El Periódico Extremadura

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LA PARADOJA DEL MERCADO LABORAL: DISPARIDAD ENTRE LA OFERTA Y LA DEMANDA DE LA PROVINCIA

Cáceres, con 31.800 parados, busca mano de obra urgente

Hostelería, transportes y edificación no encuentran personal para su ritmo de actividad tras la pandemia. Algunas empresas se muestran «desesperadas» ante la carencia de operarios y técnicos medios

Trabajadores de la construcción en Cáceres. Los extranjeros comienzan a cubrir los puestos vacantes. Faltan obreros y especialistas: operadores de grúa, instaladores de aire acondicionado o fotovoltaicas, etc... CEDIDA

La evolución del mercado laboral ha sido vertiginosa en los últimos años. La crisis del 2008 dejó a los pies de los caballos a algunos sectores básicos para la economía de la provincia y la capital cacereña. Tras una lenta recuperación, que nunca llegó a alcanzar las cifras anteriores, el coronavirus marcó otro episodio aciago con cierres, ERTEs y recortes por el temor a un futuro incierto. Después de seis olas y tres vacunas, estos sectores tratan ahora de reponerse pese a los nuevos efectos de la guerra y la inflación. Paradójicamente, no encuentran trabajadores suficientes para iniciar la nueva etapa.

Construcción, hostelería y transportes son algunas de las actividades más afectadas. Este periódico ha dialogado con entidades y asociaciones sectoriales, que muestran su inquietud por una situación que llega a ser desesperante para muchos negocios: tienen trabajo, pero no el personal que necesitan. Y ello en una provincia que registra 31.791 parados (datos del Sexpe de abril de 2022) y en una ciudad como Cáceres, con 7.504. Las empresas afirman que los anuncios de ofertas de empleo no siempre consiguen sus objetivos, y cuando los consiguen, cada vez son más frecuentes las situaciones en las que los trabajadores se desvinculan pocos meses después, pese a que los salarios están ahora en algunos casos por encima del convenio.

En el ramo de la construcción, las empresas ya no pueden abarcar dos o más proyectos a la vez por la poca disponibilidad de operarios... Y están por llegar las obras de los fondos de resiliencia, que deberían dar un empujón al sector en los próximos diez años. Mientras, las estadísticas revelan que Cáceres capital tiene a fecha de abril de 2022 un total de 531 desempleados en la construcción, cifra muy próxima a los 596 de abril de 2019, es decir, el paro se ha reducido poco tras la pandemia pese a la demanda de las empresas. Asimismo, la provincia registra 3.235 parados en esta actividad, a escasa distancia de los 3.421 que marcaba en 2019.

Con los servicios, en los que se agrupan hostelería y transportes, ocurre algo similar. La provincia acumula 21.707 personas sin empleo en el sector (23.337 en 2019), mientras las empresas necesitan conductores, camareros, cocineros... La capital cacereña mantiene 5.899 desempleados en dichas actividades (6.482 en 2019).

Un vistazo a las cifras de afiliaciones de la Seguridad Social indican que la economía se quiere recuperar porque el número de trabajadores es mayor en todos estos sectores que en el año 2019, pero no hay suficiente mano de obra para absorber ese aumento de la producción que necesitan algunas ramas de actividad después de la pandemia. Así, construcción tiene en estos momentos 8.488 afiliados en la provincia, por encima de los 7.543 que presentaba en abril de 2019. La hostelería alcanza los 7.667, en su caso solo ligeramente superior a los 7.410 de hace cuatro años. Y el sector de transportes y almacenamiento, con 2.843 trabajadores de alta en la Seguridad Social, también ha evolucionado poco respecto a los 2 .793 de la prepandemia.

Por cierto que el estudio por edades de los desempleados de la provincia cacereña revela que, en la actualidad, 5.657 tienen menos de 30 años (18%); 5.988 están entre 30 y 40 años (19%); 6.456 entre 40 y 50 años (20%); 9.144 entre 50 y 60 años (29%); y 4.541 por encima de 60 años (14%). Distintos perfiles y necesidades de empleo que, sin embargo, no casan con los sectores que más trabajadores requieren en estos momentos. 

2.500 empleos vacantes en hostelería

Durante el primer verano tras el confinamiento (2020), la hostelería comenzó a dar síntomas de que algo no marchaba bien: bares, restaurantes y hoteles reabrían en Cáceres y no encontraban personal suficiente. Muy extraño, teniendo en cuenta la angustia laboral que vivieron muchos hogares en los cierres provocados por el covid. Dos años después, la situación se constata. La hostelería de la provincia cacereña necesita unos 2.500 trabajadores para alcanzar una situación de cierta normalidad. De momento no los hay, pese a que se les busca insistentemente. En la costa española este año quedan 100.000 empleos por cubrir.

