tribuna

Respondamos

La igualdad es la piedra de toque para conocer la grandeza de una sociedad, la clave de bóveda de una sociedad justa

Miguel Ángel Morales, presidente de la Diputación de Cáceres

Miguel Ángel Morales, presidente de la Diputación de Cáceres / Carla Graw

Miguel Ángel Morales *

Hace un tiempo leía las declaraciones de una mujer, habitante de un pueblito de la que hoy llaman España vaciada, preguntándose qué niño o qué niña (mucho más entre las niñas, pensé yo) juega a ser un hombre o una mujer rural, sueña con convertirse en un hombre o en una mujer próspera y triunfante del mundo rural. Prácticamente ninguno, se respondía. 

Hoy, creo, el relato ha cambiado, y me he podido encontrar con los gestos curiosos de Héctor, con apenas 5 años, en la sala de ordeño, junto a su padre; o la expresión de Arancha, con 9, mientras pregunta cómo hay que mover la leche en las cubas después de echar el cuajo; también la concentración de Victoria, 11, mientras dibuja lo que puede ser el diseño de un mueble de madera, en el almacén de muebles de cocina que regentan sus padres, mientras su hermana, Valentina, 12, escribe, ya con velocidad, en el ordenador.

Sí, afortunadamente, creo que hoy hay más referentes para esta generación que será el futuro.

Bueno, pues estas imágenes, simplemente estas imágenes (o nada más y nada menos que estas imágenes) pueden ser motivo para celebrar el Día de Extremadura, porque es un día para celebrar, pero también (si no, no habría nada que celebrar) para defender y para reivindicar. Así pues, celebro la defensa y la continua reivindicación que, desde Extremadura, hacemos del medio rural.

Si tuviera que resumir esa celebración, esa defensa y esa reivindicación la resumiría en una palabra: igualdad. No tengo ninguna duda de que la igualdad es la piedra de toque para conocer la grandeza de una sociedad, la clave de bóveda de una sociedad justa. Y hablo de la igualdad en el más amplio sentido de la palabra, porque de otra manera no se podría comprender: igualdad en derechos sociales, económicos, culturales, políticos, civiles; igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, entre mundo rural y mundo urbano… A partir de aquí, podemos hablar y avanzar en cualquier cosa.

Es por esto, por lo que este Día de Extremadura debemos seguir celebrando lo hecho hasta ahora para avanzar hacia esa igualdad, y seguir reivindicando por hacer más. Hace tiempo ya se dio la voz de alarma porque en el área que llaman la España vaciada, que supone más o menos la mitad del territorio español, solo vive el 10% de la población, mientras que el otro 90% vive en las grandes ciudades. Sin embargo, tenemos que reconocer que en Extremadura hemos trabajado duro por la ruralidad, y eso a pesar de venir de una situación de enorme desventaja. Hemos logrado que los pueblos, las pedanías cuenten con servicios sociales, asistenciales, culturales, infraestructuras… para hacer que el medio rural llegue a ser una opción de verdad. Un esfuerzo que se ha llevado a cabo a partir de unos principios de justicia: la igualdad entre la ciudadanía y entre los territorios, y que espero que siga por ese camino, si no, nos tendrán enfrente.

Este afán por algo en lo que creemos firmemente nos ha llevado, desde la Diputación de Cáceres, en los últimos años, a recorrer cada rincón del territorio porque sabemos que en cada lugar, en cada centímetro cuadrado se descubren las pequeñas diferencias que hacen grande a una provincia. Y hoy que algunos y algunas se aferran al término de patria, les digo, lo dije y lo seguiré diciendo: el mundo rural, los pequeños pueblos y pedanías de Extremadura somos parte de esa patria, y una patria solo se construye desde la igualdad.

Pero, además, esta lucha la hemos llevado a cabo sin complejos, que es la única manera de vencer, y el mundo rural ha sabido atravesar campos y caminos, a veces más intrincados de lo que se esperaba. Ha sabido hacerse su hueco en Europa, hablar desde la tribuna y exigir un desarrollo armonioso, consiguiendo políticas de cohesión, llamadas también mecanismos de solidaridad, aunque yo opto por denominarlos mecanismos de justicia. Hablamos del Fondo Social Europeo, del FEOGA, de los FEDER, de los Fondos de Cohesión, de los NextGeneration… Sí, el mundo rural nos hemos hecho oír, y ahí seguiremos.

Y es que aún nos queda, y los que tenemos responsabilidades en las distintas instituciones tenemos obligación de actuar teniendo las cosas muy claras: los jóvenes a los que nos podemos dirigir hoy en el medio rural no son los hijos o las hijas de jornaleros en disposición de continuar la labor de sus mayores. Los de hoy son jóvenes que hemos preparado, hemos propiciado su formación, jóvenes que han ido a la universidad, que están listos para un sector terciario e industrial que hay que atraer a nuestros pueblos. Tenemos que hablar de nuevos nichos de empleabilidad, de nuevos tipos de servicios, de nuevas industrias, de la transformación de nuestros productos, de un sistema empresarial más basado en la agroindustria; quizá tengamos que hablar de una mejor fiscalidad, una exención fiscal para extranjeros, para inmigrantes, para aquellos que marcharon y hoy quieren retornar… Todo esto influirá, además, estoy seguro, en el factor psicológico, ese empeño que han tenido algunos de extender un tono fatalista al hablar del medio rural. El medio rural no se muere. El medio rural, como el medio urbano, conforma esa patria común, justa y solidaria, donde la memoria y el respeto a los matices son líneas claves. Lo contrario es el intento de homogeneizar identidades, que solo puede ir a favor de las grandes urbes, de los poderosos y de pensamientos totalitarios.

Como decía al inicio, en este Día de Extremadura tenemos mucho que celebrar, mucho que defender y mucho que reivindicar. Desde la Diputación de Cáceres seguiremos caminando decididamente hacia un futuro que hemos imaginado y que vamos haciendo realidad, siempre bajo el estandarte de la igualdad y la cohesión territorial.

Para encontrarnos en el camino solo hay que tener claras unas respuestas y, sobre todo, un posicionamiento, un compromiso: ¿Creemos o no creemos en el mundo rural? ¿Creemos o no creemos en el futuro de nuestros pueblos? ¿Creemos o no creemos en Extremadura? Héctor, Arancha, Victoria, Valentina… y tantas y tantos otros esperan una respuesta clara y contundente. La mía es un sí rotundo.

* Miguel Ángel Morales es presidente de la Diputación de Cáceres