Faltan escasas horas para que arranque Womad, que se presenta como uno de los grandes eventos del año en Cáceres tras la pandemia, y los operarios trabajan ya a contrarreloj para que esté todo listo para este jueves.
Mientras el equipo de la organización ultimaba ya el escenario central de la plaza Mayor, camiones de suministros repartían las mercancías extra para la previsión del fin de semana a los bares de los soportales y distribuían los mostradores para que los negocios puedan dispensar bebidas en la calle en compensación por no poder instalar las terrazas.
En apariencia, ninguna novedad con respecto a años anteriores salvo por la situación que han protagonizado este miércoles los bares de la parte baja de la plaza, ya que, por primera vez en los últimos 25 años, según los hosteleros y 13, según el ayuntamiento que se celebra el festival, no se les permitirá instalar su barra exterior.
Esta decisión, que afecta a casi una decena de negocios entre los que se encuentran el 22, Monumental, María Bonita y La Majá, se ha notificado a los empresarios a escasas veinticuatro horas del inicio del festival. Fueron agentes de la Policía Local los que remitieron en persona el documento en el que se les anunciaba el cambio.
En este sentido, el ayuntamiento alega que ha sido la renovación en las dimensiones del escenario el que ha obligado a redefinir los espacios de seguridad pero los hosteleros denuncian que les hayan avisado con tan solo unas horas de antelación, cuando ya han hecho acopio de los suministros, algunos con facturas de hasta 12.000 euros en bebidas.
En declaraciones a este diario, Carlos Talaván, representante de la asociación que representa a la hostelería de la plaza Mayor, Areplama, deja constancia del "malestar" que ha provocado esta medida anunciada a última hora. "Ya desde el lunes tuvimos que quitar las terrazas para que instalaran el escenario y nos lo dijeron los propios operarios del festival, desde el ayuntamiento dijeron que habría barras, hemos comprado todo lo que teníamos que comprar y ahora, de un momento para otro nos dicen que no", denuncia.
Critica, de esta manera, la "falta de comunicación" por parte de las instituciones municipales. "Hasta ayer no sabíamos nada, de lo que nos quejamos es de las formas", expone Talaván. En esa línea, argumenta que la valla que separa la zona del escenario se encuentra en la misma ubicación que en ediciones anteriores y lamentan, por último, que una de las ediciones que prometía devolver esplendor tras dos años de parón quede "ensombrecida" por un problema que, bajo su punto de vista, podría haberse evitado si hubiera existido comunicación.
