Opinión | Diario de precampaña

La técnica de ‘no’ al otro

Quizá todo dependa de la capacidad real de cada partido para transmitir su mensaje

Entonces... ¿se vota a favor de un partido o en contra de otro? Demasiadas veces los candidatos no defienden el valor de sus siglas, sino simplemente basan su argumentario en atacar al otro. En esa táctica de comunicación han caído tanto a izquierda como a derecha.

Lo cierto es que desde el PSOE se amenaza con Vox y desde el PP con Podemos. Los socialistas avisan de que si no sacan una mayoría suficiente puede que el poder termine en manos de unos populares que no tendrán ningún reparo en pactar con Vox para sentarse en las mejores sillas de la Asamblea. Y el PP alerta de que si sus papeletas no suman lo esperado, el PSOE se abrazará al partido morado (en Extremadura la izquierda no se ha dividido y se han vuelto a dar la mano Podemos e IU) para crear un gobierno regional a imagen y semejanza del de Pedro Sánchez.

Ambas cosas podrían ser ciertas. Y en ambos casos, aunque sus correspondientes líderes no quieren reconocerlo abiertamente (ponerse de perfil en este asunto es más ventajoso electoralmente), sí tienen más que claro a quiénes elegirían como compañeros de viaje si los necesitaran para ponerse al mando. 

En esa ecuación hace cuatro años Cs jugaba un papel fundamental. Era, sin duda, el partido emergente que se iba a dejar querer a izquierda y derecha según el contexto. Pero esta vez la formación naranja no interesa a los grandes porque, tal y como pronostican las encuestas, está en vías de extinción.

Entonces... ¿es útil esa técnica de ‘no’ al otro? ¿Se convence más al electorado atacando al rival que defendiendo el buen hacer propio? Quizá todo dependa de la capacidad real de cada partido para transmitir su mensaje.

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