Tragsa asume la construcción del primer aeródromo contraincendios de Extremadura

La obra para construir el primer aeródromo para aviones contraincendios en Extremadura se podrá poner en marcha en breve. La actuación, considerada "primordial" para los trabajos de extinción de los grandes incendios forestales, la asumirá la empresa pública Tragsa una vez que este viernes quede rescindido el contrato con la UTE a la que se adjudicó la obra en 2021, según conforman en la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio.

La actuación salió hace dos años a licitación y fue adjudicada a las empresas Aglomerados Olleta Torres y Terraplenados y Gravas. En marzo de 2022 se anunció el inicio de los trabajos, aunque en realidad apenas llegó a arrancar la actividad allí y la adjudicataria lo atribuyó después a la imposibilidad de asumir el contrato por el "aumento de costes" (los precios de la energía y el estallido de la Guerra de Ucrania, dispararon los precios de los materiales y dinamitaron al sector de la construcción). El pasado mes de septiembre se dio por paralizada la obra y el Ejecutivo autonómico comenzó a buscar alternativas, entre ellas "la rescisión del contrato". Esa solución es la que se ha adoptado finalmente, para trasladar el encargo a Tragsa, con el fin de poder agilizar la obra sin necesidad de pasar por un nuevo trámite de licitación, que podría demorar la actuación al menos un año. El plazo de ejecución que se recoge en el pliego de siete meses y ese tiempo es el que tendrá ahora Tragsa para acometer los trabajos, señalan desde el Ejecutivo, lo que sitúa el final de los trabajos fuera del periodo de alto riesgo de incendios (entre junio y octubre habitualmente) y más allá por tanto de la próxima campaña de incendios.

El futuro aeródromo estará en el término municipal de Mirabel, en terrenos de su dehesa boyal y cerca de los enclaves más críticos ante los incendios, como el Parque Nacional de Monfragüe y las zonas boscosas de Gata, La Vera, Hurdes, Jerte o las Villuercas; pero también próximo a los grandes embalses (Alcántara, Gabriel y Galán, Rosarito...) en los que podrán cargar el agua los aviones que se destinen allí. "Esta ubicación permite una rápida respuesta a toda este área", recoge le proyecto redactado por redactado por la empresa Ingeniería y Obra Civil. Ahora los hidroaviones que se emplean en la extinción de los fuegos forestales en la región despegan desde las bases militares de Talavera la Real (Badajoz) y Matacán (Salamanca).

Herramienta indispensable

Los hidroaviones son herramienta esencial en los grandes incendios forestales por su capacidad de transportar más de 5.000 litros de agua en sus depósitos y desplazarse a una velocidad de crucero superior a 365 km/h. «Estas aeronaves requieren, a la hora de operar, de un aeródromo y de las instalaciones necesarias para la tripulación, zona de carga, estacionamiento y repostaje de los propios aviones», recoge también el pliego.

La instalación contará con una pista de 1.054 metros de longitud (934 asfaltados) y 23 de anchura (se extienden hasta 60 metros con las franjas de seguridad). En la zona destinada para instalaciones se proyecta además la ejecución de una vivienda prefabricada de construcción modular de 125 metros cuadrados, para uso de la tripulación, el edificio de control e instalaciones de seguimiento. También habrá dos depósitos de agua de 50.000 litros cada uno para recargar los aviones, junto con solera para ubicar de depósito de retardante (un compuesto que emplean estos aviones también en las descargas para facilitar la extinción). Para el suministro de agua a las instalaciones se proyecta un pozo de sondeo, según la documentación.

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