EJERCIÓ AL MENOS EN CUATRO MUNICIPIOS DE LA REGIÓN

El falso médico se negó a declarar ante la Guardia Civil

Aún se desconoce su versión. Tampoco la ha dado en el juzgado

Imagen de archivo de una consulta.

Imagen de archivo de una consulta. / EL PERIÓDICO

El falso médico se negó prestar declaración en la Guardia Civil cuando fue detenido el pasado 6 de mayo y a pesar de ello fue puesto en libertad con cargos (falsificación documental e intrusismo laboral), al entender la Benemérita que no había riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas. Hasta el momento no se conoce su versión de los hechos pues su declaración ante el juzgado, que estaba señalada para el pasado 24 de mayo, tuvo que ser suspendida debido a la huelga de funcionarios de la administración de justicia. Iba a hacerlo por videoconferencia desde la localidad leonesa en la que ahora reside (vivía en Cáceres pero se ha trasladado a Castilla y León), pero fue cancelada porque el juzgado de allí no funcionaba por la huelga. Probablemente vuelva a fijarse para mediados de junio.

Su declaración ante el juez fue suspendida por la huelga de funcionarios. Será fijada para mediados de junio

Eduardo G. C., como se llama el acusado, ejerció al menos en cuatro municipios de la región: Navaconcejo, Jaraíz de la Vera, Valdefuentes y Alagón del Río. Fue en este último donde levantó las sospechas pues acudía a la consulta con su esposa, a la que preguntaba cómo proceder con los pacientes. Les prescribía tratamientos que no concordaban con el diagnóstico o que podían incluso perjudicar a los enfermos por los efectos secundarios. De hecho los propios farmacéuticos, cuando veían las recetas, les pedían que no tomasen lo que les había mandado porque podían tener problemas de salud.

Titulación falsa

Tenía 68 años y para ser contratado presentó un título de médico y un certificado de colegiación falsos (su titulación real es de maestro). De hecho su modo de actuar era tan sospechoso que alguien anónimo llegó a llamar al colegio de médicos de Cartagena, al que supuestamente pertenecía, para informarse de si una persona con su nombre estaba entre sus colegiados (esta información es pública). Le dijeron que no. Así que esa organización llamó de inmediato al colegio de Cáceres para alertar de un supuesto caso de intrusismo. Fue el mismo día en que la gerencia del área de salud de Plasencia interpuso la denuncia.

No era la primera vez que ejercía. Ya lo había hecho con anterioridad en Andalucía y en Murcia. En esta última comunidad compaginaba su ‘labor’ como médico con la de docente, que es su profesión real. Y llegó incluso a ser condenado a año y medio de cárcel por estos hechos, pena que cumplió el pasado mes de abril. Justo después fue contratado por el área de salud de Plasencia.

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