La crónica del Sábado de Pasión

De la fiesta al vía crucis: comienzan todas las pasiones de Cáceres

El Cristo de la Preciosa Sangre abrió las procesiones este sábado con nueva composición, exorno y marcha musical

El Cristo Negro entregó sus muñidores, y la cofradía de los Ramos llenó San Juan de alegría cofrade

Paso del Cristo de la Preciosa Sangre, en la noche de este sábado por Llopis.

Paso del Cristo de la Preciosa Sangre, en la noche de este sábado por Llopis. / CARLOS GIL

"Sentid y disfrutad lo que llevamos encima". Con estas palabras, el jefe de paso, Juan José Merchán, dio la orden de ponerse bajo los varales para sacar el Santísimo Cristo de la Preciosa Sangre por las puertas del Buen Pastor, la primera imagen que, este sábado, ha abierto la agenda de la Semana Santa cacereña. Un crucificado ya difunto que sin duda ha ganado presencia al procesionar por primera vez en vertical, y no en la posición de descendimiento que había adoptado desde su salida bajo esta advocación (1999), que por cierto cumple 25 años. Ahora se aprecian todas sus formas y se comprende que en su pequeño altar, a los pies del templo y a un lado de Evangelio, nunca le falten devotos ni velas.

La imagen llevaba anoche sus cuatro hachones granates escoltando el paso, y un nuevo exorno floral al cambiar su posición, compuesto por rosas rojas, la mayoría de pitiminí, en un conjunto que simbolizaba un recorrido de sangre. Y en las calles, mucho más público desde que el pasado año la cofradía del Humilladero decidiera cambiar esta salida del Miércoles Santo al Sábado de Pasión. «Ciertamente, se aprecia mayor participación, incluso dentro de la propia comitiva, en la que repartimos velas de vigilia para todos los que quieran acompañarnos en este vía crucis», explicó antes de la salida su mayordomo, Ismael López Martín.

Los vecinos se sumaron al vía crucis de la cofradía del Humilladero.

Los vecinos se sumaron al vía crucis de la cofradía del Humilladero. / CARLOS GIL

La primera estación se leyó dentro del Buen Pastor por parte de su párroco, Johnny Pereira, que también preveía realizar la última dentro del Espíritu Santo, a su llegada. Era el momento más complicado para los hermanos de carga y para su jefe de paso: solo tres centímetros separaban la parte superior de la Cruz y el dintel de la puerta, y únicamente dos centímetros las andas y los laterales. «Es la única maniobra complicada, porque el resto no tiene especial dificultad», precisó el jefe de paso en los minutos previos a la procesión. El cambio de posicionamiento de la talla no afectó a los hermanos, más bien al contrario: «al llevarla centrada, en vertical, el peso se reparte mejor».

La banda del Humilladero recordó a Esteban Alamillo, colaborador incansable

La Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo del Humilladero procesionó por segunda vez en este cortejo, que hasta 2022 siempre llevó su timbal destemplado. Además, estrenó una marcha propia titulada ‘Nuestro Cirineo’, compuesta por David Moya Díaz y dedicada a Esteban Alamillo Romero, colaborador incansable de esta agrupación musical, recientemente fallecido. Las hermandades siempre recuerdan a sus difuntos.

La jornada de ayer, Sábado de Pasión, fue también la elegida por otras cofradías para actos muy señalados en su agenda. Santa María vivió una mañana emotiva, con todos los acogidos en la Casa Familiar de la Cruz Blanca sentados frente a la capilla del Cristo Negro. Allí, la hermandad entregó su máximo reconocimiento, el Muñidor, a Francisco Pacheco y Pedro Méndez, dos voluntarios de este hogar donde personas con discapacidad física e intelectual son cuidados por una orden franciscana que se desvive por ellos. Los dos homenajeados dedicaron la singular estatuilla a todos los voluntarios, profesionales, religiosos y residentes de la denominada Casa Familiar Virgen de la Montaña, que ya en su día recibió el primer Muñidor.

Francisco Pacheco y Pedro Méndez se llevaron los homenajes del Cristo Negro

Desde hace veinte años, Francisco Pacheco, coordinador del voluntariado de la Cruz Blanca, es también el responsable de la oración que se escucha cuando la talla procesiona junto al Arco del Cristo. «Comencé a hacerlo porque me pareció bonito que el Cristo de la hornacina pudiera dedicar unas palabras a esta impresionante imagen», explicó ayer. En cuanto a Pedro Méndez, es además el único saetero que canta dos veces al Cristo Negro, una de ellas durante la procesión, a su paso por San Mateo, y otra cuando se celebra el traslado de la cruz guía desde la Cruz Blanca (donde permanece todo el año) hasta la concatedral. «Para mí es todo un privilegio», reconoció.

Precisamente, dicho traslado tuvo lugar en la medianoche del viernes, más especial si cabe por la celebración del XXX aniversario de este elemento tan simbólico, obra del imaginero sevillano Francisco Berlanga de Ávila. La cruz guía fue llevada en solemne comitiva por los hermanos, ataviados con sus hachones y su hábito benedictino, esquila e incensario, hasta Santa María, donde se realizó una oración y una reflexión penitencial ante la imagen de la Virgen de los Dolores, previa a dejarla expuesta en la capilla del Cristo Negro.

El Santo Crucifijo, en sus andas

También este sábado, tras la entrega de los reconocimientos, la hermandad procedió a bajar la histórica imagen desde su ubicación (a la derecha del altar de Santa María), hasta sus andas de procesión. Lo hizo con todo el cuidado que requiere la manipulación de una talla del siglo XIV, entre las más antiguas del país que traspasan los muros de los templos durante las jornadas de Semana Santa.

Finalmente, el mayordomo, Alonso Corrales, avanzó que este año se estrenará una nueva corona de espinas elaborada y traída expresamente desde Tierra Santa, donada para el cortejo, que relevará la actual, con más de un siglo.

Mientras se desarrollaba esta ceremonia, en San Juan el ambiente era de reencuentros, saludos, abrazos, fiesta y mucha convivencia cofrade. La Mesa de Ofrendas y Venta de Palmas de la cofradía de los Ramos volvió a convertirse ayer en uno de los puntos álgidos del Sábado de Pasión. Se trata de un espacio muy céntrico donde convergen los miembros de distintas hermandades e intercambian impresiones sobre todo lo que viene, este año especialmente sobre las previsiones meteorológicas, realmente nada buenas. Pero las cofradías tendrán todo listo para salir, sin excepción, hasta el último minuto.

Los Ramos ha vuelto a instalar su gran mesa de ofrendas, nutrida de todo tipo de viandas donadas por 40 establecimientos del ámbito de la parroquia de San Juan y de otros puntos de la ciudad, desde Atrio hasta el Figón, desde los Ibéricos a Javier Martín. «La cofradía nació del mundo del comercio y de la hostelería radicada en la zona, por ello los agentes colegiados de comercio son hermanos de honor de los Ramos, y por ello siempre hemos querido mantener este dinamismo», subrayó el mayordomo, Luisma Rodríguez.