El reportaje de nuestro compañero Javier Alvarez Amaro ha destapado la caja de los truenos en el PP regional. La trama para cargarse al alcalde de la ciudad ha salido a la luz y más de uno se tendrá que dar explicaciones.

No habrá nada en Mérida que se parezca a lo que ocurrió en Plasencia porque los concejales emeritenses del PP (Partido Popular) son antes de PA (Pedro Acedo). La concejala Mari Luz Calvo jamás traicionaría a su alcalde, de ahí que todos hayan reconocido su valía, no por este caso que es pura anécdota, y ha sido nombrada diputada regional; impensable en Pilar Vargas, su mano derecha; Gloria Constantino, Begoña Saussol, Maria Carmen López, fieles colaboradoras y Marta Calamonte, que ha sido más florero que otra cosa, normal en su juventud y estudiando fuera.

De los machos son incondicionales. Alfredo de la Rubia, todos pensaban que era más de izquierda, acompaña con todas las de la ley a Pedro Acedo. Hubo sus sorpresas y más de uno pensó en un farol del alcalde; Luis María González iba para Delegado de Educación Provincial antes de las competencias y rehusó, de ahí que su valía en la enseñanza nadie puede discutir; Francisco Robustillos a lo que diga la primera autoridad, sin cuestionar nada, su fidelidad es premiada con ser diputado provincial; Gonzalo García de Blanes, es creador y mantenedor de cuestiones difíciles de resolver pero que no duda en ejecutarlas; Manolo Gámez que ha vuelto a petición de Acedo y con competencias de mucha responsabilidad y Fernando Molina, que le sustituye en actos y con unas ganas enormes de potenciar lo que el más le gusta, el deporte y cultura.

Ahora las aguas volverán a su cauce por las próximas elecciones generales y buscar discordias provinciales y regionales no les beneficia, de ahí que haya un compás de espera. El presidente regional de PP, Carlos Floriano, las tiene crudas. Los dos bandos se van definiendo para tomar postura es su momento.