó esta semana la renovación tecnológica del Banco Regional de Sangre con la adquisición de dos refrigeradores, un congelador rápido de plasma, tres incubadores y nueve agitadores de plaquetas.

La inversión total que se realizó es de 150.000 euros y con ella se mejora la dotación de equipamiento del banco de sangre, con el objetivo de procesar y almacenar los componentes sanguíneos con equipos de última generación que mantengan la calidad de los componentes de la mejor manera posible.

Según informó la Junta, en concreto, al congelar el plasma a menos de -30 grados centígrados en menos de una hora, se espera aumentar el rendimiento del plasma en la elaboración de hemocomponentes y mejorar el resultado en pacientes transfundidos.

Los concentrados de plaquetas serán almacenados en las mejores condiciones de temperatura y agitación continua, con el objetivo de ofrecer al paciente un producto con la mayor calidad posible.

Desde el Banco Regional de Sangre de Extremadura se coordina la promoción, donación, procesamiento, y análisis de sangre y plasma humanos, donados de forma altruista por los ciudadanos, que después son distribuidos a todos los hospitales de la región.

Gracias a su labor, es posible que los extremeños dispongan del soporte hemoterápico sin el cual, tratamientos para el cáncer, enfermedades hematológicas, trasplantes y muchas cirugías, no podrían realizarse. EFE

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