Los riesgos del clima en Cáceres

Distintos estudios indican que, de seguir la tendencia actual, los efectos del cambio climático arreciarán. El plan PACES habla de tres consecuencias en el municipio: calor, sequía y fuego

Incendio entre la estación de trenes y el Cerro de los Pinos.

Incendio entre la estación de trenes y el Cerro de los Pinos. / EL PERIÓDICO

El Observatorio de Sostenibilidad advierte de una subida media de temperaturas en España de 2,61 grados en el horizonte 2050, si no se frenan las emisiones de gases invernadero y se mantiene la tendencia actual. Realiza estos cálculos a partir de las previsiones de ‘The Revelator’ y de los datos del programa Copérnicus, que constatan que efectivamente esos aumentos se vienen produciendo, a raíz de un estudio del periodo 1900-2018 en 59 ciudades españolas. Por provincias, Cáceres estaría entre las más afectadas junto con Badajoz, Córdoba, Jaén, Ciudad Real, Segovia, Guadalajara y Soria, todas ellas con un incremento medio de 3 grados, por detrás de Toledo (3,2) y Madrid, Ávila y Cuenca (3,1). El principal problema radica en que Cáceres ya parte de temperaturas elevadas.

Por otro lado, y sin ánimo de alarmar, el Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES), elaborado por la Agencia Extremeña de la Energía (AGENEX), Disaim Ingeniería y el propio ayuntamiento, quien lo encargó, detalla los posibles riesgos para los habitantes del municipio con la subida de temperaturas, basándose en los mapas de vulnerabilidad urbana de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Si el cambio climático va a más en las próximas décadas, sus efectos para Cáceres se traducirán en una combinación de episodios de calor extremo con sequías cada vez más persistentes, dos fenómenos que derivarán en una tercera consecuencia: el incremento de los incendios forestales. Lo vemos:

Sobre todo, calor extremo

El calor elevado es la primera amenaza que entraña la subida de temperaturas en el caso de Cáceres, según recoge el plan PACES (hablamos de tendencias, no de certezas, y por tanto pueden revertirse). En principio, se trata del riesgo climático más urgente en esta zona, sobre todo cuando se suceden días y noches tórridas (olas de calor), ya que la ciudad se ubica en una de las áreas más cálidas de Europa (Mediterráneo Continentalizado). Cáceres presenta una media de 35 jornadas anuales con más de 35 grados (análisis del periodo 1987-2016). También supera los 24 días por encima de 30 grados combinados con noches tropicales (+20º). En 2022 batió marcas históricas con una máxima absoluta de 44,9 grados en julio y una media de máximas también de récord: 38,1. Basta decir que la ciudad superó los 40 grados durante 9 jornadas en julio y agosto.

Crecen los episodios de sequía

Aunque no se esperan consecuencias graves en la próxima década (recordar que las proyecciones pueden cambiar), los datos actuales califican la evolución del riesgo de sequía para Cáceres de ‘alto’ a ‘muy alto’ en el plan PACES. También las previsiones de la AEMA sitúan a Extremadura dentro de las zonas más afectadas de Europa. Estos episodios ya han crecido un 0,2 por década en el municipio cacereño desde 1950, y se prevé un aumento entre 2040-2071. Los periodos de cinco días seguidos de lluvia se reducen desde los años 60 en Cáceres.

Mientras tanto, el consumo de agua en los hogares, cultivos y empresas se mantiene alto. Es cierto que el municipio gasta entre 100 y 130 litros por habitante y día, una cantidad sensata por debajo de la media nacional (133), pero son niveles elevados si hay sequías persistentes. 

Mecha para los incendios

Si se combinan las altas temperaturas con largos periodos sin lluvia, la tercera amenaza cae por su propio peso: los incendios forestales, un riesgo agudizado además por el abandono de los campos de cultivo y ganado, donde la maleza se abre paso y con ella la mecha del fuego. Según el informe PACES, Cáceres «se encuentra en un percentil medio-alto de riesgo, con una proyección de aumento en el próximo siglo». Sin embargo, en el corto plazo no se ven graves consecuencias.

Aunque los incendios y las sequías son posibles en distintas estaciones, el periodo crítico se concentra en verano. Puede haber otoños y primaveras cálidas pero en todo caso soportables y con menos peligro. En invierno se reduce el riesgo de fuegos. De hecho, la probabilidad de frío extremo para el próximo siglo se considera casi nula en Cáceres.

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