el remanente vuelve a arrojar una cifra récord: 16.323.000 euros, diez millones más que en el primer año de la legislatura

Salaya suple la falta de presupuesto en 2023 con 16 millones de tesorería

En los próximos días se tramitará una modificación de las cuentas prorrogadas para incluir inversiones. El PP considera un fracaso de la gestión del gobierno la renuncia a la presentación de unos presupuestos

La edil de Economía, María Ángeles Costa, este lunes en la presentación de una campaña de apoyo al comercio.

La edil de Economía, María Ángeles Costa, este lunes en la presentación de una campaña de apoyo al comercio. / EL PERIÓDICO

José Luis Bermejo

José Luis Bermejo

El actual gobierno local cumple con lo que han hecho los últimos ejecutivos municipales que han estado en minoría: dejan el último año sin presupuesto. Ya lo hizo Carmen Heras en 2011 y Elena Nevado en 2019. La actual corporación, cuyo mandato acaba con las elecciones del 28 de mayo, y la siguiente, que empezará su gestión tres semanas después, estarán con un presupuesto prorrogado, el de 2022. Pero no todas las partidas se pueden prorrogar. Las inversiones quedan fuera. El alcalde, Luis Salaya, y su gobierno tirarán en las próximas semanas del remanente de tesorería con el que se cerró el ejercicio de 2022 para modificar el presupuesto y dotar de financiación las inversiones y otros gastos que están sin partida en las cuentas prorrogadas.

El 2022 se cerró con otro remanente de tesorería para gastos generales de récord: son 16,3 millones de euros. Salaya se ha encontrado en los tres años que lleva de mandato con importantes remanentes (6,2 millones de 2019, 10,4 en 2020 y 13,3 en 2021) que le han permitido financiar gastos no previstos e ir reduciendo la deuda por operaciones de crédito a largo plazo. En ejercicios anteriores este remanente no ha podido destinarse a cualquier gasto, la normativa estatal de estabilidad presupuestaria condicionaba su uso, aunque la prórroga de la suspensión de las reglas fiscales contenidas en esta legislación, que se mantiene en el ejercicio de 2023, da mayor flexibilidad para gastar el remanente.

El alcalde, Luis Salaya, anunció el pasado jueves en el pleno de la corporación local que en 2023 no iba a haber presupuesto. Lo hizo, curiosamente, ante una pregunta de Podemos, que con su voto ha facilitado que el gobierno local contase con unas cuentas aprobadas en los tres años anterior. La decisión del ejecutivo municipal de no presentar cuentas para este año fue criticada este lunes por el grupo municipal del PP, principal partido de la oposición local. 

Concejales del PP, este lunes, antes de la rueda de prensa de valoración de la falta de presupuesto propio para 2023.

Concejales del PP, este lunes, antes de la rueda de prensa de valoración de la falta de presupuesto propio para 2023. / EL PERIÓDICO

Su portavoz, Rafael Mateos, aseguró que Salaya y su concejala de Economía y Hacienda, María Ángeles Costa, «no son capaces de cuadrar los números del ayuntamiento», insistiendo en que la falta de un presupuesto actualizado «ralentiza la gestión de la administración». Mateos recordó que en esta caso no se entiende que no se haya hecho el esfuerzo de intentar presentar unas cuentas para este año cuando el gobierno «puede contar con los apoyos políticos suficientes», dado que en ejercicios anteriores ha recabado el respaldo de Podemos y del concejal no adscrito Teófilo Amores.  

Costa, que este lunes compareció en rueda de prensa para presentar una nueva campaña para el comercio local, repitió la justificación que ofreció Salaya el jueves para no intentar presentar unas cuentas para 2023. Salaya aludió a que «las variaciones permanentes en los mercados y en el precio de los materiales hacen extraordinariamente difícil dar cumplimiento» a un presupuesto. La concejala de Economía precisó que el Ayuntamiento de Cáceres no es el primero que adopta esta decisión, recordando que más de una decena han tomado el mismo camino. «Es difícil contar con un documento real con unos mercados muy volátiles», indicó la edil, que detalló que se cuenta con el remanente de tesorería «con el que haremos las modificaciones necesarias para todas las actuaciones previstas». La primera de estas modificaciones será dotar de financiación las obras de mejora de la muralla, en el tramo de las torres de Aver y la puerta de Mérida, trabajos que están paralizados desde enero tras quedarse sin financiación estatal.

El recurso al remanente fue cuestionado por Mateos, que recordó que se dispone de un remanente tan elevado porque «no se ha sido capaz de invertir o ejecutar» lo que se había presupuestado para 2022, «se optó por no hacer nada y guardarlo en el cajón». El portavoz del PP recordó que el pasado año se subió el tipo del IBI y la tarifa del impuesto de rodaje y que pese a ese «incremento de la recaudación, no se ha sido capaz de gastar lo que se ha recaudado».

Costa justificó que se vuelva a cerrar un año con un remanente tan elevado porque se han obtenido «más fondos de los previstos. Siempre se nos ha acusado de presentar unos ingresos irreales, pero hemos demostrado que no lo son y que se incrementa en mucho lo que se ha presupuestado». 

 El remanente de tesorería con el que se cerró el ejercicio de 2022 es una acumulación de resultados de ese año y de anteriores. No significa que se tenga ya esa liquidez, sino que es posible utilizarlo para consignar crédito para pagos u obligaciones que tenga el ayuntamiento. Se puede resumir que es el resultado de la suma de los derechos pendientes de cobro que tiene el ayuntamiento (salvo los que son de dudoso cobro) tanto del presupuesto de 2022 como de los anteriores más la suma de los fondos líquidos, a ambos se le restan las obligaciones de pago de 2022 y de ejercicio anteriores y los gastos ya comprometidos y con su financiación afectada.

De ese remanente solo se ha hecho público el importe total. El detalle del mismo que lleva a ese importe tan elevado se difundirá en unos días, en cuanto se convoque la comisión de Hacienda en la que se modificará el presupuesto prorrogado de 2022.