Solo un caso de abusos en Plasencia ocurrió en el seminario y se archivó

El informe del Defensor del Pueblo sobre pederastia en la Iglesia recoge cuatro casos comunicados por la diócesis de Plasencia y un lugar, el seminario. Sin embargo, realmente solo uno de los cuatro se dio en este espacio y no fue de abuso directo a un menor.

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Según ha confirmado el obispo, Ernesto Brotóns, se trató de un caso de posesión de pornografía y fue finalmente archivado porque no se pudo demostrar que las imágenes, que no eran de personas de la ciudad, fueran de menores.

En cuanto a los otros tres casos, el obispo ha explicado que el más reciente fue denunciado en el 2015 y ya juzgado. Se trata del caso del párroco de Mengabril, que fue condenado por el Tribunal Supremo a 17 años y 7 meses de cárcel por abusar sexualmente de dos niños de 12 y 13 años.

Los dos restantes ocurrieron en los años sesenta y fueron «denunciados y hechos públicos por el periódico El País». Se dieron en Trujillo y Jarandilla de la Vera.

Volverá a ser residencia de seminaristas de Plasencia

Por lo tanto, aclara que el seminario no ha sido el escenario de ningún abuso físico hacia algún menor y, precisamente, el obispo acaba de nombrar a un nuevo rector, Fernando Valverde Berrocoso, que tendrá el cometido de que este espacio recupere su identidad como residencia de los seminaristas los fines de semana.

Fue en el 2017 cuando el antecesor de Brotóns, José Luis Retana, decidió que los seminaristas se trasladaran a Salamanca, donde estudian en la Facultad de Teología. Allí residen de forma habitual, pero «vienen el fin de semana a realizar su actividad pastoral en la ciudad», ha señalado el Obispado, por lo que la intención es que esos días residan en el seminario y también el rector.

Además, servirá de sede de actividades de promoción vocacional, del seminario en familia y otros encuentros.

También, desde ahora, será un lugar «para que grupos puedan realizar la actividad formativo/pastoral durante varios días, o un lugar para dormir». Todo mientras hace unas semanas llegaron hermanas de la Congregación Apostólica de Marta y María, de Guatemala, encargadas de la instalación.

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