Personal de hostelería en una terraza de la plaza Mayor de Cáceres. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

¿Qué ocurre? ¿Los trabajadores han buscado otros sectores tras el confinamiento? ¿Se han puesto a opositar en busca de mayor estabilidad? ¿Los jóvenes no quieren la hostelería? ¿Entonces por qué hay paro? El presidente de la Asociación Empresarial Cacereña de Hostelería y Turismo (AECAHTUR), César Martín, prefiere no entrar a juzgar las posibles razones, «no sé si hay gente que puede vivir sin trabajar o si no se les facilita lo suficiente el acceso al mercado laboral, no sé qué ocurre, pero hay una cosa cierta: se ha perdido el concepto del valor del trabajo que entendíamos hasta ahora en esta y otras profesiones».

Y ello genera un problema, porque la hostelería es uno de los motores de Cáceres y pilar fundamental del turismo. Sin personal suficiente, el servicio acabará resintiéndose. «Y no caigamos en antiguos tópicos, porque el empleado del sector trabaja 8 horas diarias con 2 jornadas a la semana de descanso. Un camarero normalmente cobra 1.400€ brutos, y un buen cocinero no lo encuentras por menos de 1.800–2.000€. Un trabajador cuesta unos 2.100€ mensuales a la empresa», concreta César Martín. Además, en muchos negocios, el personal puede disponer libremente del servicio de comidas y bebidas, un gasto que resta de su domicilio.

De hecho, la hostelería ha generado profesiones que ya se estudian en FP, y que paradójicamente ahora no cubren puestos. «Quizá el problema haya que buscarlo en la jornada partida de fin de semana, en los turnos del noche, pero ocurre en muchos sectores, reflexiona César Martín. Tampoco son empleos que exijan una fuerza bruta. «Aquí se trata atender al cliente con respeto y con esmero, y eso se aprende, pero reitero que se están perdiendo los valores del trabajo».

Primero fue la crisis, luego el covid, la subida de precios… Y cuando el sector trata de levantar cabeza, no tiene manos. «Los negocios familiares aguantan mejor, pero los que necesitamos personal creo que vamos a sufrir», lamenta.

Faltan obreros y técnicos: la construcción se ralentiza

Europa prevé un crecimiento sostenido del sector de la construcción en España durante la próxima década, por encima del promedio de la UE. De hecho lo da por seguro debido a la inyección de partidas millonarias procedentes del los fondos Next Generation, y también por las obras que deben desarrollarse para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Unas inversiones que además llegarán generosas a Extremadura. Sin embargo, existe un escollo muy espinoso: no hay relevo generacional en la construcción y los empresarios están «francamente preocupados». La falta de trabajadores ya les impide incluso «simultanear proyectos» o «presentarse a más de una licitación al mismo tiempo». Una situación que lleva tiempo afectando a Cáceres, pese a que el sector aún mantiene un ritmo pausado

«Tras la crisis de 2008, la construcción perdió un 40% de su mano de obra, que buscó estabilidad en otros empleos. Los jóvenes no han ocupado ese lugar. Ahora salimos de la siguiente crisis, el coronavirus, y existe una evidente dificultad para conseguir sobre todo especialistas como operadores de maquinaria, operadores de grúa, oficiales de primera, instaladores de aire acondicionado, instaladores de fotovoltaicas... Los que hay, ya tienen una edad, y no se ha producido una reposición generacional», detalla Pedro Pérez Francés, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción en Extremadura, integrada tanto por la patronal (Confederación Nacional de la Construcción de Cáceres y Badajoz) como por los sindicatos (UGT FICA y CCOO del Hábitat).

Todo ello se complica por la estructura del mercado laboral, que tiene forma de «reloj de arena»: hay muchas personas con titulaciones superiores, muchas personas con una formación básica, «y en medio una carencia acusada de técnicos de FP, que son los que necesitamos en las especialidades de la construcción. Se trata de un importante cuello de botella, una seria falta de personal preparado», indica el gerente.

Las inversiones de la UE para los próximos diez años podrían verse afectadas si el problema persiste

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Por tanto, los trabajos más cualificados se encuentran cubiertos. Para los que necesitan menos formación se está recurriendo cada vez más a mano de obra extranjera, que ya supone un 16% del alumnado que acude a los cursos de la Fundación Laboral de la Construcción, donde se obtienen distintos grados de capacitación. El problema, como se observa, está en las titulaciones medias. Aunque los ciclos de FP relacionados con la construcción han ido creciendo en los últimos años, y en Extremadura hay hasta cuatro institutos que los imparten, entre ellos la Universidad Laboral de Cáceres, el sector considera que aún tienen pocas especialidades y tampoco son las más demandas. Ahora bien: los estudiantes que las completan encuentran trabajo seguro.

