Turismo veraniego. Las zonas más atractivas de la región

Las piscinas naturales de Cáceres: un paraíso por descubrir

Los ayuntamientos deciden optar por el aprovechamiento de su entorno en lugar de construir piscinas municipales

El Valle del Río de Viejas, en Los Ibores, dispone de numerosos parajes en los que disfrutar durante la época estival

La provincia de Cáceres es uno de los mejores parajes internos de España para disfrutar la temporada estival, pese a no ser reconocido como tal. A la llegada de la primera bandera azul al embalse del Cancho del Fresno, en la localidad de Cañamero, hay que sumar las numerosas piscinas naturales que hay en la zona más al norte de Extremadura. 

Ya son muchos los pueblos que han decidido optar por el aprovechamiento de entornos naturales para adecentar este tipo de parajes en lugar de la construcción de piscinas municipales.

Ubicado en el entorno de Las Villuercas, en la carretera que conecta las poblaciones de Retamosa y Navezuelas y, concretamente, en el término de Roturas de Cabañas, que es el núcleo poblacional encargado de su gestión, se encuentra la piscina natural ‘La Calera’. 

En sus inicios, se realizó una construcción en el Arroyo Castaño para crear una presa que aguantase el agua y otra para aportar una zona de sombra al recinto. Pero las reformas que han ido sucediéndose año tras año han convertido esta piscina en una de las más atractivas del entorno de las Villuercas. Las mejoras en la presa, césped artificial y un mayor número de sombrillas provocan que cada tarde haya más personas disfrutando del lugar.

Dispone, también, de una zona de merenderos y ya se ha estudiado la posibilidad de que pueda haber un chiringuito en un futuro no muy lejando.

Sus frías y cristalinas aguas, que no tiene una gran profundidad (no supera los dos metros en su punto más hondo), y un entorno que los bañistas califican como «espectacular» son la principal seducción que tiene esta zona.

La Presa

Unos kilómetros al noreste se encuentra la piscina natural ‘La Presa’, en el río Ibor. Esta sí es de las más conocidas en la región. Pero unos kilómetros más arriba, en dirección a Robledollano, se pueden encontrar numerosas zonas de baño que están viviendo un auge en las últimas temporadas estivales.

El Río de Viejas arranca su camino paralelo a la carretera que conecta Deleitosa con Castañar de Ibor a la altura de la antigua piscifactoría, un par de kilómetros después de pasar Robledollano. En ese lugar, y tras un difícil acceso mediante caminos que no están en buen estado, se encuentra el primero de los mejores parajes dónde disfrutar de un baño. Pese a no contar con lagunas de gran capacidad, su ubicación lo convierte en uno de los mejores lugares para refrescarte en verano. 

Un poco más adelante en el trayecto, se puede encontrar el conocido como ‘Charco de los Robleanos’. Este lugar, pese a estar en el término municipal de Castañar de Ibor, es gestionado por el pueblo vecino. Ha recibido numerosas mejoras en las últimas campañas y, gracias a esto, el número de visitantes que suele tener en las tardes veraniegas ha ido aumentando.

Camino a Guadalupe

Pocos metros más abajo en la continuación del río, se encuentra la presa eléctrica del río. Una zona donde el baño no es habitual, pero que sí es muy conocida por ser parte del ‘Camino a Guadalupe’. Los vecinos de los localidades cercanas atravesaban su construcción antes de entrar en la zona del valle que lleva el nombre del río, en el que se ahorra mucha distancia con respecto al trayecto por carretera. «Nos quitábamos los zapatos y pasábamos por aquí», relatan los vecinos de las poblaciones que preferían esta senda.

A la altura del kilómetro 30 de la carretera, tras saltar el quitamiedos y un complicado camino por el que bajar para llegar a este nuevo lugar, se encuentran ‘Las Calderetas’. Dos charcas que no tienen el reconocimiento que merecen y que sus pocos visitantes resultan encantados tras conocerla. Una dispone de una gran profundidad en la que las rocas que le rodean permiten a los más valientes realizar saltos de hasta tres metros de altura; y otra, de menor hondura, tiene una cascada de pequeño tamaño al fondo aprovechando una zona rocosa. 

La joya de la corona del trayecto está justo antes de llegar a la piscina natural de Castañar de Ibor. La cascada de la Central Hidráulica del río es visita obligada cada vez que se pasa por la zona, sobre todo si en ese momento está activada la caída del agua.

Lo mejor de la zona de baño del río de Viejas es que todos los parajes mencionados se encuentran en un área de poco más de dos kilómetros de longitud. Algo que hace posible poder disfrutar de todos estos lugares en una única jornada. Incluso se puede hacer el trayecto de bajar por el propio río, aunque el terreno no está en buen estado y eso hace que la dificultad sea mayor. 

La zona también dispone de bares en los pueblos colindantes, que están a menos de cinco kilómetros de distancia, y un chiringuito.

Las más concurridas

No son las piscinas de la zona de Las Villuercas o los Ibores las más conocidas y transitadas de la región. El norte de Cáceres con La Vera, Sierra de Gata o Las Hurdes disponen de parajes que están preparados para acoger a una cantidad mayor de personas, además de un entorno turístico muy atractivo para disfrutar de la estación de verano. 

Una de las más grandes de este tipo de la región es el Lago de Jaraíz de la Vera, que se caracteriza por sus frías aguas y el paisaje que lo rodea. Esto último hace que sea bonito para visitar aunque no sea para bañarse y permite que haya turistas también fuera de la época de verano. 

El puente de la Garganta de Alardos también es uno de los lugares que más visitas reciben durante la temporada de verano, tratándose de la imagen más turística y conocida este área. La profundidad con la que cuenta el río hace posible ver saltos desde la parte más alta de la construcción.

Para finalizar hay que destacar la piscina natural de Jevero, a dos kilómetros de Acebo. Destaca por la transparencia del agua, que permite ver el fondo, las amplias zonas de césped que la rodean y la fuente de piedra desde la que cae el agua. Está considerada como una de las mejores de la Sierra de Gata.

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