TESTIMONIO DE UNO DE LOS AFECTADOS

Víctimas extremeñas en el juicio del Alvia: "El impacto emocional está intacto"

Óscar Mateos, un profesor de Jaraíz herido en el accidente de tren de Galicia que dejó 80 muertos en julio de 2013, declara en Santiago de Compostela como testigo. En mayo será el turno de la familia de David Martín, el joven de 21 años natural de Bohonal de Ibor que perdió la vida en el siniestro

Una imagen del juicio por el accidente del Alvia.

Una imagen del juicio por el accidente del Alvia. / EFE

Óscar Mateos salió del accidente ferroviario más grave de los últimos 40 años en España con apenas unos cortes. El daño físico fue mínimo pero aunque ha pasado ya casi una década del siniestro, el impacto emocional "está intacto". Óscar, guardia civil en excedencia y profesor de FP en Jaraíz de la Vera, es una de las 244 personas que el 24 de julio de 2013 viajaba en el Alvia 04155 que descarriló en la curva de A Grandeira, a unos tres kilómetros de la estación de Santiago de Compostela. El convoy circulaba a 190 kilómetros por hora en un tramo de 80 y el viaje terminó con 80 fallecidos y 145 heridos.

Casi 10 años después de ese momento, Óscar se ha sentado a declarar como testigo en el juicio que desde el pasado mes de octubre se celebra en la capital gallega. Una vez finiquitada la parte penal, las comparecencias de las víctimas han dado inicio esta semana a la segunda fase del proceso, que se centra en dirimir la responsabilidad civil y determinar las indemnizaciones. Además de Óscar Mateos, que ha declarado este jueves como superviviente, desde Extremadura también lo hará, en el próximo mes de mayo, la familia de David Martín, el único fallecido extremeño en el siniestro. El joven, de 21 años, era de Bohonal de Ibor, estudiaba en Galicia y perdió la vida en ese tren junto a su novia.

Oscar Mateos, superviviente del accidente del Alvia ocurrido en Galicia en julio de 2023.

Oscar Mateos, superviviente del accidente del Alvia ocurrido en Galicia en julio de 2023. / EL PERIÓDICO

Para las tres primeras sesiones de esta semana (martes, miércoles y jueves) se ha citado a 15 testigos. Este jueves ha sido el turno de Óscar, que ha tenido que responder ante la jueza un cuestionario de preguntas tipo sobre "el antes, el durante y el después del accidente", así como las secuelas físicas y psíquicas que le han quedado tras la tragedia. Reconoce que ha accedido a la sala "muy nervioso porque la carga emocional es muy fuerte", pero ha salido "aliviado". "Me que quitado un peso de encima con la declaración, es una cosa que llevaba esperando 10 años", recuerda.

Peregrino del Camino de Santiago

Durante sus vacaciones de aquel verano estaba haciendo el Camino de Santiago. Cogió el tren en Puebla de Sanabria (Zamora) con un amigo y se montaron en el primer vagón, justo detrás de la locomotora. Recuerda que iba muy lleno y que volcó de lado. "Lo recuerdo como un viaje tranquilo, normal. Saliendo de un túnel venía una curva y notamos un exceso de velocidad. Fue cuestión de milésimas de segundo. De repente hubo una nube blanca, muchos cristales y grava". Se refugió entre dos asientos y al momento se desató el caos.

En ese mismo vagón hubo dos fallecidos y gente con piernas y brazos rotos, pero la peor parte se la llevaron los que viajaban en la parte trasera del convoy, que fue la que descarriló. Óscar era de los heridos menos graves y se quedó hasta que consiguieron sacar a todos los viajeros.

El daño físico fue mínimo, pero el impacto emocional, asegura, sigue "intacto" 10 años después. "El momento del impacto, las dos o tres horas siguientes... La carga emocional... la sensación todavía sigue muy viva dentro de nosotros", insiste.

Óscar considera "una barbaridad" que el juicio se celebre casi una década después del accidente y por ello anima a repensar el sistema judicial español. También lamenta que en el banquillo de los acusados solo se sienten dos personas, el maquinista y el jefe de seguridad de Adif, porque una infraestructura de este tipo tiene mucha gente detrás y "por encima". Se congratula por que al fin se vaya a cerrar una etapa y públicamente se deje de hablar del accidente, aunque insiste en que para las víctimas "la huella está ahí y esos segundos no se olvidarán nunca".

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