Más de 40 puestos de vigilancia repartidos por Extremadura, 58 bases de retenes de tierra, 10 bases de helicópteros, 12 centros de coordinación, 900 profesionales para actuar de forma rápida en cualquier punto y un Centro Operativo Regional (COR) de Incendios Forestales que coordina todas las labores desde Cáceres, centro que por cierto se está sometiendo a una renovación integral de 5 millones de €. El Plan Infoex de Extremadura tiene un amplio conjunto de medios y recursos para responder al instante a cualquier incidencia, a falta solo de un aeródromo propio para hidroaviones. Dicha instalación ya está proyectada en la provincia de Cáceres, en la zona de Monfragüe, y en marzo se dieron por iniciadas las obras, pero no avanzan. La Junta acaba de confirmar que estudia «la rescisión de contrato» y «soluciones al respecto».
Hasta el momento, los hidroaviones que colaboran en la extinción de los fuegos forestales declarados en la geografía extremeña despegan desde dos bases aéreas militares: Talavera la Real (Badajoz) y Matacán (Salamanca). Son una herramienta indispensable en los grandes incendios por su capacidad de alojar más de 5.000 litros de agua en sus depósitos y desplazarse a una velocidad de crucero superior a 350 km/h. Por ello, el Infoex quiere dotarse de sus propios aviones anfibios y «estas aeronaves requieren, a la hora de operar, de un aeródromo y de las instalaciones necesarias para la tripulación, zona de carga, estacionamiento y repostaje de los propios aviones», recoge el proyecto, redactado por la empresa Ingeniería y Obra Civil.
De ahí la importancia del futuro aeródromo, que estará en el término municipal de Mirabel (dentro de la dehesa boyal) para reforzar la lucha contra los incendios forestales en la comunidad. El lugar es completamente estratégico, en medio de los valles con más riesgo de la provincia cacereña por sus masas boscosas (Gata, Hurdes, Ambroz, Vera, Jerte, Villuercas...), junto al Parque Nacional de Monfragüe y próximo a grandes pantanos como Alcántara, Gabriel y Galán, Borbollón, Rosarito... Todo ello facilitará una respuesta rápida.
A principios de marzo, la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio de la Junta de Extremadura anunció que se iniciaban las obras para construir este aeródromo de lucha contra incendios forestales, con un plazo de ejecución de siete meses. Está llamado a ser el primero de carácter público para hidroaviones en Extremadura, y el primero ubicado en la provincia cacereña, la segunda con más extensión del país, con importantes zonas montañosas y boscosas especialmente al norte.
Dotado de una pista de 1.054 metros de largo (asfaltada 934 metros) y 23 de ancho (se extiende hasta 60 metros con las franjas de seguridad), el concurso fue adjudicado a las empresas Aglomerados Olleta Torres - Terraplenados y Gravas, con una inversión ligeramente superior al millón de euros (1.071.024). Se trata de un proyecto cofinanciado en un 75% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural 2014-2020 (Feader). En el comunicado donde se informaba del inicio de la obra, la Junta destacaba la importancia de este aeródromo a la hora de cuidar los montes extremeños, como piezas «fundamentales» en la lucha contra el cambio climático.
El problema se ha producido una vez adjudicado el contrato y anunciado el comienzo de los trabajos, debido a los efectos de la Guerra de Ucrania y a la fuerte subida de los materiales. Finalmente, a preguntas de este diario, la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio ha comunicado que «la empresa no ha iniciado las obras según como estaba previsto», y ello porque la adjudicataria alega el «aumento de costes». «La Junta de Extremadura está estudiando la rescisión de contrato y soluciones al respecto», informan desde el Ejecutivo regional. Una nueva contratación de la obra llevaría algún tiempo, aunque el proyecto sería, salvo que se comunique lo contrario, similar.
El diseño, al detalle
En principio, dicho proyecto recoge una infraestructura para medios aéreos de ala fija (aviones tipo anfibio) que se utilizan en la extinción de incendios forestales, a disposición del Plan de Lucha contra Incendios Forestales de Extremadura. La pista de sitúa al norte de la actual vía de ferrocarril Madrid-Extremadura, de la que dista 1 kilómetro, y al sur de la autovía A-66 (a 2,5 kilómetros aproximadamente). Se trata de un terreno con ligera ondulación, sin arbolado.
Para determinar la ubicación exacta de la pista se ha realizado un estudio de los vientos dominantes en la zona, obteniéndose finalmente la orientación ‘este-oeste’, que permitirá un porcentaje de ocupación del 100% durante las campañas de extinción de incendios, según detalla el estudio.
También se incluye la ejecución de una vivienda prefabricada modular de 125 m2 para uso de la tripulación, edificio de control e instalaciones de seguimiento, así como un depósito de combustible, dos depósitos de agua de 50.000 litros cada uno para recarga de aviones, y un depósito de sustancia retardante. Habrá un pozo de sondeo, dotado de caseta, bombas y suministro de energía mediante fuentes renovables.
Mientras se despeja el futuro del aeródromo, continúa el proceso de licitación de la mayor obra prevista por el Infoex: el gran Centro Operativo Regional de Incendios Forestales de Extremadura, que ya tiene lanzado el proceso de licitación de su primera fase, por 3,2 millones (se completará posteriormente con un segundo edificio para una inversión total de casi 5 millones). Ocupará las actuales instalaciones de Aldea Moret, que se demolerán para el nuevo complejo, donde se concentrarán todos los servicios principales.