Entonces… ¿Por qué los jóvenes no apuestan por este sector? Pedro Pérez Francés opina que hay distintas razones: por un lado buscan trabajos «más estables»; por otro, les atrae lo que ven a diario en los medios, «como convertirse en influencers u operadores de web»; pero además existe un «tapón» de población que ni estudia ni trabaja y tiene unas expectativas bajas de inserción laboral; y también hay un porcentaje que recibe prestaciones sociales combinadas a su vez con trabajos en negro, un mercado que además supone una importante competencia desleal para el sector. Algunos estudios revelan que un 20% de las obras de reforma se ejecutan fuera de la legalidad.

Frente a ello, un albañil registra ahora unos 1.200 € de sueldo, que se eleva a unos 2.000 € para oficiales de primera que manejan el alicatado, el fratasado, el solado... «Existe además un preacuerdo de aumento de los salarios en un 4% este año y un 3% los dos siguientes», recuerda Pedro Pérez Francés.

Pero aun así faltan trabajadores. De hecho, el sector ya está buscando soluciones al más alto nivel en conversaciones con el Gobierno, entre ellas regular la contratación de extranjeros. También se tiende a un mayor uso de materiales prefabricados que subsanen esa falta de manos. Por su parte, la Fundación Laboral de la Construcción realiza unos 300 cursos anuales, un buen porcentaje en Cáceres, para formar a unos 5.000 alumnos.

Sin conductores para las empresas de transportes

«Tenemos problemas serios, muy serios, con la falta de conductores. No los hay preparados, tampoco los hay dispuestos a aprender, nos cuesta un mundo encontrar personal que quiera emplearse en el sector». Así lo explica Antonio López, vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Transportes de Extremadura (Asemtraex), la principal organización regional del ramo. Él mismo dirige la empresa DHL en Cáceres y percibe directamente la situación: «Ponemos anuncios por todos lados pero no llegan trabajadores. Ahora mismo necesitamos conductores en Cáceres y sobre todo en Navalmoral, donde resulta imposible».

Faltan conductores de largo recorrido pero también para el transporte en los municipios o entre ellos.

El sector no alcanza a entender esta circunstancia, que afecta a todos sus segmentos, desde el transporte de largo recorrido al que se realiza en los municipios o entre ellos. «En mi caso concreto se trata del reparto con furgonetas, que no precisa carnets superiores al B. Los empleados comen y duermen en casa, pero no hay mano de obra. Estamos haciendo lo imposible por captar trabajadores, autónomos…», revela.

El vicepresidente de los transportistas entiende que «el conductor de largo recorrido tiene sus sacrificios y todos lo sabemos». Circular por ciudad «también acaba siendo estresante porque las cargas y descargas están llenas, si das tres vueltas a la manzana reduces el número de repartos, los policías amagan con denuncias, al final los empleados llegan aquí con las multas y no les agrada...», relata.

El sector pretende convocar sus propios cursos y bolsas de trabajo para afrontar un problema «grave»

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No obstante, cumplen una jornada de 8 horas diarias y perciben un salario medio de 1.100-1.200 €, que en estos momentos puede subir por encima de convenio dada la falta de personal. El camionero de largo recorrido supera los 1.700 €. Aun así no hay mano de obra. «He tenido un vehículo por el que han pasado unos veinte conductores. Ya está en la chatarra porque no es posible repararlo más», lamenta.

Respecto a las causas, «se atribuye a un problema generacional pese a los niveles de paro. También a las ventajas de recibir una paga y complementarla con empleos en negro o esporádicos, antes que aceptar un contrato permanente en estos sectores. Parece claro que en las zonas donde hay posibilidad de trabajos temporales se nota más la falta de personal», subraya el vicepresidente. «Sea como sea, lo que tenemos claro es que se han perdido valores esenciales en el trabajo, y que esto supone un grave problema laboral». Mientras, personas como Antonio, con 65 años cumplidos y hasta 45 cotizados, deben seguir en su puesto «hasta pasados los 66».

El sector ya ha mantenido encuentros con la Junta para ver la posibilidad de realizar sus propios cursos y bolsas de trabajo. También ha conseguido una reunión con el ayuntamiento para racionalizar las áreas de carga y descarga, a veces situadas en lugares poco prácticos, pero requiere más implicación del Gobierno local.

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