Guante de boxeo en puño de ganadero

Raúl Camacho (Don Álvaro, 1990) consume las horas del día entre el campo con sus ovejas y el ring. Cuando le tocó elegir hacia qué profesión encaminar sus pasos, decidió que cursar estudios de Técnico Agrícola era la mejor opción para convertirse en ganadero. Le viene de familia gracias a su padre, pero sobre todo, pensando en el futuro, era el camino ideal para dedicarle tiempo a su pasión: el boxeo.

Camacho otea sus tierras, a un paso de Mérida, y reflexiona unos segundos antes de responder a las preguntas de este periódico. Respira hondo. «¿Que cómo nace mi afición por el campo y por ser entrador de boxeo? «Ambas cosas son mi vida. Soy un gran apasionado y amante del ganado porque creo que hace bastante bien, ya que regenera el campo. Mientras que el boxeo es un deporte muy completo, en el cual inculco disciplina, humildad y respeto, son los tres pilares básicos. Dentro de mi gimnasio (club Don Álvaro Boxing Crew) y también en la vida diaria, porque te caes muchas veces y debes intentar levantarte siempre, para superar los problemas que te vas encontrando en el día a día», explica.

Fotogalería | Raúl Camacho, ganadero y entrenador de boxeo

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Su crecimiento sobre el ring para llevar a lo más alto a jóvenes valores de su pueblo ha sido mayúsculo. De pequeño jugaba al fútbol, veía en la televisión las artes marciales con su abuelo y un buen día decidió apuntarse al gimnasio de Pedro Acosta (boxeador del País Vasco que emigró a Don Álvaro) para probar hacia dónde conducía su entusiasmo por esta interesante modalidad deportiva.

Las palabras siembran ideas. La acción derriba barreras. El boxeo es pura acción. Y valores. El entrenador y ganadero abunda en las similitudes del mundo rural y la disciplina que imparte. «Tengo la esperanza de que el boxeo sea un elemento integrador en la España vaciada, como ya ha sucedido en otros ámbitos sociales. Derribar estereotipos a golpe de boxeo. Además el próximo 25 de noviembre organizaremos una velada muy llamativo en la localidad y apenas hay palabras para describir la alegría. Estoy orgulloso», manifiesta con satisfacción y alegría.

Raúl es un ganador nato. No lo dice él, lo dice la lista de títulos que ya han conseguido sus pupilos más aventajados, Irina García, primera mujer extremeña en conseguir el Campeonato de España. Y no es la única, porque si la evolución de Irina es evidente, en las instalaciones del gimnasio destaca la progresión de Xurima Acosta, dos veces Campeona de España. Ambas han ido convocadas en muchas ocasiones con la selección nacional. «Las dos tienen un futuro prometedor. También entreno a varios chavales que darán que hablar muy pronto».

Poseer un currículo como el de Xurima a su corta edad no es para nada habitual. Aunque le da cierto pudor, reconoce con ilusión y serenidad que «mi sueño es llegar a ser profesional y estudiar Criminología», confiesa Acosta delante de su entrenador, todo un guante de boxeo en puño de ganadero.

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