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El 80% de los jóvenes siente rechazo a hablar por teléfono

Dos expertos extremeños analizan las causas del porqué esta renuncia a esta vía de comunicación Existe una brecha generacional en el uso del móvil; los adultos llaman y los jóvenes chatean

Existe una brecha generacional en el uso del móvil: los adultos sí conservan el uso de la llamada

Joven enviando un WhatsApp a su madre en lugar de llamarla por teléfono.

Joven enviando un WhatsApp a su madre en lugar de llamarla por teléfono. / CARLOS GIL

Si alguna vez se ha preguntado por qué los jóvenes no cogen el teléfono cuando reciben una llamada, aquí tiene la explicación.

Según los expertos consultados, un 80% de la denominada generación Z y gran parte de los ‘milenial’ rechazan la comunicación vía telefónica porque prefieren tener un control sobre lo que dicen sin que se note su estado emocional, su nerviosismo o su incomprensión. Aunque el móvil es prácticamente el motor de sus vidas, a la hora de comunicarse oralmente prefieren enviar una nota de voz en la que puedan extenderse o incluso borrarla antes de mandarla si no les gusta el resultado. Sin embargo, cuando suena el móvil, les pilla desprevenidos y sienten una invasión a su intimidad. Cuando la situación les tensa demasiado causando ansiedad y nerviosismo se habla de telenofobia (miedo a coger el teléfono).

Isabel María González Jiménez, psicóloga de Badajoz, cuenta que más que una fobia, lo que ha exprerimentado con pacientes extremeños es que no «quieren coger el teléfono». «Hay que hacer una distinción entre no poder por sentir malestar y, por el contrario, poder coger el teléfono pero no hacerlo porque directamente no quiero», explica esta profesional. Puede parecer dejadez, pero es cuestión de que los jóvenes han vivido otra alternativa de comunicación que les ofrece más ventajas que la tradicional conversación telefónica.

24 horas

«Hoy en día, ¿quién quiere estar disponible 24 horas en un cacharro que llevas en tu cuerpo y que puede sonar en cualquier momento?», se pregunta González. Bajo su punto de vista, «lo que da miedo no es la llamada, sino la idea que se activa de que yo debería cogerlo y no quiero». Para la psicóloga, «la telenofobia no es preocupante». De hecho, según la subdirección general de Información Sanitaria del Sistema Nacional de Salud, solo dos de cada mil jóvenes la padecen.

González ayuda a jóvenes a sentirse mejor desde hace 15 años y cree que uno de los motivos principales por los que no cogen el teléfono es porque no quieren perder el tiempo. «A esto se le llama adaptación conductual, ya que antes tenías un tiempo limitado para fluctuar una llamada y ahora te la juegas a que alguien te llame y no te suelte en media hora», añade.

Los avances digitales están consiguiendo que suene raro eso de llamar a un amigo para felicitarlo, ahora es más cómodo enviar un WhatsApp. «Con esta vía tienes la seguridad de poder borrar y volver a escribir teniendo un control mayor de la comunicación y esto no es malo. Tenemos muchas herramientas para que cada uno se pueda sentir cómodo como mejor le apetece sin que vaya en detrimento de la comunicación». 

González trabaja con sus usuarios el que «respondan a los mensajes y a las llamadas cuando ellos quieren, sintiéndose bien». Cuando alguien decide comunicarse es porque ha considerado que era el momento de hacerlo, pero no por ello tiene que ser el momento del que envía el mensaje o la llamada.

Por su parte, Santiago Cambero Rivero, profesor de sociología de la Universidad de Extremadura (Uex), cree que la generación Z ha tenido una evolución en cuanto al uso de las tecnologías digitales que nada tiene que ver con los paradigmas de la población adulta. «El ritmo de vida hoy día impide contestar a cualquier hora; y otro de los motivos por los que los jóvenes no llaman por teléfono es porque saben que lo más probable es que la otra persona no esté disponible en ese momento». Según Cambero, lo que ocurre es que «la juventud tiene una vía de comunicación y unos códigos lingüísticos muy diferentes motivados por la imposibilidad de sacar tiempo para mantener una conversación real».

«La conclusión que saco es que los jóvenes pertenecientes a la generación Z viven conectados pero no comunican con efectividad», opina el profesor. «Incluso en muchas familias, los jóvenes tienen dificultades de comunicación con sus progenitores».

«Por teléfono no tengo tiempo para pensar»

CACERES. REPORTAJE FOBIA AL TELEFONO WHATSAPP

Patricio Marina. Cáceres. 19 años / CARLOS GIL

Cuando le suena una llamada telefónica Patricio Marina Parra, cacereño de 19 años, no tiene ningún problema en contestar el teléfono siempre y cuando tenga agregado el número a su lista de contactos. «Si no conozco el número me pienso que es una compañía de teléfono y no lo cojo». Esta afirmación es frecuente entre la juventud que al comunicarse por aplicaciones de mensajería, las llamadas entrantes que suelen recibir son spam e incluso estafas telefónicas. Sin embargo este joven afirma que prefiere contestar por mensaje de texto vía WhatsApp porque le «da más seguridad» a la hora de establecer un diálogo. El cacereño piensa que esto viene motivado por la comodidad que supone «contestar cuando tú quieras, lo que tú quieras». «Además puedo estar haciendo otras cosas a la vez que mando un mensaje de texto sin molestar a otras personas», opina. Lo más interesante es que Patricio cree que «las personas prefieren enviar un mensaje debido a que «tienes más tiempo para preparar el mensaje que quieres mandar sin dejar nada en el tintero y pudiendo añadir connotaciones en cualquier momento». «En una llamada no tengo tiempo para pensar lo que realmente quiero decir», afirma.

