Opinión | Encerado y clarión

La cuenta atrás ha comenzado

Si Tamames no lo remedia, empadronándose en alguna otra comunidad o municipio, en apenas dos semanas, sobre el 4 de abril, debieran estar publicadas en los respectivos boletines oficiales de las distintas comunidades la convocatoria de elecciones municipales y autonómicas, ya que para las generales habrá que esperar al menos a que el invierno se acerque, Winter is coming que se decía en Juego de Tronos.

"Apenas quedan dos semanas para todavía poder hacer realidad aquello que quizás se prometió

Aunque aún quede mucho para la cita con las urnas el 28 de mayo, es más, se nos va a hacer interminable, la fecha que separa lo que se ha hecho, y lo que todavía se puede hacer, es decir, las realidades, con las promesas que a partir de ahora se multiplicarán, que se harán o no, y si se gobierna o gobernase, es justamente la de ese probable 4 de abril, pues con posterioridad a esa fecha se entiende que estamos en periodo electoral, que desde la modificación de la LO 2/211 comprende el tiempo que transcurre, desde la convocatoria de las elecciones hasta el día mismo de la votación, por lo que a partir de esa fecha queda prohibido realizar cualquier acto que esté financiado directa o indirectamente por los poderes públicos, inauguración de obras y un largo etcétera.

Como decía, apenas quedan dos semanas para todavía poder hacer realidad aquello que quizás se prometió, aquello donde se falló, paliar algún problema y/o necesidad o, aunque sea en plan electoralista, devolver la confianza o generar ilusión entre la población. Por eso, es en estos últimos días, los más cercanos a las urnas, cuando lo imposible puede ser posible y se considere a llegar a acuerdos y mejoras en todos los ámbitos. 

Yo que sé, por poner un ejemplo, imagínense que se decide devolvernos la subida salarial sisada del 2020 aprobada por el Gobierno central para todo el Estado y además, como sería de recibo, con la parte proporcional de sus correspondientes subidas posteriores; pues hombre, sí, algo más de confianza generaría, o al menos sumaría más que restó la decisión de no aplicarla. 

En la parte o faceta que me toca, pues sí, todavía se está a tiempo a devolver la ilusión a un colectivo que más que desilusionado, que también, está agotado y exprimido hasta el límite. Reconocer salarialmente las múltiples tareas que se les ha encomendado en los últimos años, reducir ratios, jornada lectiva, que no de trabajo, aumento de los distintos complementos, tutorías, dirección, departamentos o coordinaciones entre otros que son de los más bajos del estado y si se reconocen, o apoyo al aula y a los centros con personal laboral, sanitario o de servicio. 

Esto entre otras cosas, pero hastiados de promesas, y ya que para antes del 4 de abril, va a ser como algo complicado que tengamos AVE, la cuenta atrás ha comenzado y apenas quedan dos semanas, que no tengamos que esperar otros cincuenta años para seguir perdiendo el tren que nos prometieron hace otros cincuenta.

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