Las 'carreteras de la muerte' en Extremadura

Según un informe de RACE que analiza los 25 100 kilómetros que forman parte de la Red de Carreteras del Estado, existen siete carreteras españolas que destacan sobre el resto como las más peligrosas del país. De hecho, 1836 kilómetros de la red tienen un alto índice de siniestralidad, el 8,2 % del total. De ellas, dos tienen trazado en Extremadura. Una de ellas es la N-340, que conecta Almadén (Ciudad Real) con Mérida (Badajoz) en el tramo correspondiente a la región extremeña. Es la segunda más peligrosa en la clasificación de RACE y, por ello, conocida también como “Carretera de la Muerte” por su elevada siniestralidad. La cuarta posición de este desgraciado ranking lo ocupa la N-432 que conecta Badajoz con Cataluña.

Este es el orden que otorga el mapa de siniestralidad, de mayor a menor, en las carreteras de España- 

N-634 en Cantabria

Este está considerado como el peor tramo de todo el país. En los últimos años se han producido hasta siete accidentes graves entre Puente de San Miguel y Casar de Periedo. Son apenas diez kilómetros por donde, además, circulan muchos ciclistas. Se trata de una comarca formada por doce pueblos pertenecientes al municipio de Reocín.

Algunos vecinos destacan que muchos conductores usan esta carretera de manera esporádica y no la conocen, ya que circulan por la A-8 y penetran en la N-634 debido a que, en la primera, no hay gasolineras en las que poder repostar a lo largo de un tramo de unos 60 kilómetros.

N-340, de Cataluña a Andalucía

La N-340 es una de las carreteras más importantes del país, ya que lo atraviesa de sur a noreste, de Cataluña a Andalucía. Hay un tramo de esta carretera que es altamente peligroso: el situado entre Vinaròs y Peñíscola, con un total de 12 kilómetros. Uno de sus mayores problemas es su elevado tráfico pesado. Por otra parte, se trata de una zona que en verano es mucho más transitada que en invierno, dado el flujo de viajeros que se trasladan a las localidades mediterráneas por las que pasa esta carretera nacional.

Reivindicación histórica

Es una de las más largas y antiguas de España y atraviesa España de norte a sur, desde Barcelona hasta Cádiz. El tramo de 200 kilómetros entre Almadén y Mérida destaca por su elevada siniestralidad debido a varios factores como el mal estado del firme, la falta de iluminación, la escasez de arcenes, la presencia de curvas peligrosas, el alto volumen de tráfico, especialmente de vehículos pesados y la ausencia de alternativas viables de transporte.

Los datos de la DGT registran en ese tramo más de 1.200 accidentes con 34 fallecidos, 112 heridos graves y 1.388 leves en las estadísticas contabilizadas entre 2018 y 2020.

La carretera fue objeto de debate esta semana en la reunión de los consejeros de Infraestructuras de Extremadura y La Mancha este pasado jueves. Ambas comunidades reclaman la mejora urgente y la construcción de la autovía por el trazado sur para conectar Puertollano y Almadén con Mérida y Lisboa. Una alternativa más rápida y eficiente en el transporte de personas y mercancías que es una reivindicación pendiente desde hace años y que ahora se pretende desbloquear con Madrid.

N-621, cruzando la Cordillera Cantábrica

La carretera N-621 cruza la cordillera Cantábrica hacia Cantabria desde León. Sus impresionantes paisajes no son suficientes para que esta nacional tenga atractivo, puesto que presenta importantes desafíos en seguridad vial. El peor tramo es el localizado en el kilómetro 111.

Los principales problemas que destaca el informe son que no existe señalización adecuada, hay curvas peligrosas y el diseño de la carretera es desafiante. Estos tres factores incrementan el riesgo para los conductores que transitan por ella.

N-432, de Badajoz a Barcelona

La N-432 articula una importante vía de movilidad interior, entre Extremadura y Cataluña, y tiene dos tramos diferenciados como los más peligrosos, situados en las provincias de Córdoba y Badajoz. La zona más complicada corresponde a Córdoba, con una siniestralidad ocho veces superior a la de otros tramos, también malos, en la región extremeña. Es uno de los puntos negros más destacados del mapa vial español, con un elevado índice de accidentes. 

N-345 en Murcia

Entre los peores tramos destaca el de La Unión, en Portmán, de 7,2 kilómetros, siendo el quinto peor de España con un índice de riesgo de 106,5 puntos. De hecho, lleva repitiendo desde el ejercicio 2018 como una de las áreas con más siniestros de la península.

Se trata de una zona muy próxima a viviendas veraniegas y a establecimientos hoteleros, por lo que registra un gran tráfico hacia y desde el litoral en temporada estival, tráfico que se dirige, posteriormente, en su mayoría, a la N-332.

N-234 en Aragón

La carretera entre Velilla de Jiloca y Calatayud presenta un riesgo muy elevado de accidentes tras registrar dos accidentes mortales y otros dos con heridos graves en los dos últimos años. Se trata de una carretera que conecta la capital comarcal con otros municipios situados en las riberas del río Jiloca.

N-122 en Castilla y León

Es conocida por muchos como la «carretera de la muerte de Castilla y León». Durante los últimos tres años ha registrado hasta trece fallecidos en Burgos, Soria, Valladolid y Zamora. Se trata de una carretera que cruza la península y comunica Aragón con Portugal.