Opinión | Desde el norte

Racismo, ser o no ser

Faltan sanciones que demuestren que el mundo del deporte condena los comportamientos racistas

A raíz de lo ocurrido en el último partido de fútbol que ha enfrentado al Real Madrid con el Valencia en Mestalla, ha surgido la pregunta de si España es racista. Así, como país, todos metidos en el mismo saco. Leo que la frase la ha dicho Vinicius, el insultado, pero niego la mayor.

No voy a decir categóricamente ni que sí, ni que no, porque en esto del racismo, como en muchas otras consideraciones como el machismo, por poner un ejemplo, no se puede extrapolar.

Hay españoles racistas y españoles que no lo son y lo mismo ocurre en el resto de países del mundo. Lo que sí hemos visto siempre y seguiremos viendo, a pesar del revuelo que se ha montado ahora con el caso de Vinicius Junior, son actitudes racistas en el deporte, sobre todo en el fútbol.

Puede ser cuestión de números, cuantas más personas haya en un campo, más posibilidades de que haya más personas racistas, por pura matemática. Pero además, el fútbol, como deporte rey, de masas y que enciende a los aficionados hasta puntos que no se ven en otros deportes, al final puede llevar a cada uno a su límite y a mostrar cómo es, racista o no.

El que no lo sea no insultará nunca a un jugador por ser de otro país o tener otro color de piel y el que lo sea, tanto si intenta ocultarlo en su vida diaria como si no, en un momento de tensión lo sacará a relucir.

Leo que hay quienes culpan a Vinicius por provocar y es de risa. Es como la mujer violada que se lo ha buscado por llevar ropa que enseñaba demasiado. Por mucho que se provoque, no somos monos, como le han llamado al jugador, y tendremos que tener capacidad de autocontrol, digo yo.

Lo que sí es verdad es que se vislumbra cierto cambio a la hora de sancionar estos comportamientos. Habitualmente, cuando hay un caso de racismo, hay muchas opiniones en contra, muchos que le restan importancia y, en unos días, aquí paz y después gloria.

Ahora parece que habrá una sanción ejemplar. Faltan efectivamente sanciones que demuestren que el mundo del deporte y del fútbol en particular condenan los comportamientos racistas y no los van a dejar pasar. Porque, si la respuesta es blanda, se da carta blanca a una nueva ocasión. Los equipos, liga, federación, deberían ser los más tajantes, pero me da que todo seguirá igual. Al tiempo.

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