Opinión | EL APUNTE

Sin intervención pública no hay suelo industrial en Cáceres

Haber planificado grandes superficies para que las empresas se instalen en las inmediaciones de Capellanías no ha servido de nada al estar en manos privadas y de fundaciones 

El alcalde, Rafael Mateos, y el consejero de Economía, Guillermo Santamaría, en la reunión mantenida el pasado lunes.

El alcalde, Rafael Mateos, y el consejero de Economía, Guillermo Santamaría, en la reunión mantenida el pasado lunes. / JORGE ARMESTAR

Esta semana el secretario general de la Cámara de Comercio, Raúl Iglesias, y el presidente del Círculo Empresarial Cacereño, Diego Hernández, coincidieron al comentar que una empresa que quiera instalarse en Cáceres y necesite diez mil metros cuadrados no podrá disponer del suelo urbanizado necesario para el desarrollo de su actividad empresarial, se refieren a un terreno con servicios suficientes, infraestructuras, accesos a vías de comunicación..., en definitiva a un polígono con todas las condiciones. Ambos dieron esta explicación al detallar los motivos por los que es necesario la creación de más terreno urbanizado para usos industriales y lo hicieron después de que el alcalde, Rafael Mateos, anunciase el día anterior que el ayuntamiento iba a adquirir terreno calificado en el Plan General Municipal (PGM) de urbanismo para fines industriales para su posterior urbanización por Avante, empresa pública de la Junta.

Suelo hay y naves también en Capellanías y en Mejostilla, lo mismo que Charca Musia y el polígono ganadero cuentan con espacio. Pero los dos primeros no tienen más capacidad ni posibilidad de crecer para iniciativas que no sean solo una pyme y los dos siguientes se encuentran con que necesitan de una urbanización en condiciones, en ambos se han dado pasos, pero son demasiado lentos, no se ven avances.  

    La cuestión del suelo industrial en Cáceres está muy tratada. El problema de fondo es que el suelo no es público. Y no se han explorado otras opciones como recurrir al que tiene la diputación, que sí es propietaria de suelo, pero en una ubicación opuesta a donde por lógica se tiene que urbanizar más terreno para facilitar el asentamiento de empresas.

En el municipio de Cáceres hay diseminados muchos espacios para la instalación de empresas. Una ciudad que tiene un tamaño medio cuenta con hasta seis localizaciones distintas con el establecimiento de concesionarios, almacenes, pequeñas empresas... Es absurdo. Mejostilla, por ejemplo, se creo hace veinte años en un emplazamiento ilógico, entre áreas residenciales, pero se le dio luz verde. El plan de urbanismo en vigor intenta dar una solución a las naves que hay en la salida de la ciudad por la carretera de Mérida y en Aldea Moret, además de buscar cómo ordenar Charca Musia y el polígono ganadero, pero ha fracasado, pese a ofrecer una solución, sus previsiones, hechas hace quince años, no se están llevando a la práctica.

Capellanías y sus inmediaciones es el único sitio donde se puede impulsar la creación de nuevo suelo industrial, es el lugar idóneo y así lo establece el plan de urbanismo. Pero volvemos al problema de fondo e inicial:el suelo es privado.

En una situación de desarrollo y expansión económica cabría la opción de que los propietarios se pusiesen de acuerdo y bien directa, indirectamente o con la venta de sus terrenos afrontasen la urbanización de los mismos para su posterior venta a empresarios interesados. Ese será el camino más acertado. Pero no sale ni parece que haya posibilidad de que salga.

Y así llegamos hasta la intervención pública y el anuncio del pasado lunes del alcalde, Rafael Mateos, de que el ayuntamiento adquirirá suelo. No dijo dónde, solo que en las inmediaciones de Capellanías, que en definitiva es la zona donde el plan general de urbanismo reserva suelo para la expansión del terreno industrial. Tampoco dijo cómo, solo que se adquirirá, no aclaró si será con una permuta, lo más ventajoso para las arcas locales que no están para muchos dispendios, si con acuerdos con las fundaciones que tienen la propiedad de parte de ese suelo o con su compra, posibilidad que tiene el inconveniente de las limitaciones económicas con las que se encuentra el ayuntamiento.

Periodista

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