Encerado y clarión

Querido Baltasar

Saturnino Acosta

Saturnino Acosta

Mira que por regla general suelo hacer mi carta de Reyes Magos a través de Melchor, el de la barba blanca, pero este año, el que está de moda es Baltasar, es decir, de los tres, el que no es ni cano ni pelirrojo, al menos presumiblemente.

En fin, una vez pasados pavos y uvas, si usted ha sobrevivido, apenas le queda ya el roscón, pero para ello, previamente, debe usted cumplir con la tradición y escribir su carta a los tres Reyes Magos. Ya sea púber, adolescente, senior o maduro, cajera en supermercado, electricista, economista, teniente general o ministro, todos y todas hacen su carta a los tres reyes magos.

Imagínense la de cartas y peticiones, algunas contrapuestas, otras enfrentadas, y algunas parejas con las que tendrán que lidiar. Mientras unos piden cotizar a la seguridad social sin remuneración, ni seguro de accidente, ni derecho a paro, otros piden acabar con el paro juvenil en un mes, concretamente en las estadísticas de paro de finales del mes de enero, que tradicionalmente es malo por el final de las campañas navideñas, algunos que les toque la lotería para poder pagar la parte proporcional que le corresponde de dicha cotización, e incluso los habrá que lo que pidan es no volver a acoger alumnos en prácticas.

Nuestros políticos también hacen su carta, no se crean, algunos incluso la llevan presencialmente a su majestad de barba blanca., otra cosa es que los regalos lo decidan entre pastorcitos, el buey y la mula. Desde el congreso unos piden pinganillos en ‘bable’ y traductor que traduzca el vasco y el catalán en español, para pasarlo al traductor catalán y vasco que a su vez, una vez traducido al castellano, vuela a enviarlo al traductor asturiano.

No olvidemos tampoco los regalos de lujo, un consejo general del poder judicial independiente, la división de poderes que garantice la imparcialidad de los jueces y lo que es más importante el cumplimiento de las leyes para que todos seamos iguales ante estas, la financiación justa y equitativa entre comunidades, por ejemplo, que no haya alguna cuyo tren vaya más lento que el camello del susodicho. Un manual de buenas maneras porque las maneras últimamente no es que sean muy buenas. Un pacto de Estado por la Educación y no una Educación a servicio del Estado, y así un largo etcétera. Y puestos a pedir, sería estupendo que además de evaluar a los empleados públicos con la nueva Ley de Funcionarios Públicos, también se evalúe a nuestros políticos y gestores, y si no cumplen o no obtienen los beneficios o resultados esperados, ya saben, aplíquese la Ley de Función Pública, pues los beneficiarios somos los mismos, los ciudadanos. 

Por último, los ciudadanos de a pie, que somos algo más sencillos, trabajo, vivienda y salud. Quizás el problema radique en justamente eso, que cual niños un 6 de enero, pedimos a unos Reyes Magos que nos traigan aquello que debiéramos exigirle a los que también en su día y en un sobre elegimos para tener salud, vivienda y trabajo.

Espero que hayan sido buenos y no les traigan carbón, aunque también eso cada día es más complicado, mejor un dulce autorecargable y enchufable, cortesía del resto de la UE.

*Maestro

Suscríbete para seguir leyendo