la mirada

Cruz y cara

La Conferencia Episcopal de Portugal acaba de publicar un informe sobre pederastia. Los datos son elocuentes y muy preocupantes

Cuando alguno lea la cruz de la columna de hoy arrugará el hocico y dirá «otra vez echando piedras en el camino», es lo que hay. El papa Francisco marca la ruta en este y en otros temas y eso te da seguridad en lo que dices. 

La Conferencia Episcopal de Portugal acaba de publicar el informe sobre la pederastia en la iglesia católica del país vecino. Todos coinciden en que ha sido un trabajo bien hecho, independiente y con el rigor exigido. Los datos son elocuentes y muy preocupantes. Su conocimiento puede despertar en las personas una reacción muy negativa ante la misma Iglesia y producir un desprestigio y una falta de credibilidad hacia todo lo que dice relación con la vida eclesial. Los carroñeros aprovecharán la presa. 

Lo datos están ahí y pueden consultarse sin problemas. Lo importante son los pasos a dar a partir de ahora y en ello están los obispos portugueses. ¿Dejamos pasar el tiempo y que todo vaya tranquilizándose? Grave error si este es el camino. Hay que asumir esta cruz, como se han asumido otras a lo largo de la historia. ¿Qué significa eso de asumir? Significa lo siguiente: Las víctimas lo primero, acompañamiento y reparación; descubrir las causas de la tragedia y atajarlas de raíz; proponer acciones para que esto no vuelva a suceder. Todo lo que no incluya estas acciones, será no querer ver la realidad. 

Y en España ¿qué?, el gabinete que realiza el estudio, se comprometió a tenerlo en un año, el plazo termina en una semana. Ya ha comunicado que no va a poder ser, pero estará a finales de curso o a comienzos del siguiente. No pasa nada, cumplirán lo que han dicho.

La cara se llama Rolando José Álvarez. Hace un año la dictadura nicaragüense presidida por Daniel Ortega detuvo a este obispo nicaragüense al que acusaba de difundir información falsa y de socavar, imagino, que el prestigio del Gobierno... Estas acusaciones tan graves, hizo que fuera arrestado en su domicilio y después trasladado a una cárcel de máxima seguridad. La sentencia terminaba con esta frase “téngase al acusado Rolando José Álvarez como traidor a la patria”. 

Todo esto únicamente por ser obispo y por serlo de la Iglesia católica. Como todas las dictaduras son muy benévolas, ofrecieron a él y a otros condenados la posibilidad de exiliarse fuera del país, en concreto a los Estados Unidos. Todos los demás aceptaron, pero este obispo valiente y ejemplar no aceptó la propuesta. Respuesta de los dictadores: 26 años de prisión. ¡Bien por este obispo católico! Volveremos a hablar de él seguro.

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