Además de esto, mediante una nota de voz o un mensaje de texto «hay más posibilidades de expresar todo lo que piensas que en una llamada en la que quedas mucho por contar». «Y hay que entender que la generación adulta no creció con esta herramienta que a día de hoy es indispensable en la vida de la generación Milenial, pero no por eso significa que esta forma de comunicarse sea peor», defiende. H

«En WhatsApp elijo cuando responder»

MIRIAM FERNÁNDEZ  Cáceres. 24 años

Miriam Fernández. Cáceres. 24 años / CARLOS GIL

La joven cacereña Mirian Fernández, de 24 años, desvela que al contrario de la mayoría de personas de su edad, ella prefiere mantener una llamada por teléfono porque siente que «WhasApp le ata». También reconoce que le encanta que le dé la libertad de poder elegir cuando contestar al mensaje sin necesidad de hacerlo en ese mismo momento, pero a la misma vez siente que «se tiene que meter a responder en el mismo día» porque la otra persona se puede enfadar. Y esto es más común de lo que parece, de hecho la psicóloga de Badajoz, Isabel González, lo trata frecuentemente con sus paciente. Miriam prefiere una conversación telefónica porque siente que «la persona es más cercana». De hecho considera que «en un futuro, todos vamos acabar saturados de WhatsApp». La cacereña cuenta que al esperar una nota académica de la universidad, su grupo de clase empieza a enviar mensajes preguntando por las calificaciones y le causa «agobio».

Como síntoma de la brecha generacional que existe en cuanto al uso de las tecnologías, Miriam afirma que con su familia suele «hablar por teléfono para que le cuente qué tal el día» y sin embargo con sus amigos se comunica vía WhatsApp para no obligar a la otra persona a que conteste en el momento. También dice que si llama a sus amigos, lo más probable es que «tengan el móvil en silencio» o «estén ocupados».

La telefonía móvil ha experimentado un explosivo crecimiento a nivel mundial, particularmente entre los adultos jóvenes y la llamada generación Z, que utilizan otras vías para efectuar una conversación. 

«No llamo por teléfono por no molestar»

fERNANDO PÉREZ Cáceres. 23 años

Fernando Pérez. Cáceres. 23 años / CARLOS GIL

Fernando Pérez, cacereño de 23 años, estaba mandando una nota de voz de WhatsApp antes de responder unas preguntas sobre el uso del móvil a este periódico. «No he realizado una llamada porque seguramente la otra persona está ocupada haciendo cualquier cosa y no la quiero molestar», explica. Este joven admite que coge el móvil sin problema alguno siempre y cuando el contacto sea conocido. Si el número es extraño, responde «más estúpido», pero lo coge de todas formas. Fernando cree que a día de hoy, ya no solo la juventud, sino la mayoría de personas que no responden llamadas de números desconocidos, lo hacen por el miedo a caer en alguna estafa telefónica. «Yo no he caído en ninguna, pero conoco a gente a la que han intentado estafar dinero robando las cuentas bancarias», cuenta. 

«Soy de los pocos a los que les gusta hablar mediante llamada, el resto de mis amigos sí que prefiere mantener una conversación por WhatsApp», dice. Al cacereño le gusta más llamar porque le parece que existe «más contacto humano» y además no «tarda tanto tiempo en tener una conversación». Cuando se escriben conversaciones por mensaje de texto, falta una información y es la de la voz. El no saber de qué manera se está expresando la otra persona, a Fernando le resulta «frío» y cree que «existen muchas malinterpretaciones chateando».

Si hoy en día los jóvenes prefieren chatear es simplemente porque no quieren que «les pillen desprevenidos», algo que no sucede en las conversaciones en persona, ya que «tienes delante a la otra persona y eres capaz de controlar el nerviosismo al verle la cara». H

«Prefiero llamar porque chatear me ata»

sAÚL MORENO Cáceres. 24 años

Saúl Moreno. Cáceres. 24 años / CARLOS GIL

El cambio generacional con respecto al uso del móvil es una realidad. Saúl Moreno, cacereño de 24 años, es otro ejemplo. Él utiliza el WhatsApp «según con qué personas». El joven siente que esta red social le «ata mucho» y que la conversación telefónica es más espontánea y «te acerca más a lo que es una conversación más directa, personal y más real». Saúl decide si coger el móvil para hacer una llamada o para enviar un mensaje de texto según la confianza que tenga con la otra persona. «Para mantener una conversación íntima, con mis familiares o personas más cercanas prefiero llamar y para extenderme con un tema de trabajo, prefiero chatear», explica. A la hora de felicitar el cumpleaños de un amigo, Saúl prefiere comunicarse por WhatsApp, incluso reconoce que muchas veces envía el mensaje y luego llama «si tiene más tiempo y sabe que la otra persona puede responderle». El día de su cumpleaños lo más común es que reciba llamada de sus familiares, como el resto de los jóvenes, definiendo esta vía como antigua y desfasada.

El uso de las tecnologías esté en cambio constante. En un mundo en el que las notificaciones hacen rebosar a los teléfonos móviles, los jóvenes suelen salir de casa con este aparato en silencio para no percatarse de toda la información que reciben y poder desconectar. Lo cierto es que llamar se ha convertido, paradójicamente, en una opción secundaria en un teléfono móvil.

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