Condena internacional

"Cuerpos calcinados y extremidades desmembradas": el horror del ataque israelí contra desplazados en Rafah

Los supervivientes han pasado la noche buscando los restos de sus familiares entre las tiendas calcinadas tras el ataque israelí contra un centro de desplazados en una área designada por Israel como "humanitaria"

Los muertos en Gaza superan los 36.000

Los muertos en Gaza superan los 36.000 / EFE

Andrea López-Tomàs

Entre las ruinas calcinadas de las tiendas de campaña, apenas quedan los restos de las pocas pertenencias que habían viajado por toda la Franja de Gaza. Zapatos desparejados, bidones vacíos o colchones quemados, en medio de kilos de cenizas, son los únicos recordatorios de vida que quedan de uno de los mayores campos de desplazados de Rafah, al sur de Gaza, después de que los aviones israelíes lo bombardearan este domingo por la noche matando a una cincuentena de personas. El olor a carne quemada no ha impedido a los supervivientes combatir la oscuridad de la noche en busca de los restos de sus familiares entre las tiendas carbonizadas. Después de varios desplazamientos a lo largo de estos ocho meses de guerra, familias enteras, incluidos bebés y niños, han acabado muriendo en aquella zona “humanitaria” que Israel les dijo que era “segura”.

Según el Ejército israelí, sus tropas usaron “armamento de precisión” para supuestamente acabar con varios dirigentes de Hamás que se encontraban en la zona. Sus bombas provocaron un incendio en las precarias instalaciones de lonas de plástico, madera y chapa, que acabó por desencadenar la tragedia. Tan sólo dos días después que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenara a Israel detener su ofensiva militar sobre Rafah, en el extremo sur del enclave palestino, el Estado hebreo ha vuelto a demostrar su completo desinterés en la legalidad internacional bombardeando esa misma ciudad. Además, el objetivo ha sido una de las zonas designadas por el propio Israel como “humanitarias”, de acuerdo a la Media Luna Roja Palestina, poniendo de manifiesto que no hay ningún lugar seguro en la Franja de Gaza.

Bombas estadounidenses

Poco después del ataque, y tras una oleada de escandalizadas reacciones alrededor del mundo, el Ejército israelí precisó que dos altos funcionarios de Hamás habían muerto como resultado. El grupo palestino no ha tardado en responder llamando a los palestinos a “levantarse y marchar” contra la “masacre” de las tropas hebreas. En varios puntos de la Cisjordania ocupada, centenares de personas se han unido en manifestaciones de condena a uno de las agresiones más mortíferas desde el inicio de la guerra contra Gaza. La Oficina de Medios del Gobierno gazatí ha dicho que durante el ataque se usaron bombas de 900 kilos fabricadas en Estados Unidos. “Vimos cuerpos carbonizados y extremidades desmembradas”, ha confesado Mohammed al Mughayyir, alto funcionario de la agencia de defensa civil, a la agencia Associated France Press, denunciando que los casos de amputaciones afectaban a “niños, mujeres y ancianos heridos”.

“Hemos recuperado un gran número de niños mártires del bombardeo israelí, incluido un niño sin cabeza y niños cuyos cuerpos se habían convertido en fragmentos”, ha dicho un paramédico palestino a la agencia turca Anadolu. Ante la prohibición de Israel de dejar entrar a la prensa extranjera en el enclave palestino, la información que llega es a través de las propias víctimas y los periodistas locales. En sus imágenes, se ve cómo simples civiles tratan de combatir el fuego y retirar con sus propias manos los cuerpos calcinados de adultos, bebés y adolescentes, que habrían muerto asfixiados por el humo o directamente abrasados. La gravedad de las heridas probablemente eleve el número de víctimas mortales en las próximas horas. Ahora, aquellos que han sobrevivido no cuentan ni con un techo de plástico para resguardarse y tratar de procesar su duelo.

Coro de condenas

El ataque al campamento en Tal al Sultan tuvo lugar después de que las fuerzas israelíes bombardearan refugios que albergaban a palestinos desplazados en otras áreas como Jabalia, Nuseirat y la ciudad de Gaza, matando al menos a otras 160 personas. Varios países y organizaciones globales han condenado el ataque en Rafah en un coro de condena mundial. “Existe una situación cada vez más difícil en la que se está exprimiendo al pueblo palestino sin tener en cuenta los derechos de hombres, mujeres y niños inocentes que no tienen nada que ver con Hamás, y esto ya no puede justificarse”, ha dicho el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, a un medio local, en una de las declaraciones más duras hechas por Italia desde el 7 de octubre.

“La perpetración de esta atroz masacre por parte de las fuerzas de ocupación israelíes es un desafío a todas las resoluciones internacionales de legitimidad”, ha denunciado la presidencia palestina en un comunicado, acusando a las fuerzas israelíes de “atacar deliberadamente” las tiendas de campaña de los desplazados. A las puertas de reconocer el Estado palestino este martes, el Ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, ha dicho que el bombardeo de Rafah era “un día más en el que civiles palestinos inocentes mueren”, subrayando que la gravedad de la agresión “es aún mayor” porque se produce después de la orden de la CIJ. El jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ha insistido que Israel debe acatar el fallo para detener su ofensiva en Rafah.