El verano de 2022 ha sido el más cálido que se recuerda en España y en Europa, y muy posiblemente en el mundo, a falta de la valoración global de los datos que estará lista en los próximos meses. Cáceres, por su situación en la mitad oeste de la Península Ibérica, ha formado parte del grupo de provincias azotadas por temperaturas especialmente altas. «Hablamos de un verano muy excepcional, de hecho los registros obtenidos en julio en Cáceres no tienen precedentes, por eso se ha calificado como un mes extremadamente cálido. En cuanto a agosto, no ha marcado records pero sí ha estado ampliamente por encima de las temperaturas medias, de ahí que también haya alcanzado el rango de muy cálido», explica Marcelino Núñez, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Extremadura.

Basta decir que Cáceres ha superado los 40 grados durante nueve jornadas en julio y otras dos en agosto. En total, once días con el mercurio por las nubes. Son los datos arrojados por el Observatorio de Cáceres, emplazado junto al Centro Penitenciario, cuyas mediciones resultan muy representativas de la zona centro de la provincia porque chequean la meteorología de la extensa meseta cacereña. Mediciones que en el estío de 2022 se hacen rotundas: «Nos permiten hablar de un verano muy cálido y muy seco», subraya el experto.

Máximas absolutas

Los datos lo dejan más que claro. «En este observatorio hemos alcanzado una temperatura máxima absoluta para julio de 44,9 grados, el día14 de ese mes. Ha sido la más alta desde que hay registros en julio, solo superada por los 45 grados de una jornada de agosto de 2018. Por tanto, un nuevo récord histórico que no se alteraba desde el año 1981», indica Marcelino Núñez.

Pero no solo hay que fijarse en los registros más extremos. Es que la media de las temperaturas máximas en julio también ha batido récord en Cáceres. «Tenemos un promedio de referencia para ese mes de 33,6 grados, pero en 2022 se ha ido a 38,1 grados. Esto supone 4,5 por encima de lo habitual, unos valores realmente altos, inéditos, con varios días sobrepasando los 42 grados», argumenta.

Respecto a la media de las temperaturas mínimas, julio no ha batido récord pero sí ha registrado una fuerte subida. «Normalmente se sitúa en 18,7, mientras que este año se ha elevado a 21,6. Se da por tanto una anomalía de 2,9 grados». Y esta situación ha sido casi la peor de sobrellevar para la población cacereña: mínimas que se han mantenido bastante elevadas al caer el sol y durante la madrugada. «Las temperaturas máximas ciertamente son muy altas, pero se producen en momentos del día en que muchas actividades laborales y de ocio está suspendidas. Sin embargo, al no bajar las mínimas de 21 grados casi ningún día de julio, han impedido conciliar el sueño, descansar y cargar pilas para jornadas especialmente difíciles por el calor. Julio ha sido realmente un mes muy anómalo», sostiene el meteorólogo.

«Las mínimas han estado tres grados por encima de la media en julio, y dos durante agosto»

Marcelino Núñez - DELEGADO AEMET EXTREMADURA

Agosto no ha alcanzado valores tan extremos en Cáceres pero también ha estado claramente por encima de lo habitual. «El promedio de temperaturas máximas ha subido hasta 37,5 grados, cuando la referencia para ese mes se sitúa en 35 grados, es decir, 2,5 por encima». Lo mismo ha ocurrido con el promedio de temperaturas mínimas: este agosto ha marcado 19,2 cuando la referencia es 17,1, por lo tanto otros 2 grados superior», detalla Marcelino Núñez.

Respecto a las lluvias, las diferencias con otros veranos han sido menores que las temperaturas, porque al fin y al cabo Cáceres tiene un estío muy seco. El caso es que este año ni siquiera ha caído una tormenta. En julio no ha llovido un solo día (la media suele ser de 1,9 litros/m²) y en agosto tan solo el día 9 se han medido 0,2 litros/m² (la media es de 4,2 litros/m²). «Si echamos la vista un poco más atrás, los últimos días con un poco de lluvia en Cáceres fueron el 23 de junio (2 litros/m²) y el 22 de junio (1,1 litro/m²). Pero si buscamos un chubasco significativo tenemos que irnos al 15 de junio (4 litros/m²)», afirma el experto de la AEMET.

Déficit de lluvia

Así las cosas, y con la primera quincena de septiembre de momento parca en aguaceros, el año hidrológico se cerrará el 30 de septiembre «con un 66% de déficit de lluvias en Extremadura, de momento, respecto a la media de otros años. Se trata de un descenso muy importante. Hablamos de un déficit del 34% que suponen muchos litros que han dejado de caer, y además venimos de un año en el que tampoco hubo superávit», comenta el especialista.

La vegetación, afirma, está más aclimatada a periodos largos sin chubascos, «pero no los pantanos, ni los animales, ni los cultivos, ni las personas…».

De momento cabe esperar que octubre devuelva la lluvia a estas tierras, como suele ser habitual. El terreno está tan seco que absorberá como una esponja los primeros 15-20 litros/ m² hasta que empiecen a generarse las primeras escorrentías. Marcelino Núñez no se muestra catastrofista, al contrario, pero si esto no ocurre, entonces la situación comenzará a tornarse «bastante seria», porque se trata de la estación que generalmente recupera las reservas hídricas de la comunidad extremeña.