PROYECTO DE MACRO COMPLEJO BUDISTA

Un bosque para el Arropez en Cáceres

La Fundación Lumbini Garden apuesta por la restauración de la vegetación

«Actualmente es un eucaliptal sin interés», expresan desde la promotora del templo 

Un monje budista en el cerro Arropez, en una imagen de archivo.

Un monje budista en el cerro Arropez, en una imagen de archivo. / LORENZO CORDERO

Eduardo Villanueva

Eduardo Villanueva

Una de las principales propuestas de los promotores del macro complejo budista en Cáceres, la Fundación Lumbini Garden (FLG), pasa por completar un plan de reforestación del monte Arropez, sacralizado en un rito budista que tuvo lugar en abril de 2021. En el Arropez (suelo municipal) se ubicaría una de las estatuas de Buda sedente (47 metros de altura y 350 toneladas de peso) más grandes del mundo. Y en el Arropez (si se da finalmente la cesión municipal del terreno) es donde la FLG tiene prevista una acción de «recuperación medioambiental íntegra, para devolverle la vegetación autóctona. Ahora es un eucaliptal que no tiene interés arbóreo tras la reforestación que se hizo en los 50», explica Ricardo Guerrero, patrono de la fundación y responsable de relaciones institucionales y asuntos budistas de la FLG.

En abril de 2021 ya se plantó un pipal, la misma especie de árbol bajo el que Buda alcanzó la iluminación

Rito de sacralización del Arropez en abril de 2021.

Rito de sacralización del Arropez en abril de 2021. / EL PERIÓDICO

Encina y pipal

Esa pretendida reforestación del monte sacralizado ya comenzó simbólicamente en 2021, cuando en abril de ese año se oficializó el hermanamiento entre Cáceres y Lumbini (Nepal), lugar de nacimiento de Buda, que supuso transportar tierras sagradas nepalíes y sacralizar, a su vez, la tierra cacereña. Aquello fue el símbolo del inicio del proyecto de templo budista en la capital cacereña que pilota la FLG; más de 2 años después, ese proyecto está en el aire por los requerimientos que implica ceder ese suelo, incluido en la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA), además de cuestiones relacionadas con derechos mineros, afecciones a parcelas de particulares y otras que afectan a Carreteras y Defensa, en palabras del propio alcalde, Rafael Mateos.

Mateso con el alcalde de Lumbini y la delgación de Nepal en el Ayuntamiento de Cáceres.

Mateso con el alcalde de Lumbini y la delgación de Nepal en el Ayuntamiento de Cáceres. / CARLA GRAW

Tras aquella rúbrica que hermanó a ambas ciudades Patrimonio de la Humanidad, se llevó a cabo el ritual para bendecir la tierra sagrada. Tierra que se trasladó al cerro Arropez, donde se plantó un pipal (Ficus religiosa), la misma especie de árbol bajo el que Buda alcanzó la iluminación; así como una encina, árbol simbólico de la dehesa extremeña.

Fue en aquella vistosa ceremonia donde comenzó a fraguarse esa pretendida reforestación del Arropez, que ahora está pendiente de la cesión de uso (111 hectáreas) a la FLG. Uno de los objetivos que se puso encima de la mesa fue que, cuando el templo estuviese construido, se transportaran hasta Cáceres semillas de Sri Lanka del árbol hijo, el árbol original bajo el que Buda alcanzó la iluminación. Se encuentra en el interior del complejo arqueológico y religioso de Anuradhapura, en el norte de Sri Lanka, y es un esqueje llevado hace 2.300 años del ‘árbol padre’ que vivía en Bodh Gaya (India). Las semillas las gestiona el Gobierno de Sri Lanka y ya concedió permiso a la FLG para traerlas hasta Cáceres. 

'Árbol hijo' en el interior del complejo arqueológico y religioso de Anuradhapura, en el norte de Sri Lanka

'Árbol hijo' en el interior del complejo arqueológico y religioso de Anuradhapura, en el norte de Sri Lanka / CEDIDA

Es el árbol más antiguo plantado por seres humanos del cual se tiene documentación escrita. Su importancia es vital para los budistas de todo el mundo, que encontrarían en Cáceres un reclamo como quinta tierra sagrada budista del planeta; la primera fuera de Asia

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