Así se ganan unas elecciones

No se trata solo de coger una papeleta, echarla en la urna, contar votos y repartir a partes iguales. El proceso desde que se abren los colegios electorales y hasta que se asigna el último sillón de diputado es complejo, sobre todo para las formaciones que se quedan a las puertas de obtener representación o a escaso margen de conseguir un escaño más y, con ello, darle la vuelta al marcador.

Opinión Diario de precampañaRocío Sánchez Rodríguez

La técnica de ‘no’ al otro

En Extremadura los partidos necesitan alcanzar como mínimo el 5% de los votos totales que se dan por válidos: en ellos se incluyen tanto los contabilizados como los en blanco. Una vez superada esa barrera, se empieza a sumar el resto de diputados en función de las papeletas obtenidas. Es aquí donde entra en juego el conocido sistema D’Hondt.

Los escaños se reparten entre las dos circunscripciones que existen en la región: Badajoz tiene 36 diputados y Cáceres 29 (las cifras están directamente relacionadas con la población de cada provincia). De este modo, la Asamblea de Extremadura suma un total de 65.

En las últimas elecciones autonómicas, las de 2019, se emitieron 384.447 votos en la provincia de Badajoz y 242.604 en la de Cáceres. De este modo, los partidos necesitaban sobrepasar, respectivamente, las 19.222 y las 12.130 papeletas para llegar a ese 5% obligado y así obtener el primer diputado. Y, de esta manera, lograr representación en el poder legislativo de la comunidad.

Ese primer paso lo consiguieron PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos. Vox, sin embargo, se quedó a las puertas. En Badajoz llegó a los 17.836 apoyos, el 4,75% (le faltaron 1.359) y en Cáceres frenó en 10.986, el 4,64% (estuvo más cerca pero le faltaron 1.144 votos). Por ello en ninguna de las dos circunscripciones obtuvo escaño. De haberlo conseguido, el PSOE no habría alcanzado la mayoría absoluta y el resultado electoral habría sido muy distinto, porque habrían entrado en juego los pactos. 

El resto de partidos políticos que se presentaron a esos comicios quedaron bastante lejos del 5%. Por ejemplo, PACMA, que era el siguiente en la lista, solo alcanzó un 0,5% y un 0,65% en la provincia pacense y cacereña, respectivamente, lo que evidencia que las posibilidades de ser parte del arco parlamentario extremeño son complicadas para un partido poco conocido o con una estructura menor.

¿El proceso?

¿Y cómo se reparten los escaños después de ese primer diputado? Aquí empiezan las matemáticas. Es necesario dibujar sobre papel una tabla con varias filas y columnas. Las filas corresponden a cada partido político y las columnas a los escaños. 

De este modo, la primera columna pertenece al primer diputado, que obtienen todas aquellas formaciones que logran el 5% de los apoyos. Las que no lo alcanzan se quedan directamente fuera del reparto (hay comunidades en las que el porcentaje exigido es solo el 3%). La segunda columna corresponde al segundo diputado. En esa casilla se apunta el resultado de dividir por dos el número total de votos que ha obtenido cada partido. Por ejemplo, si el PSOE acumuló 100.000 papeletas, pues serían 50.000. Si el PP sumó 80.000, pues 40.000. Y así con todas las formaciones.

En la tercera columna se apuntan los resultados pero divididos por tres. En el ejemplo puesto, para el PSOE serían 33.333 y para el PP 26.666.

En la cuarta columna se divide por cuatro. Y así sucesivamente hasta que se llegue al número total de escaños que se han de repartir. Terminadas todas las cuentas, se adjudicarán los escaños a los resultados más altos hasta que se acabe el número de asientos.

Llevado a lo práctico, en las elecciones de 2019, en la provincia de Badajoz (36 diputados a repartir), el PSOE obtuvo 182.343 papeletas (el 48,47%, prácticamente una de cada dos). Se quedó con 20 diputados y le faltaron 1.192 votos para el número 21 (o lo que es lo mismo, menos apoyos que a Vox para entrar en la Asamblea ).

Pero realmente la formación que se arrimó más a obtener otro asiento fue el PP, que sacó 98.754 votos (el 26,25%) y con 140 extras le habría arrebatado un escaño al PSOE y habría llegado a los 11 (se tuvo que conformar con 10).

Cs, que consiguió cuatro con el 11,13% de los apoyos (41.872), hubiera necesitado 743 papeletas más para el quinto.

Unidas por Extremadura, por su parte, se quedó más lejos, a 1.603 votos del tercer diputado (sumó solo dos). Sacó en total 25.542 (el 6,79%).

En la provincia de Cáceres (29 escaños a repartir), el PSOE se llevó 104.220 votos (el 43,98% del total) y 14 asientos . Y esta vez apenas le faltaron apenas 35 papeletas para apropiarse de un escaño más a costa del PP, que se quedó en los 10 con 69.835 apoyos (el 29,47%).

Cs, con 26.260 (el 11,08%) se adjudicó tres asientos; y Unidas por Extremadura, con 18.466 (el 7,79%), logró dos escaños.

Sumando resultados de ambas circunscripciones, el PSOE acaparó 34 diputados (la mayoría absoluta está en 33), el PP 20, Cs 7 y Unidas por Extremadura 4.

¿Y en las próximas?

¿Qué pasará el próximo 28M? Hay previsiones claras, como la caída del partido naranja en favor de los populares, que hace cuatro años prácticamente tocaron fondo, de manera que ahora mejorarán los resultados. ¿Tanto como para ganarle al PSOE, que goza de mayoría absoluta? Puede que se repita la hegemonía socialista o que sean necesarios pactos a izquierda o a derecha.

Con la fórmula matemática que se aplica al recuento, habrá que ver si Unidas por Extremadura es capaz de mantener sus diputados o si Vox logra un poco más de apoyo y entra a jugar la partida.

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