EL APUNTE

La plaza de toros vuelve a ser de toros

El gobierno local ya ha dado el primer paso para que haya toros. Pero aún queda mucho hasta el concurso con subvención

Enrique Ponce y Emilio de Justo, en junio de 2018, en la plaza de toros de Cáceres.

Enrique Ponce y Emilio de Justo, en junio de 2018, en la plaza de toros de Cáceres. / EL PERIÓDICO

José Luis Bermejo

José Luis Bermejo

Era una de las promesas con las que Rafael Mateos y el PP se presentaron a las elecciones y es una de las razones por las que Soledad Carrasco es concejala del actual gobierno local. Esa promesa es que la plaza de toros vuelva a ser precisamente para eso, para los toros. Con independencia de su fin principal y de que haya que acometer nuevas actuaciones e inversiones para que el edificio reúna todas las condiciones para su uso, estamos ante uno de los inmuebles públicos más infrautilizados de la ciudad, pese a su ubicación estratégica y su potencial. Una plaza de toros es para los toros, pero nadie dice que no se pueda utilizar para otros fines vinculados al ocio y al recreo.

Este viernes el portavoz del gobierno, Ángel Orgaz, anunció que el ayuntamiento autorizará el uso del albero para entrenamientos de profesionales del sector y para toreo de salón. Es un gesto con el que el gobierno local está diciendo que va en serio para que en la ciudad vuelva a ver festejos taurinos. Pero hasta que esto se consiga queda aún un camino muy largo. Y lo primero será que se aclare si se necesitará cualquier otra mejora que permita el uso del recinto con todas las garantías y luego determinar cómo se financiará y con qué plazo si lo que se quiere es que dé tiempo a convocar un concurso de explotación y que empresarios del sector aseguren que haya carteles en la feria de mayo.  

Este año se ha ejecutado la reforma de la cubierta de la plaza, con un presupuesto de 316.852 euros, de los que la diputación aportó 269.324 y el ayuntamiento 47.527. Era una deficiencia detectada desde 2016. En 2017 se dio prioridad a la adecuación de la instalación eléctrica de la plaza y al sistema de protección de incendios y la reforma de la cubierta se fue retrasando. Y, a falta de que se confirme si es necesaria alguna obra más en su estructura, en el presupuesto prorrogado del ayuntamiento hay 47.190 euros para trabajos de mantenimiento y para el revestimiento de pintura sobre el lucido de mortero de cal en algunas zonas del inmueble que está muy deterioradas por la humedad y por la perdida de material de ladrillo de tejar, según se exponía en la memoria que justificaba la modificación del presupuesto para la incorporación de esta partida. La plaza es un Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento desde marzo de 1992.

Y luego queda la explotación de la plaza por un empresario del sector, para lo que habrá que convocar un concurso por un periodo de concesión que probablemente será de cuatro años o de dos años prorrogables otros dos más. Y, por supuesto, será un concurso que incluirá una subvención del ayuntamiento para ayudar a que el empresario cuadre sus cuentas y garantice un cartel que sea, al menos, decente. Es esta subvención (que se cifró en 40.000 euros en el concurso de 2016 del que surgieron las diferencias políticas sobre su concesión) el origen de toda la polémica que ha rodeado a la licitación de la plaza de toros desde ese año

Ahora el gobierno local del PP podrá convocar un concurso con subvención, incluso, si fuera necesario, podría tener el apoyo de Vox, único partido de la oposición que no ha votado en contra de la aportación de fondos municipales. Desde la supresión de la subvención se hicieron intentos por el anterior gobierno del PP, de Elena Nevado, de volver a dar una ayuda, directamente o indirectamente, la vía directa no salió porque no tenía votos suficientes, la indirecta sí, hubo toros, pero al final el dinero no llegó a la empresa, el juzgado lo impidió.

Queda por ver si ese concurso se ceñirá solo a la celebración de festejos taurinos o si se ofrecerá también la plaza para la organización de otro tipo de actividades con su gestión integral. Hubo un antecedente cuando, tras eliminarse la subvención, se convocó en 2018 un concurso de gestión integral. Quedó desierto.

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