FIESTA EN LA PROVINCIA DE CÁCERES

Jarramplas y 33 toneladas de nabos, ¡viva la fiesta de la adrenalina!

La fiesta ya cuenta con la declaración de interés turístico nacional, pero quiere más y en el municipio nadie duda de que optará a la declaración internacional

Eduardo Palomo (Efe)

Los vecinos de la localidad cacereña de Piornal tienen mucha suerte, ya que durante dos días al año pueden descargar adrenalina mientras lanzan una brutal lluvia de nabos sobre Jarramplas, mítico personaje que es el epicentro de una de las fiestas más impactante de toda España.

Existen varias teorías sobre el origen de esta celebración, ya que algunos creen que Jarramplas fue un ladrón de ganado que satisfacía sus necesidades incumpliendo las normas vecinales, por lo que fue capturado, condenado y apedreado por sus propios vecinos.

Otros opinan que fue un guerrero cristiano que fue despreciado por el pueblo por pasarse, en época de dominación musulmana, a las tropas árabes, e incluso que pudo ser un mártir que los judíos mataron por no renegar del cristianismo.

Bajo una intensa y constante lluvia y con los termómetros situados en zonas más cálidas que las que acostumbra la localidad más alta de Extremadura, Jarramplas ha realizado este viernes su primera "salida", que ha sido seguida por cientos de personas, que se han acercado hasta Piornal para participar en esta fiesta invernal con la que los piornalegos rinden homenaje a San Sebastián.

"Llueva, nieve o chuce, como decimos aquí, Jarramplas sale a la calle. Solo lo ha parado la pandemia. Es verdad que con la lluvia es un engorro porque tenemos que estar cambiando continuamente los trajes porque se incrementa mucho el peso, pero Jarramplas sale y lo estamos disfrutando igual", ha indicado en declaraciones a los periodistas el alcalde de Piornal, Javier Prieto.

Lo cierto es que esta es una fiesta de mucha pasión, con un sentimiento especial, de adrenalina, religiosa y atípica, pero también muy participativa, ya que todo el mundo puede ser un vecino más y lanzarle nabos a Jarramplas.

Es una fiesta muy completa, única, diferente y con unas particularidades que la hacen excepcional. No en vano, esta fiesta mezcla la descarga brutal de adrenalina con los nabos y la emoción pura de las alboradas y los actos religiosos, y lo que es más importante, está todo el pueblo implicado.

Jarramplas ya cuenta con la declaración de fiesta de interés turístico nacional, pero quiere más y en el municipio nadie duda de que optará a la declaración internacional.

"Antes de iniciar el expediente yo creo que hay que consultarlo con el pueblo mediante una consulta, y luego las administraciones tenemos que ofrecer servicios, porque ahora mismo no tenemos alojamientos a la altura de una fiesta de interés turístico internacional", ha reconocido el primer edil.

La fiesta en honor a San Sebastián comenzó este viernes a las ocho y media de la mañana con la petición de ofrendas para el santo.

Fiel a su cita, sobre las diez de la mañana de la víspera del día 20, Jarramplas, en esta ocasión encarnado por Álvaro Gutiérrez Díaz y Sergio Rodríguez Leandro, además de sus mayordomos, ha hecho su primera "salida" a los sones de su tambor por las calles de Piornal.

Desde que ha puesto un pie en la calle, Jarramplas ha recibido una intensa lluvia de nabos -hay preparados más de 33.000 kilogramos traídos desde La Vera cacereña, Castilla y León y Portugal- sobre su cuerpo, protegido con una máscara y una armadura de fibra de carbono, a modo de "castigo" infligido por los vecinos.

Todo el mundo quiere arrojar nabos al Jarramplas por lo que, en determinados momentos, la sensación es la de estar en medio de una batalla campal, con peligro real de ser alcanzado por los proyectiles en forma de hortaliza.

La fiesta del Jarramplas continúa por la tarde y mientras las mujeres preparan y visten al santo, San Sebastián, el personaje volverá a hacer otra salida alrededor de las cuatro de la tarde y a recibir igual contestación por parte de los jóvenes y mayores del pueblo, es decir, lluvia de nabos como castigo.

Llegada la medianoche y una vez cantadas las "alborás" del santo, se cocinarán unas migas para todos los asistentes.

Los actos seguirán mañana, día 20, con la celebración de la Misa Mayor, la procesión y el canto de las tradicionales "roscas", y ya por la tarde se producirá la última salida del Jarramplas.