POR LOS daños que han causado las LLUVIAS

El sector cerecero exige medidas urgentes ante su peor campaña en 35 años

Alrededor de un 80% de la producción de este año se da ya por perdida. Entre las iniciativas que se reclaman está la declaración de zona catastrófica

David Pérez de la Calle muestra las cerezas dañadas en su explotación de Navaconcejo.

David Pérez de la Calle muestra las cerezas dañadas en su explotación de Navaconcejo. / TONI GUDIEL GIRONDA

Dando por perdida ya alrededor del 80% de la producción de cereza prevista para esta campaña y con una estimación de daños que ronda los 70 millones de euros, el sector cerecero reclamó hoy de forma conjunta a las administraciones que pongan en marcha actuaciones urgentes para paliar «la situación catastrófica» a la que lo han llevado las últimas lluvias. Esta unión del sector se puso de manifiesto en el encuentro mantenido por alcaldes de los municipios afectados; el presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, José Antonio Tierno; el presidente de la Mancomunidad de Municipios del Valle del Jerte, José Ramón Herrero; y representantes de la organización agraria UPA-UCE. «Los agricultores cereceros de Extremadura están viviendo una situación de emergencia que, si no se atiende pronto, amenaza no solo a los productores, sino a gran parte de la zona norte de Cáceres que depende en gran medida de este cultivo», señaló al término del encuentro Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE.

VÍDEO | El temporal en El Torno (Cáceres): granizos en una finca de cerezos

El Periódico

La aciaga situación que atraviesa este cultivo «solo es comparable a la de 1988», aseguró José Antonio Tierno, presidente de la Agrupación de Cooperativas, que aglutina a una quincena de entidades de las comarcas de Valle del Jerte, La Vera y Las Hurdes. De la previsión que había de tener una «buena campaña», con una estimación de unos 18,7 millones de kilos, se ha pasado a unos cálculos que se quedan ahora «en el mejor de los casos» en unos cuatro millones de kilos. Son los correspondientes a las variedades más tempranas, las que dio tiempo a recoger antes de las lluvias, una cantidad que confía en que pueda incrementarse con una pequeña parte del fruto que aún queda en los árboles. Ya será, en cualquier caso, un volumen muy escaso, incidió.

 Una cosecha tan mala, añadió, tiene un «riesgo» adicional de cara al futuro, el de perder peso en algunos de los mercados internacionales ya consolidados. Un 60% de la producción de la agrupación va a la exportación, repartido entre unos 25 destinos fuera de las fronteras españolas que cubren «prácticamente toda Europa». Importadores europeos que, ante los problemas para hacerse con cereza extremeña (y de otras zonas productoras españolas, donde la coyuntura es igualmente mala este año) recurrirán probablemente a la procedente de «Grecia o Turquía». 

El sector cerecero exige medidas urgentes ante su peor campaña en 35 años

El sector cerecero exige medidas urgentes ante su peor campaña en 35 años / TONI GUDIEL GIRONDA

El porcentaje de producción asegurada entre los agricultores que pertenecen a la agrupación es de algo más de 13%, por encima de la media del sector en Cáceres («entre el 5% y el 7%»), pero con todo una cifra muy baja, algo que Tierno atribuye «a las exigentes condiciones» que se imponen para recibir una indemnización cuando se produce un siniestro. 

Impacto económico en la zona

«Tengo 54 años y no había conocido nada así», coincidió José Ramón Herrero, presidente de la Mancomunidad de Municipios del Valle del Jerte y agricultor, que atendía a media tarde de hoy a este diario por teléfono desde una finca de cerezos en El Torno, en plena granizada. «Esto es ya lo que nos faltaba», lamentó. «Entre seis y siete mil familias» del Valle viven «directamente» de este cultivo por lo que la situación económica que se avecina en esta comarca si no se remedia será «un auténtico desastre». Aún sería posible salvar producción de picota, precisó, «pero si sigue esta humedad» tendría que hacerse a base de productos fitosanitarios que evitasen «los hongos y la podredumbre» del fruto, y que tienen «unos costes desorbitados». 

Los participantes en la reunión de decidieron solicitar una reunión con el presidente de la Junta en funciones, Guillermo Fernández Vara, para abordar esta problemática, así como con el delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza, y también con los dos partidos con opciones de gobernar en la región en la próxima legislatura, el PP y el PSOE, una petición a la que se sumó el presidente de Asaja Extremadura, Ángel García Blanco.

Entre las medidas que se exigen está la declaración de zona catastrófica; ayudas directas para los agricultores de hasta 4.000 euros por hectárea; una línea de créditos subvencionables con bonificación de intereses para que resulten al 0%; medidas fiscales como la exención del IBI rústico para las explotaciones cereceras o la condonación de la Seguridad Social durante un año; la revisión del seguro de cereza para que cubran las necesidades de los agricultores; y medidas de apoyo a las cooperativas y empresas del sector para que afronten los costes fijos en forma de ayudas directas y préstamos subvencionados.

«Estamos ante una situación dramática», dijo Huertas, que se acentúa porque se ha producido cuando los agricultores estaban recogiendo su producción «para afrontar los costes y ahora se encuentran con que no tienen cosecha para pagar los gastos de sus explotaciones y poder seguir viviendo», argumentó este dirigente agrario. Asimismo, recordó que las principales afectadas son las explotaciones familiares con una base territorial pequeña, una media de 2,5 hectáreas por explotación, para las que «la cereza supone su principal, y en muchos casos, único ingreso», y que además carecen de apoyos directos de la PAC.

«El seguro es inviable»

Prácticamente toda la cereza que a David Pérez de la Calle le quedaba por recoger cuando llegaron las lluvias la da ya por perdida. Eso supone que «entre el 75% y el 80%» del fruto que había hasta hace unas semanas en las ocho hectáreas de cerezos de su explotación de Navaconcejo se habrá echado a perder porque está ya muy dañado (podrido, rajado o manchado por la humedad) o directamente caído en el suelo.

Se trata de una explotación familiar, de la que se hizo cargo hace tres años tras la jubilación de su padre, pero en la que lleva trabajando desde los 16. Ahora tiene 38 años. «Yo esto no lo he conocido nunca. Te puede venir [una lluvia] y estropear una variedad, pero toda la cosecha es algo que no he visto nunca», asevera. Sobre la parte de la producción que aún está en condiciones aceptables, asegura que «se va a empezar a pudrir en cuanto caliente el sol» y que, además, a la hora de realizar tratamientos «nos están retirando productos» y los que se permiten «son muy caros». «Cómo vas tratar con productos que vale un litro 400 euros cuando estás dando pérdidas», alega.

Los cerezos son su única fuente de ingresos y nada de su producción está asegurada. «Miré la propuesta y el seguro es inviable. El problema no es que sea caro, es que se tiene que estropear todo para cobrar algo. Si a mí se me estropea un tanto por ciento de cereza en las zonas tempranas y en las altas no me llueve, que es lo normal, a mí no me pagan nada porque no supera el 40%. No compensa. Lo que tienen que darse cuenta es que si en todo el valle hay solo un 5% de seguro hecho, es porque algo raro hay».

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